Una crónica coral de la audiencia de extradición del lonko Facundo Jones Huala, ayer en Bariloche. Desde adentro y desde afuera. Cobertura colaborativa de Al Margen, FM Alas, Colectiva Fotografía a Pedal y Cítrica.
Facundo Jones Huala nunca había viajado en helicóptero.
Hoy, fue su primera vez.
El Estado argentino nunca extraditó a un líder indígena por cuestiones políticas.
Hoy, quedó a un paso de esa primera vez.
El juez Gustavo Villanueva está acostumbrado a fallar en contra del pueblo mapuche.
Hoy, no lo hizo.
Se tomará unos días más: el lunes lo hará público.
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La previa de la extensa, agotadora e histórica audiencia en el gimnasio municipal Nº 3 de Bariloche ya anunciaba lo que vendría: un aparato judicial que ni siquiera se esfuerza en maquillar su impunidad.
Sobre el parqué donde generalmente jóvenes juegan básquet y fútbol, y también en las tribunas, entran muchas personas. Dicen que 1500. Pero el juez decidió que sólo ingresaran 23 familiares y conocidos de Facundo Jones Huala.
Y sólo 7 periodistas.
Ante eso, la presión gremial y mediática generó un pequeño triunfo: terminaron ingresando todos aquellos medios que se acreditaron. Eso sí, las y los comunicadores, familiares y organismos también tuvieron una experiencia inédita e insólita: llegaron al gimnasio en colectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), y luego de ser escaneados por efectivos y un aparato, dos veces.
El número de personas allegadas a Facundo que pudieron presenciar la audiencia no se extendió. Fueron sólo 23. Y allí también hubo igualdad de condiciones: en las casi10 horas de audiencia nadie pudo comer nada. Tampoco salir a comprar algo. Si alguien salía, no volvía a entrar.
El predio parecía una expo de represión. Además del helicóptero (pintaron una hache de cal en la mitad de una cancha de once), decenas de móviles de todo tipo y diferentes fuerzas: policía provincial y Federal, Gendarmería y PSA.
Un operativo gigante que costó mucha plata. Tanta, que apenas les quedó para un bidón de agua tibia.
Sí, las abuelas mapuche y otras mujeres, como Norita Cortiñas por ejemplo, tuvieron que bancarse diez horas en un caluroso gimnasio sin siquiera un vaso de agua fría. Ahí también hubo igualdad. Sed y hambre para todo el mundo.
Menos para ellos, el juez, el secretario y el fiscal, que en los cuartos intermedios sí gozaban de refrigerios.
Nobleza obliga: un policía asistió a una señora que le subió la presión, y hasta le fueron a conseguir una medicina que tenía que tomar.
Pero hasta ahí llegó su bondad. Después, fue otro capítulo más de eso que sigue recrudeciéndose día a día desde el Estado: discriminación y barbarie hacia el pueblo mapuche.
La audiencia
La audiencia comienza. Se reparten a las partes los expedientes sobre los cuales se trabajará en la jornada. El secretario del juez Villanueva da lectura a los cargos que motivan el pedido de extradición por parte del estado chileno. Es por un incendio a una vivienda, en 2013 en Chile, más una acusación por portación de armas caseras y también por el paso transfronterizo de manera ilegal.
La abogada Sonia Ivanoff pide acercar una documentación para discutir puntos que la fiscalía aporta.
Tras un cuarto intermedio, Villanueva niega el pedido de la defensa y da lugar al alegato de Facundo Jones Huala. El lonko pide permiso para levantarse y realizar una pequeña ceremonia en la que saluda a las fuerzas más importantes allí presentes. En mapuzungun les dedica unas palabras a Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, explica la necesidad de haber realizado una presentación en su idioma porque pese a que este Estado intenta invisibilizar distintas luchas que aquí se suceden, este territorio sigue siendo el de Inacayal y tantos otros. Apelando a la importancia de la historia que acarrea el permanente hostigamiento a las comunidades mapuche, Jones Huala decidió pedagogizar para los allí presentes, parte de esa historia. “Después de la campaña del desierto nos vimos desperdigados por todos lados. Nuestras autoridades ancestrales fueron eliminadas, y es por eso que muchas veces debimos ir del otro lado de la cordillera (Chile) para buscar la palabra y lawen (medicina mapuche) de nuestros machis. Sin embargo esto está cambiando. Y eso asusta a algunos sectores”.
