Ganadora de los premios al mejor guion y mejor interpretación en el prestigioso Festival de San Sebastián, Puan se estrenó en Bariloche hace algunos días trayendo un mundo universitario particular y específico que, sin embargo, narra lo universal. Sobre este trascender de los espacios conversó Al Margen con María Alché, guionista y directora de esta comedia filosófica junto a Benjamín Naishtat.
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“Cuando le mostramos el guion al productor francés dijo: todos tenemos un Puan”, comienza María Alché en diálogo con Al Margen respondiendo a la búsqueda de esos hilos que hacen que esta narración, en torno a un lugar tan específico, como puede ser la Facultad de Filosofía y Letras del Universidad Nacional de Buenos Aires, se vuelva universal. Y es que, si bien retrata algo muy puntual, también sale a la luz “el universo de los celos, la competencia, la sensación de luchar por seguir pensando cosas abstractas, en un país que está en crisis, en un mundo que va a una velocidad loca con los celulares”, dirá Alché. “Algunas cosas son muy de Puan, pero otras exceden eso y son compartidas por distintas experiencias”.
-En esa observación, ¿qué te encontraste yendo a lo particular?
– En Puan siempre me encontré algo muy increíble, es como un destello: ir a un lugar donde poder pesar el mundo, donde te están enseñando desde San Agustín hasta Sarmiento o Kant. Muchas veces me tocó cursar materias en distintos contextos de crisis que parecen recurrentes y se repiten, y, la verdad es que es como una especie de milagro que se sostenga esta enseñanza, con ese nivel, con esa calidad, en un país donde permanentemente vuelven situaciones de crisis que todos conocemos.
-La película sale en un momento justo, donde todo lo público se ve amenazado, incluso la educación. Hay como una vuelta a la necesidad de marcar esa defensa, algo que también aparece en la película.
-Son espacios para cuidar en medio del mundo posmoderno que estamos viviendo. Me acuerdo que cuando estábamos escribiendo el guion -durante la pandemia- escuchamos que en algunos países como México querían sacar la carrera de Filosofía. Aparece siempre esta cosa de que las humanidades no tienen el nivel de productividad de otras carreras. Siempre está esa amenaza de recortar y, justamente, son estas carreras las que nos permiten pensar, y pensar es lo que nos permite transformar la realidad. El mundo pareciera estar al revés, pero son cosas a las que más importancia tenemos que darles, porque son las que nos van a ayudar y dar herramientas para pensar. Por eso un poco quisimos poner ahí el foco ahí. La universidad es un lugar de movilidad social, donde se recibió un montón de gente y que le ha permitido un montón de personas expandir su cabeza, su mundo. En estos tiempos parece que todo viene de la nada y vuelven ideas viejas disfrazadas de nuevas, es importante conocer la historia, conocer el pasado.
-La película fue premiada en San Sebastián, lo cual de algún modo también da cuenta de esa universalidad, ¿cómo lo viviste?
-Fue muy lindo el estreno, poder mostrar la película en esa sala tan grande. San Sebastián tiene una capacidad de 1500 personas y también estaba la duda respecto a si iba a funcionar, porque es una película muy argentina y hay cosas que, quizás, alguien de afuera, no puede llegar a comprender. Pero funcionó. La gente salió conmovida, hubo un aplauso muy lindo y después nos enteramos que habíamos ganado estos premios y fue una gran alegría para ayudar al estreno, para darle visibilidad. En el mar de cosas a veces se pierden los estrenos y hay que hacer un gran movimiento para que exista.
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– Algunos de los actores, como Marcelo Subiotto ya habían trabajado con vos en películas anteriores. Cómo fue ese proceso de selección, de elección.
