La centralidad de la Ley Fitito (ex Ómnibus) ha tapado noticias importantes que han sucedido esta semana relacionadas con el mundo del trabajo y el capital. En dos meses, el gobierno aumentó el gasto y bajó la recaudación. El informe del FMI es una expresión de no-retorno. Sin dejar la protesta, hay que pasar a la propuesta para evitar la anomia.
Teniendo en cuenta que el Presidente Milei no cree en las instituciones republicanas (y por eso denigra al Congreso y a los símbolos institucionales como el despacho presidencial), el Poder Judicial y Legislativo le han dado una gran lección republicana. La histórica movilización encabezada por la CGT el 24 de enero se tradujo en dos victorias populares ante el “rompo todo” de este Gobierno: transformamos, mediante el Congreso, la Ley Ómnibus en Ley Fitito (con todo mi respeto a esa maravilla de la mecánica) para que vuelva a comisiones y logramos, mediante el Poder Judicial, la reciente medida cautelar al “protocolo anti-piquete” de Bullrrich y hacer fracasar el intento de disciplinar a los trabajadores. En este país, los trabajadores miran a los ojos al patrón. Jamás al piso.
Como la política no es un juego de suma-cero en que es “todo” o es “nada”, sin dudas, han quedado temas sensibles a tratar que se profundizarán a partir de la aparente caída de la Ley Fitito. Esta macro-Ley expone que el Gobierno quiso disciplinar a los gritos, pero tuvo que buscar acuerdos por los rincones entregando la mayoría de sus convicciones e ideas que no pudieron plasmar en votos. Y esto no es menor, porque es un golpe emocional al Presidente que empieza a aprender que la revolución imposible que propuso termina en un reformismo de cotillón, sin coherencia, mal pensado. Las últimas fotos públicas del Presidente muestran que le cambió la cara. ¿Será que empieza a entender que llegaron a un punto de no-retorno?
El descontrol de la caja y la advertencia del trabajo y el capital
Diciembre de 2023 (con 10 días de gestión de Alberto Fernández y 20 días de Milei) fue uno de los meses con mayor déficit fiscal de la democracia. ¿Se desafiló la motosierra? El despido del ex Ministro de Infraestructura Ferraro nos da una pista: se lo cargaron por gastador y no por buchón. Congelaron la obra pública, al mismo tiempo que pagaron las facturas pendientes para apaciguar la terrible destrucción del sector privado productivo. Con un déficit fiscal del 6,1% del PBI, con la caída de la recaudación en 3,6% interanual y con las metas asumidas con el FMI imposibles de cumplir para que no les dé el tiro de gracia, hemos llegado a un punto de no retorno. Habíamos afirmado desde esta columna que este Gobierno había fracasado doctrinariamente por sostener una revolución imposible, y ahora sostenemos que hay un punto de no-retorno, es decir, el fracaso no tiene vuelta atrás.
Las señales de no-retorno son claras y vienen del sector privado productivo que le advierten al Gobierno que este camino termina en Asamblea Legislativa: el Centro Azucarero Argentino advirtiendo sobre 19 ingenios azucareros que les dan trabajo a 60.000 obreros especializados o la Cámara Argentina de la Construcción advirtiendo que están en peligro 1900 empresas que le dan trabajo a 200.000 obreros calificados. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (que engloba a 2.500.000 de trabajadores) muestra en su página que la producción manufacturera cayó el 27%. La Confederación General del Trabajo dejó en claro que será un muro de contención frente a la destrucción del valor de las empresas y del trabajo ¿A dónde quiere el Gobierno llevar la Argentina?
A esto hay que sumar lo que acaba de publicar el FMI sobre las metas asumidas por el Gobierno como contra-favor de la nueva deuda contraída para pagar la misma deuda: levantar el cepo antes de diciembre, ajustar 5 puntos del PBI, lograr superávit gemelos como en la Década Ganada, recortar totalmente los subsidios a la energía y el transporte. Metas imposibles, porque ya no se puede tirar más de la soga. El plan económico es inconsistente, técnicamente mal hecho y políticamente impracticable. El Presidente sigue pensando que la salida es con el ex CEO de Tinder (echado por violador), el ex CEO de Blackrock y el ex CEO de Tesla. ¿Qué pueden saber de Argentina estos tipos que viven de la especulación financiera y no son ejemplo de buenos empresarios? En la Argentina, el trabajo lo generan, principalmente, las empresas argentinas y son éstas las que el gobierno está llevando a quiebre masivamente. Lo único que queda vivenciar es en qué momento se consumará una vez más el fracaso.
Sin dejar la protesta, pasar a la propuesta: recuperar el valor de la política
Ante esta situación, el colapso del Gobierno es el colapso de la política que hace una década no puede darle condiciones de dignidad al pueblo. Y el peligro, estudiado hasta el cansancio, es que el fracaso de los sucesivos gobiernos se convierta en el fracaso de “la” política. Por eso, es imperioso evitar la anomia que, ya advertimos, es una hipótesis que toma fuerza cada día un poco más.
La única forma de evitar la anomia es proponiendo un plan de gobierno serio y consistente que resuelva el hambre, el desempleo, la desigualdad y el endeudamiento. Indudablemente esta propuesta no puede ser con las mismas recetas que ya fracasaron ni con las mismas metodologías que nos trajeron hasta aquí (todas y cada una de aquellas que en los últimos 10 años profundizaron la crisis). Dos de las enseñanzas recientes son: a) es más importante preparase para hacer un buen gobierno que ganar las elecciones y hacer un mal gobierno, y b) la unidad ante el espanto puede multiplicar el espanto, por eso, debe discutirse unidad para qué.
Desde aquí, hemos propuesto dos herramientas que consideramos estratégicas para dar vuelta la página de la Década Pérdida (2014-2024):
- Congreso Nacional de la Productividad y el Bienestar Socioambiental que convoque al sector privado (trabajo y capital) en una discusión permanente en el Congreso Nacional de carácter vinculante sobre estrategias y líneas de acción en la búsqueda del pleno empleo, rentabilidad empresarial y la justicia social.
- Ley de Arrendamiento Rurales que permita gravar la renta especulativa de la oligarquía terrateniente de la zona núcleo de la Pampa Húmeda del 40% actual al 3%, permitiendo aumentar las retenciones sin afectar la rentabilidad de los productores agropecuarios con el fin de bajar bruscamente el precios alimentos y destinar lo recaudado en divisas al pago exclusivo de la deuda externa.
Ante un mundo que retorna a los nacionalismo de exclusión, es imperioso evitar que lo que suceda al actual gobierno (que representa al globalismo de exclusión) no sea la anomia y, por ende, el fracaso de “la” política. La tarea es erradicar la politiquería y volver a instalar la grandeza de “la” política:
La politiquería se diferencia de la Política precisamente en que mientras ésta es un medio –un arte y una virtud– al servicio de la Patria, aquella es una deformación viciosa de la Política, que sirve a intereses personales o partidarios, anteponiéndolos a los comunes. (Juan Perón).
Por Juan Martín Azerrat
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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