El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) inauguró la plaza Barrio Valle Gas con recursos del Fondo de Integración Socio Urbana de la Nación, que en febrero fue recortado por el presidente Milei poniendo en riesgo la continuidad de otros proyectos. “Es la plaza que Bariloche siempre quiso en el centro, pero en un barrio popular”, dicen desde la organización social.
La plaza “Barrio Valle Gas” es, tal vez, la más linda de Bariloche. Tiene toboganes y subibajas, trepadores y pasarelas, calesita y tatetí, cancha de fútbol, de básquet y de vóley. Fue inaugurada días atrás en la esquina de Mosconi y Colonia, al este del río Ñireco, pegada al barrio San Francisco, y construida con recursos de la Secretaría de Integración Socio Urbana (SISU) de la Nación, cuya masa de ingresos fue achicada por 30, decisión del presidente Javier Milei.
La plaza además tiene el valor de haber sido levantada por trabajadores de una organización social, el Movimiento de Trabajadores Excluidos, junto a cooperativas de Cootramet y vecinos del barrio Valle Gas.
La plaza fue parte de un proyecto más grande que conectó electricidad a 188 viviendas de Valle Gas, Manzana 200, San Cayetanito y Barda Este. La obra demoró menos de dos años, costó poco más de 137 millones de pesos y dio trabajo a 55 personas.
“Es la plaza que Bariloche siempre quiso en el centro, pero en un barrio popular”, dice a Al Margen Pablo Marigo, referente de Integración Urbana del MTE. Tiene piso de goma para amortiguar caídas, sectores con adoquinado, árboles, bancos de hierro, una preciosa pérgola techada, luces LED y reflectores nocturnos en las canchas.
Marigo cuenta que mientras se hacía la obra de conexión eléctrica, una asamblea de vecinos resolvió presentar un proyecto de financiamiento a la Secretaría de Integración, para que ese pedazo de tierra y ese arco -que por ordenanza es un espacio verde- se convirtiera en algo mejorado. Así nació todo.
La Secretaría de Integración no existiría si en 2018 la Ley de Integración Socio Urbana no hubiera sido aprobada por unanimidad en Senadores y Diputados, tomando como base los barrios del Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP) relevado por organizaciones sociales, Cáritas y TECHO en 2016. El Fondo de Integración que la sustenta (FISU) fue creado durante el gobierno de Alberto Fernández y financió obras en 1300 barrios, mejoró 250.000 viviendas de madres solteras, generó 25.000 lotes y proveyó de servicios a 180.000 hogares. Los recursos administrados por la secretaría fueron ejecutados por gobiernos provinciales y municipales opositores e independientes con el criterio de prioridad para casos de hacinamiento extremo. Hubo proyectos en marcha en las 23 provincias argentinas, CABA y 241 municipios.
“Es fundamental que la integración de los barrios populares se mantenga como política de Estado”, dice Marigo, y explica que en Bariloche hay 38 barrios registrados en el RENABAP, en los que se realizaron 11 obras, algunas todavía en ejecución.
A fines de febrero, el presidente Javier Milei decretó la asfixia del fideicomiso que financia la integración de barrios populares. Si antes el Fondo de Integración (FISU) se constituía por el 9% de la recaudación del impuesto PAIS a la compra de divisas extranjeras, ahora ese porcentaje se redujo al 0,3%. El desfinanciamiento del fondo fiduciario –que oportunamente recibió el 15% de la recaudación del impuesto a las grandes fortunas y recursos del Banco Interamericano de Desarrollo- pone en riesgo la continuidad de obras por más de 2400 millones de pesos en barrios como Loma del Medio de El Bolsón, donde se prevé la urbanización de 800 viviendas, o Alún Ruca de Bariloche, donde se está construyendo un centro destinado al turismo social.
Redacción
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
Seguí leyendo Al Margen: