El Plan Calor que asistía a las familias rionegrinas con una garrafa por semana, este año lo hará sólo con dos al mes. La Secretaría de Energía reconoce que hay más demandantes y la Mesa de Barrios Populares advierte que muchos están siendo excluidos.
Alrededor del Centro Administrativo de calle Onelli se ve una larga fila. Soledad Leuquén calcula hasta cuatro horas de espera para hacer una consulta en la oficina de la Secretaría de Energía. Mucha gente se inscribió para recibir garrafas del Plan Calor, pero no recibieron confirmación. Están quedando fuera del programa que históricamente les proveyó de una garrafa por semana durante los cincos meses más fríos.
El Gobierno de la Provincia confirmó que este año asistirá a 8000 familias de la zona andina, la región sur y algunas ciudades atlánticas. Energía dice que las familias beneficiadas en Bariloche y Dina Huapi suman 3000, pero sólo en Bariloche, de acuerdo al último censo nacional, viven 7600 familias con garrafa y 760 con zepelín.
La inversión informada será de casi $600 millones, mientras que la de 2023 fue de $536 millones. La Provincia aduce que el recorte en términos reales es producto del 82% de ajuste de las transferencias de la Nación durante el primer cuatrimestre.
“Hay muchos vecinos en situación de vulnerabilidad, muchos desempleados y trabajadores temporales sin hijos menores que necesitan acceder al programa y no pueden”, dice Soledad Leuquén, integrante de la Mesa de Barrios Populares, integrada por vecinos inscriptos en el Registro Nacional de Barrios Populares. “Otros años las personas sin hijos menores accedían a la ayuda, no era requisito tener un hijo”.
Desde Energía admiten estar recibiendo más pedidos para incorporarse al padrón, pero que el criterio de inclusión es el mismo: personas con discapacidad, jubiladas, pensionadas, madres solteras, desocupadas y grupos familiares con ingresos menores a $234.315, el equivalente a un salario mínimo.
A la ampliación de solicitantes se suma este año una monumental poda en el número de garrafas que recibe cada hogar: el Gobierno anunció que entregará sólo una cada quince días en vez de una a la semana.
“El recorte llega en el peor momento, en pleno comienzo del invierno, con un otoño particularmente frío”, dice Leuquén. “Además el precio de la garrafa es muy alto: la de diez kilos la conseguís entre quince mil en el centro y treinta mil pesos en los barrios y sólo te duran cuatro días”.
La Mesa de Barrios Populares responsabilizó al Gobierno por el recorte, exigió la incorporación de los vecinos excluidos al Plan Calor y pidió al intendente Walter Cortés su intervención. Desde la Secretaría de Energía anticiparon que luego de la primera ronda de entregas, a fin de esta semana, responderán cada solicitud.
Por Pablo Bassi
Foto portada: Agustín Crespo
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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