En estos tiempos donde se pretende entronizar al mercado para que sus leyes regulen la vida de los individuos, Al Margen hace foco en el valioso trabajo de los Equipos Técnicos en el proceso de encontrar una familia para un niño o niña sin cuidados parentales.
Esta enorme tarea a veces pasa inadvertida, por eso conversamos con Cecilia Carballo -trabajadora social-, Julia Gesualdo -psicóloga-, Silvina Federici -psicopedagoga- y con la jueza Cecilia Wiesztort en el juzgado de familia de Bariloche.
Mitos sobre la adopción
Existen muchos mitos respecto a la adopción: que tiene tiempos lentos, que es muy burocrática. En la mayoría de los casos los niños, niñas y adolescentes (NNyA) en estado de adoptabilidad vivieron situaciones de vulneración en su familia de origen. El Estado procura resguardar a las infancias y a su entorno a través de los dispositivos territoriales de la SENAF, centros de salud, la escuela y las organizaciones sociales y comunitarias. Cuando la convivencia es violenta, se separa a los niños o niñas de sus vínculos biológicos e ingresa a un hogar de cuidados alternativos o a una familia solidaria. Hay 180 días para revertir esta situación. “Todo esto es un recorrido que lleva su tiempo –dice Julia-. La ley prioriza que los niños se críen en su seno familiar. Existen un montón de políticas y programas dirigidos a fortalecer a la familia y a la comunidad alrededor del NNyA”. Una vez agotadas todas las instancias se solicita el estado de adoptabilidad. “La sentencia puede ser apelada –agrega la jueza– y esto demora mucho más el camino hacia la adopción”.
En consecuencia de este derrotero, la mayoría de niños, niñas y adolescentes en situación de adopción pertenecen a la segunda infancia -de cinco o seis años en adelante-, en general son grupos de hermanos y se prioriza que estén juntos. “La adopción aparece ligada a la adopción de bebés o niños pequeños –dice Julia Gesualdo-. Se cree que cuando son pequeños se los puede criar de acuerdo a los valores de la familia adoptiva. Pero la realidad es que los NNyA que están en estado de adoptabilidad son más grandes y tienen una historia dolorosa y no son pocos los que presentan alguna situación de salud por la carencia de cuidados”.
Encontrar una familia para un niño
Nuestra constitución se adscribe a la Convención Internacional de los Derechos del Niño que redefine el marco teórico para pensar a las infancias. El nuevo Código Civil reconoce a todos las niñas y niños como sujetos de derecho. En este nuevo paradigma adoptar consiste en encontrar una familia para un niño y no un niño para una familia. Esto implica el derecho de las infancias a conocer su familia de origen y el derecho a ser oído en el proceso de adopción. Es necesario el expreso consentimiento del niño a partir de los 10 años.
La adopción implica una construcción gradual del vínculo y la labor del Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) es acompañar el recorrido propio que cada niño hace en el proceso de duelo por la pérdida de su familia de origen y a su deseo de vivir en una nueva familia, así como orientar a las personas aspirantes en el proceso de ahijar un niño con su propia historia.
Ser madre o padre por adopción
“Una de las cuestiones que trabajamos mucho con las familias adoptivas –dice Cecilia Carballo– es el respeto hacia la historia de origen de esas niñeces. La nueva familia que se conforma tiene que saber que esos chicos o chicas transitaron experiencias dolorosas pero también tienen recuerdos lindos con sus hermanos y hermanas y con las familias solidarias. En este proceso se van a construir nuevos recuerdos y se van a reparar también experiencias traumáticas en función de las posibilidades que estos adultos y adultas les puedan dar, pero es central que puedan sostener las redes afectivas que son parte de la vida del niño, niña o adolescente”.
El registro de familia solidaria o en tránsito y el registro único de aspirantes a guarda con fines adoptivos son incompatibles. Una familia solidaria no puede pedir la adopción definitiva. En nuestro país estas leyes se promulgaron para evitar la entrega directa de niños, una práctica común antes, durante y después de la dictadura. “En estos tiempos donde se intenta instalar un discurso que objetiviza al extremo los cuerpos, las vidas y las subjetividades, donde todo puede ser objeto de una operación comercial, es importante que la sociedad sepa que la entrega directa o las guardas colocadas están prohibidas en nuestro país, así como la adopción internacional” -dice Julia Gesualdo.
