Desde Revista Al Margen nos solidarizamos con los compañeros de todo el país que están siendo despedidos de los medios de comunicación donde trabajan. Repudiamos la censura y el terror. Adjuntamos el escrito del compañero, amigo y colega Ari Lijalad. Porque estamos tristes. Pero también unidos. Que no se vayan a olvidar.
Por Ari Lijalad
Hoy fue un dia muy triste.
Hace 6 años que trabajo en Radio Nacional. Años hermosos, con mucha adrenalina, de muchisimo aprendizaje.
Tuve el honor de compartir esta histórica radio con colegas que admiro, y tener una charla de pasillo, escuchar consejos, asimilar criticas. De aprender, como cada día en este trabajo intenso que es el periodismo.
Fui coordinador del equipo de Investigación Periodística de la radio, donde laburamos con pasión, profesionalismo y libertad (absoluta libertad) en investigaciones sobre aquellos de los que nunca se habla: las corporaciones privadas y también aquellas que están dentro del Estado, como la judicial o la policial. Ganamos algunos premios, pero lo más importante fue que sostuvimos ese espacio reivindicando lo mejor de nuestra tradición investigativa: develar lo que el poder real desea ocultar. Logramos junto a colegas de todo el pais desarrollar investigaciones periodísticas federales, algo inédito en la radiofonia argentina. Trabajos de todo el país se escucharon a través de al 50 emisoras de Radio Nacional. Puro federalismo comunicaciónal.
Forme parte de hermosos grupos de trabajo con periodistas, locutores, operadores. Hicimos “Los que se vienen” los sábados a la mañana, y los ultimos tres años “A cara lavada”, todos los días de 7 a 9. Y de algo estoy seguro: fuimos dignos de estar en Radio Nacional.
Estos años coincidieron con los de gran crecimiento de la radio, en los que volvimos a disputarles la agenda comunicacional a las corporaciones mediáticas que taponaron durante años el derecho a la información de millones de argentinos, y que pretenden volver a hacerlo.
Hoy es un dia muy triste.
Luego de tantos años, no me permitieron entrar a Radio Nacional. Para resumirlo, tengo un contrato firmado el 20 de noviembre de 2015 por Tristan Bauer, por entonces presidente de RTA con mandato hasta el 2017. Es decir, un contrato firmado por la autoridad competente, firmado por mi y, por ende, vigente. El contrato establece que hoy, 1 de febrero de 2016, comenzaba un nuevo ciclo de 7 a 9 de la mañana. No recibi ningun telegrama de despido y en ningun momento las autoridades se comunicaron conmigo para decirme, por ejemplo, que no me querian en la programacion. Ana Guerschenson, nueva directora de Radio Nacional, dio la orden de que no me dejaran ingresar.
No me dejaron trabajar. No me dejaron expresarme. Impidieron a los oyentes de la radio acceder a la informacion que tenía preparada.
Hoy me acuesto triste.
No pude trabajar de lo que amo por pensar lo que pienso, por investigar lo que investigo, por contar lo que cuento