En su argumento, Jones Huala propuso una problematización de la idea de política. “La política es cómo se entiende el tratamiento de conflictos en cada cultura. Y a nosotros como pueblo nos han impuesto una sociedad ajena con sus normas y leyes, y lo siguen haciendo sin la posibilidad de un diálogo que permita nuestro reconocimiento como pueblo preexistente”. En esta misma clave realizó un recuento de la historia de los jóvenes mapuche en las ciudades de la Patagonia, donde suelen vivir una permanente estigmatización. “Los policías y los chorros son mapuches en este lugar porque la clase obrera suele ser mapuche. No se nos reconoce. Para la justicia somos mano de obra, pero cuando respondemos somos delincuentes. Remarcando la intención por parte de la fiscalía de convertir esta audiencia en algo apolítico. Si esto no es un juicio político me pregunto por qué se prohibió el ingreso a los medios. Nos tienen miedo porque sabemos”. En ese saber Jones Huala hacía referencia a la construcción del ser mapuche y “las obligaciones que tenemos de defender la tierra, mantener la armonía en nuestro entorno”.
El lonko se refirió a la falta de políticas por parte de ambos gobiernos como una de las causas principales para criminalizar todo tipo de protesta. “Aquí no hay terroristas, hay un pueblo harto que se defiende con lo que tiene a mano como ese supuesto arsenal de serruchos, martillos y palas que encontraron en los allanamientos. Somos gente que trabaja. Esos mismos arsenales son los que construyeron este gimnasio”. Llegando al final de su alegato, Facundo manifestó su convicción de seguir incentivando a sus hermanos a “sentirse orgullosamente mapuches y a no tener miedo de los opresores porque son humanos, tienen dos patas, dos brazos y ojos. De hecho si se fijan bien se supone que tienen corazón. A nosotros nos diferencia nuestra dignidad, nuestra voluntad nos la dejaron nuestros antiguos”.
Cuatro cuartos
PRIMER CUARTO INTERMEDIO. En los primeros 40 minutos de audiencia se leyeron los oficios librados por Chile. Finalizados los mismos, la defensa presentó una nueva evidencia: el “Informe RAM” elaborado por el gobierno argentino. Se intentará en todo el juicio demostrar que todo es un montaje para criminalizar al lonko. La Fiscalía desestima la prueba, puesto que no está en juicio la intención del gobierno de la Argentina, sino las acciones de Jones Huala según la justicia chilena.
SEGUNDO CUARTO INTERMEDIO. Se renovó el aire, todxs han quedado calladxs. Facundo no acaba de dar un alegato, habló desde su interior. Sin guía ni libreto, expuso y expresó con sentimiento, punto por punto desnudando la farsa y cada mentira que inventa el poder político en contra de su pueblo.
TERCER CUARTO INTERMEDIO. Extensa alocución del fiscal Jorge Alberto Bagur Creta, quien regresó de su jubilación solo para este caso. Fue hábil en su discurso. Durante más de una hora presentó múltiples argumentos, con mucho peso y jurisprudencia de respaldo. Sostiene declarar improcedente para la extradición los puntos en que se acusa a Facundo de “tenencia de municiones” y de “ingresar al país clandestinamente”. Por el contrario, solicita declarar procedente en el caso de “incendio de vivienda” y “tenencia de arma casera”. Aquí el fiscal, íntimo de Guido Otranto, cambia hábilmente la acusación por “tenencia de arma de guerra” en caso de que se juzgue al lonko en la Argentina. Para estos casos, las penas llegan hasta 10 años.
CUARTO INTERMEDIO. La jornada está llegando a su fin. El cansancio se hace notar. Nada agota más que un debate intenso en el que las partes saben que no llegarán a un consenso. El diálogo y la reflexión, con argumentos y ejemplos, proviene de una sola parte: de quienes hablan desde la tierra. La fiscalía quiere que este juicio sea solo “un proceso de extradición”, que Facundo sea enviado a Chile y se olvide, como se pierde un papel sin importancia en la burocracia estatal. La defensa lo dice bien claro. Hay una persecución política enmascarada en una compleja red de argumentos, de mamarrachos jurídicos, de jugadas mediáticas, propios de un gobierno que quiere dar una “disputa por carriles no institucionales”.
El acampe
Amaneció temprano el acampe. A las 5 y media realizaron la rogativa, una ofrenda a la pacha para que les de fuerza. De a poco se iba sumando gente a las rondas de mate y presentaciones. Soraya Maicoño y Matías Santana deambulaban de un lado a otro respondiendo a las entrevistas, personales, telefónicas, atendiendo con mucha paciencia a los distintos medios que estaban en el lugar o se comunicaban telefónicamente. Se había dispuesto desde la noche anterior una radio abierta desde donde se transmitió el juicio y desde donde se convocó reiteradas veces a juntarnos para armar un purum, una ronda que, acompañada por el sonido del cultrum y el ñorquin, reúne gritos de fuerza y resistencia.