La capacidad parental adoptiva de las familias se construye entre los aspirantes y el equipo de profesionales especializados que realiza el diagnóstico y acompaña los pasos de la vinculación. “Es un recorrido necesario poder duelar la no posibilidad de conformar una familia biológica para poder acercarse a la especificidad de la adopción que es poder ahijar a un otro distinto a mí donde no hay un lazo sanguíneo” -dice Julia Gesualdo.
– ¿Cuáles son las preguntas más frecuentes de los aspirantes?
-Una cuestión que aparece de una manera u otra es el temor a no estar a la altura de las circunstancias -dice Silvana Federici-. El miedo que genera no poder sostener a este niño, no saber qué hacer o qué respuestas dar a las necesidades puntuales de su sufrimiento. Que la gente se presente con temores, que no se pare desde una posición omnipotente es sumamente saludable y siempre se invita a las personas a que abran sus fantasías y sus miedos.
– ¿Cuáles son las dudas de los NNyA?
-Preguntan si sus padres están bien, si van a seguir viendo a sus hermanos, dice Julia Gesualdo. Es necesario explicar, en diferentes momentos, por qué están separados de sus familias, para que puedan acercarse al proyecto de adopción.
Es fundamental que esos niños quieran tener una nueva familia, dice Cecilia. Vamos pensando junto a ellos como quieren que sea esa otra familia.
– ¿Quién toma la decisión de emparentar a una familia con un niño o niña?
-Antes la selección de la familia lo resolvía el juez en función de lo que percibía que iba a ser lo mejor, sin un acompañamiento técnico, dice la jueza. Hoy la decisión se toma luego de un intercambio de miradas de los distintos profesionales especializados en estos temas. En los procesos excluyentes, cuando una familia no puede incorporar a un niño, niña o adolescente somos todos responsables. Mi mirada de la adopción cada vez es menos romántica y más técnica.
Por eso nos tomamos tanto trabajo en la evaluación de los postulantes a la adopción, dice Julia Gesualdo. Se toman todos los recaudos en el trabajo previo con los niños, en la evaluación de la compatibilidad adoptiva, para que después estos niños no vuelvan al sistema de protección. Cuando ocurre eso, el daño emocional y psíquico es grave, porque son niños más grandes y sus oportunidades de volver a vivir en familia disminuyen considerablemente.
– ¿Cómo se acompaña la construcción del vínculo?
-Cuando todo va bien, dice Julia, es un proceso similar al enamoramiento. Entonces en esa etapa hay que ser cuidadosos de no acelerar los tiempos, de dar lugar a que los niños vayan bajando sus defensas, los adultos también, que vayan apareciendo los niños reales. Recién cuando hay confianza los chicos pueden mostrarte tal cual son. Ahí empiezan a aparecer conflictos de lealtades entre la familia de origen y la adoptiva. Todo esto es esperable. Lo que no es esperable es un proceso de vinculación y de guarda sin problemas.
En la tercera circunscripción de Río Negro hay 31 familias inscriptas en el registro único de aspirantes a guarda con fines adoptivos. A medida que se amplía la edad, se reducen las posibilidades de chicos y chicas a recibir cuidados parentales. Bariloche es la localidad donde hay más familias inscriptas con mayor disponibilidad adoptiva. El equipo técnico interdisciplinario del fuero de familia, la SENAF, el Departamento de Desarrollo Social, el equipo de familia solidaria son actores fundamentales para asegurar el derecho de las infancias a vivir en una familia que le provea los cuidados necesarios para crecer.
“Somos muchos profesionales que tenemos que trabajar de forma articulada para abordar un proceso positivo de adopción“, dice Cecilia Carballo. En la última experiencia, la madre adoptiva nos dijo: ¿Son todos diferentes equipos? Ah, yo pensé que eran un gran equipo”.
Por Verónica Battaglia
Fotos : Muestra fotográfica : “Red – Familias por Adopción” (Télam)
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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