Dialogamos con Pina Felitti, referente del Frente ESI de Bariloche, sobre la negligencia y bastardeo en que está inmersa la Ley de Educación Sexual Integral obligatoria en todas las escuelas públicas de nivel inicial, primario y secundario.
– ¿Qué es el Frente ESI?
-Estamos en los inicios, recién nos estamos juntando representantes de organizaciones o personas que no pertenecen a una organización particular, pero si son referentes en este tema fuertemente. El principal motivo de nuestra unión es que existen fuertes indicios de que está en riesgo la continuidad de la vigencia de la ESI que significa Educación Sexual Integral.
El gobierno nacional está llevando a cabo cuestiones como el desmantelamiento del Programa Nacional de Educación sexual integral, la no difusión de material, el no inicio de capacitaciones o la no profundización de las capacitaciones a docentes… En fin, todo lo que debiera haberse hecho para una continuidad y la implementación plena de la Ley no se ha hecho este año.
Hay una preocupación fuerte. Las personas que militamos dentro de la ESI nos juntamos para ver si a través de algunas acciones, algunas exigencias podemos hacer algo. La idea es trabajar el año que viene con los Centros de Estudiantes, porque en realidad son ellos y ellas las personas que no pueden ejercer ese derecho. La ESI es el derecho a las protecciones de niños, niñas y adolescentes en un montón de aspectos, entre ellos la cuestión de la salud.
– ¿Qué experiencias han tenido en las escuelas desarrollando los temas que propone la Ley ESI?
-Es bastante despareja la instrumentación de la Ley. No hay una decisión política fuerte, a pesar de que ya hace muchos años que se sancionó. En el 2006 se dio lugar al Programa Nacional de ESI y luego en el 2008 se sancionaron todos los contenidos curriculares. A pesar de tener toda esa instrumentación como es un tema difícil de encarar porque te dirige a la interpelación de la misma persona que está dando el curso es compleja la implementación obligatoria en cada institución escolar.
De todas maneras, hay algunos grupos de docentes que han puesto su energía y su buena voluntad y hay escuelas en las que parcialmente se está implementando. En nivel inicial es unánime la aplicación de la Ley, en la escuela primaria es un poco raleado y en la escuela secundaria a veces se soluciona con dos o tres talleres en el año y no es esa la idea de la Ley.
La aplicación no es esporádica, tiene que ser de manera continua durante todo el año. Y no olvidemos que es obligatoria, no es una Ley que uno puede elegir darla o no… es obligatoria para todos los niveles, desde inicial hasta secundario.
Las docentes generalmente acuden a las capacitaciones, ponen todo su esfuerzo para capacitarse pero la implementación para que todos los docentes se pongan de acuerdo es bastante más difícil. La otra cuestión que es terrible es que desde el gobierno, el Estado como garante de este derecho, haga marcha atrás… eso no tiene ninguna excusa ni justificación.
– ¿Qué es lo que vale la pena rescatar de esta propuesta?
– Una de las cosas más importantes es que se ha corrido del aspecto netamente biológico que tenía en un momento. La intención de esta Ley excede lo biológico, lo que hace es abarcar todo lo que tiene que ver con lo psicológico, lo social, lo afectivo, lo ético. Deja de ser una intención particular de dar educación sexual individualizada para pasar a ser algo sistemático.
La ESI tiene perspectiva de derechos humanos y de género. Eso es importantísimo porque no sólo tiene que ver con la obligatoriedad del Estado con los derechos, sino también que si yo doy educación sexual como corresponde también estoy garantizando un montón de otros derechos. Estoy garantizando el derecho a la salud, la diversidad, la equidad dentro del ámbito escolar… un montón de otros derechos que quedan sin efecto en el caso de que la Ley ESI no se tenga en cuenta.
Yo creo que lo importante es que es una obligación que abarca a todas las escuelas, sean públicas o privadas y a todos los niveles de educación. Los pilares de la ESI tienen que ver con derechos, género, el cuidado de mi propio cuerpo y el de la otra persona. Una serie de elementos que no se daban en los cursos supuestamente llamados de educación sexual.
Reclamar por la ESI es trabajar hacia un lugar de justicia. No nos tenemos que permitir una educación sin ESI, es un retroceso político y pedagógico. No puede haber una escuela que sea justa sino tendemos a que haya inclusión, valoración de la diversidad, igualdad en la diferencia, igualdad de derechos. Siempre se educa en sexualidad, a través del silencio se educa en sexualidad.
Se han abiertos Frentes ESI en la Capital Federal, en Rosario y en Viedma. De lo que se trata es de promover acciones de exigencia permanente. Realizar acciones de información y difusión, no todos conocen que es la ESI incluso en el plantel docente.
Por Mariela Martínez y Julia Biagioli
Equipo de Comunicación Popular Colectivo Al Margen