El INADI elaboró un nuevo informe con las formas de discriminación que imperan en la Argentina. Hablamos con Haydee Bustos, delegada del instituto en Rio Negro
El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) elaboró un nuevo relevamiento sobre las formas que adopta la discriminación en la Argentina. Se denomina Mapa Nacional de la Discriminación y es la herramienta que tiene el Estado para generar políticas públicas tendientes a erradicar este tipo de violencia.
Este tercer informe que produce el INADI se realizó a partir de encuestas entre casi 12.000 personas. Ya que la pandemia impidió una evaluación precisa provincia por provincia, se toman como análisis acabado los datos recogidos hasta 2019.
Uno de los resultados destacados por el INADI es que mientras en 2013 el 12% de la población consideraba a la discriminación como vulneración de derechos, en 2019 este porcentaje alcanzó al 36%.
La interpretación de la discriminación como vulneración de derechos permite dar cuenta de cómo la sociedad desnaturalizó ciertas prácticas, aunque un 28% aún no las considera discriminativas.
“Vivimos en una sociedad que no aprendió en su totalidad que somos todos distintos. Durante mucho tiempo nuestros paradigmas se ajustaron a estereotipos impuestos. Los medios tienen mucho que ver con eso”, dijo Haydee Bustos, delegada de INADI en Río Negro.
Dentro de las experiencias de discriminación que relatan las personas encuestadas, hay tres grandes grupos de repuestas:
1. La dimensión étnico-racial, categorizada como racismo estructural: color de piel, nacionalidad, situación socioeconómica, lugar de origen y pertenencia étnico-cultural, entre otras.
2. La dimensión de género: mientras que en 2013 las respuestas alrededor a la discriminación por ser mujer se encontraban en un 6%, en este estudio se incrementó al 12% a nivel general y al 21% si sólo se tienen en cuenta las respuestas de mujeres.
3. La dimensión de las corporalidades, relativa a la discriminación y violencias que experimentan las personas en base a la imposición histórica y social de un modelo hegemónico de “normalidad”. En este punto, se duplicaron las respuestas de las experiencias de discriminación relativas a cuestiones estéticas y a las corporalidades gordas.
“En nuestra provincia la pobreza, la pertenencia a los pueblos originarios y las razones de género encabezan las experiencias de discriminación mayoritarias”, dijo Bustos.Los ámbitos educativos y laborales, seguidos por los barrios y locales nocturnos son los escenarios donde mayormente se producen las prácticas de discriminación.
“Desde diciembre avanzamos en un convenio con el Consejo Provincial de Educación para capacitar a docentes en el programa Escuelas sin Discriminación”, aseguró Bustos.
“Podemos mencionar que dentro del ámbito educativo las principales causas de discriminación fueron aquellas relativas a la dimensión de las corporalidades, mientras que en la vía pública se expresaron principalmente las situaciones relativas al racismo estructural. En el ámbito laboral la dimensión del género ocupó el primer lugar de las experiencias”, dice el informe.
El documento explica que dentro del imaginario social crecieron las menciones acerca de las redes sociales como ámbitos propicios para las prácticas discriminatorias.
Si tenés consultas o una denuncia para realizar, podés comunicarte al 168 o acercarte a Tiscornia 320, sede del INADI en Bariloche.
Redacción
Cooperativa de comunicación Popular Al Margen