-Cuando surgió la idea con Benjamín desde un primer momento escribimos pensando en Marcelo Subiotto y su mujer en la vida real, que también es actriz, Mara Bestelli. Escribimos con ellos dos en la cabeza y en la pandemia fuimos a visitarlos, con barbijos, en medio del aislamiento, les acercamos impreso el guion. Luego se fueron sumando distintas personas: Andrea Freigerio, que ya había trabajado con Benjamín en su película Rojo, Julieta Zylberberg, una actriz y amiga que admiro y quiero y tenía ganas que esté, Alejandra Flechner. También muchos actores terminaron de aparecer en un casting. Como eran muchos personajes era algo que había que armar delicadamente. Estamos muy contentos con el elenco y con lo que se pudo hacer.
– ¿Caracterizas de algún modo el hilo que atraviesa tus trabajos?
-El humor es un hilo que siento que siempre me acompaña y en esta película se expresó de manera más fuerte. Era un gran deseo mío conectar con esa fibra del humor porque siento que es algo profundo y serio reír, y que es importante y feroz, también, poder compartir la risa con otros. Eso es algo que me importa bastante. También algo de la historia de nuestro país me afecta, me importa, me interesa y entonces de alguna manera, no sé si está presente en mi trabajo, pero es algo a lo que le presto atención. Después algo de los vínculos humanos, hacer películas para para entender algo de lo humano. Me acompañó bastante también lo misterioso, lo fantástico, la ciencia ficción. Son como intereses que van variando o se van poniendo más de manifiesto unos que otros.
-Siendo también actriz, cómo es para vos estar del otro.
-Tengo una manera de dirigir que es bastante próxima a lo actoral. A veces puedo percibir cómo hacer para que un actor se sienta más cómodo o qué cosas generan tensión. Muchas veces en cine hay cosas absurdas que generan una desconcentración para la actuación y en particular estoy bastante atenta a estas cosas, a lo que les pueden traer a los actores comodidad, confianza, que es lo que permite a uno que se anime a hacer cosas, que no harías si no confía. Me preocupa mucho que los actores se sientan en confianza.
-Cómo sigue el recorrido, sabemos que va a representar al país en los premios Goya y que se perfila para Participar en los Oscar.
-En lo inmediato, vamos a estar viajando para estar en el Festival de Neuquén, Benjamín va a viajar a Mendoza, a Córdoba, estuvimos en La Plata. Estamos tratando de estar donde podamos presentando la película porque nos importa que exista acá en Argentina, más allá del recorrido que pueda hacer. Después, sí, estoy empezando a escribir un proyecto nuevo que voy a dirigir que se llama Te amo y hoy todo es hermoso.
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– El cine argentino también es señalado en estos tiempos, como todo lo que es producción nacional, y sin embargo es tan prolífico y reconocido mundialmente.
-Sí, con tanta presencia, tanta vida, hubo 15 proyectos en San Sebastián. Es una industria que el público va a ver, que existe, que tiene mucha fuerza, y que también nos permite pensarnos a nosotros mismos, vernos reflejados, por eso también lo queremos cuidar.
–Seguir sosteniendo ese espacio tan fundamental como es ir al cine, en estos tiempos de pantallas chicas, ¿es otra batalla?
-Sí, contagiarse de la risa de otro, emborracharse de la proximidad, es hermoso y lo recomiendo mucho.
Sinopsis
Marcelo (Marcelo Subiotto), un hombre de unos 50 años, ha dedicado su vida a la enseñanza de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras. Cuando su jefe de Cátedra, mentor y compañero de aventuras del pensamiento muere inesperadamente, Marcelo asume que heredará la titularidad de la Cátedra que ha quedado vacante. Lo que no imagina es que Rafael Sujarchuk (Leonardo Sbaraglia), un brillante y seductor colega, regresará desde Alemania para disputar el puesto vacante. Comienza entonces una batalla sin cuartel entre dos profesores extremadamente opuestos en sus estilos y pedagogías.
TRAILER OFICIAL: https://youtu.be/8i0om7ezuxI?si=nVkSmU-SYR7DtJRL
Por Violeta Moraga
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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