A las 8:40 vimos llegar el helicóptero que trasladaba al lonko, y 10:20 comenzó a sonar por los parlantes la transmisión del inicio del juicio.
Durante la jornada de 10 horas se juntaron alrededor de 200 personas. Ocupaban las inmediaciones del gimnasio. Eran vecinos de localidades cercanas, integrantes de comunidades mapuche y distintos organismos y agrupaciones políticas y sociales. APDH, La Multisectorial de Bariloche, el PO, el PTS, JP, Movimiento Evita, Frente de Izquierda, el Movimiento Luciano Arruga, Pañuelos en rebeldía, entre tantos otros, estuvieron allí.
Una de las presencias más importantes para la gente de la lof fue la de la familia de Rafael Nahuel, que llegó bien temprano y se quedó todo el día. “Vinimos a acompañar a la familia del lonko”, dijeron.
También llegó hasta el acampe Fernando Kosovsky, abogado del AADI, quien se acercó como miembro de la asociación. “Vine para ver que el juicio se desarrolle con normalidad, que se aplique el derecho indígena en la decisión, que se respeten las garantías del imputado”. Al mismo tiempo recalcó que estamos ante un juicio político “porque, primero, ya se ha resuelto esta cuestión en un juicio anterior, y no hay ninguna razón valedera para seguir un proceso, y menos con la privación de la libertad, y mucho menos con la movilización de recursos de cientos de gendarmes que hay sitiado un sector de la ciudad de Bariloche, con una demostración de fuerza que claramente hostiliza al pueblo mapuche y genera un enemigo que no existe. Inventan un enemigo interno. Tratan de tapar una crisis económica evidente y violaciones a los derechos humanos en los diferentes rubros: desinversión en materia educativa y tecnología, desinversión en materia social y bueno. El motivo de mi presencia, fundamentalmente, es también verificar para informar a organismos internacionales de los cuales soy informante directo (…) planteando la situación que se está dando en la Argentina. Violación a los derechos de participación en las consultas de las comunidades indígenas en particular en los casos donde hay empresas o particulares que quieren hacer aprovechamientos extractivos de un recurso o disponer de sus territorios para algo. Entonces, con todo este cumulo de situaciones, el Estado argentino y los estados provinciales generan protestas y las protestas son reprimidas y se eligen chivos expiatorios, en este caso Facundo Jones Huala. La violencia claramente viene del Estado”.
Al mediodía, la comunidad del acampe convidó a los presentes un guiso popular, mientras escuchaban atentos el alegato del lonko que fue aplaudido y reforzado por el marichiweu de sus compañeros, que desde afuera lo acompañaban. A las 19:30 terminó el juicio y salieron del predio los periodistas y familiares que habían estado casi 10 horas adentro. Ahí se produjo un encuentro muy emotivo en el que se intercambiaron informaciones y visiones de lo ocurrido dentro y fuera. Norita Cortiñas, una de las que estuvo dentro del gimnasio, concluyó: “No encontraron lo peor que querían. Tuvieron que aguantar su discurso, tan sensato, tan inteligente. Están buscando cosas que no encuentran y no pudieron inventar. El alegato de Facundo es escuela. Escuela de sensatez así que yo creo que hay que difundirlo. No es un terrorista y no pueden inventar cosas que no hizo. No están solos. Estamos muy atentos de lo que pasa. El pueblo ya está en resistencia. Tenemos que seguir trabajando y andando todos juntos el camino. No queda nada oculto, todo lo que pasa se va sabiendo”.
Por su parte, Isabel, la mamá de Facundo, reconoció que, pese a todo, salió contenta del gimnasio. “Facundo está fuerte con toda la lucha que le toca como lonko, pero disconforme con esta injusticia, persecución política y terrorismo de Estado. El fiscal habló mucho y no dijo nada. Yo estuve en los dos juicios, en los de la Machi Millaray y los demás lamien, él no dijo nada sobre eso, así que estoy muy disconforme con el fiscal. Con el juez no sé. Nosotros estamos orgullosos del lonko que tenemos, yo orgullosa del hijo que tengo y nada, a esperar al lunes”. Porque el lunes, al final, será el día en que se definirá todo.
por Mariel Bleger y Eugenia Neme
Equipo de Comunicación Popular Al Margen