Este 28, 29 y 30 de noviembre se celebrará en la ciudad de Bariloche la tercera edición de la NAVE de No Ficción, el Festival Iberoamericano de Periodismo Narrativo más importante del Cono Sur, organizado por la Fundación de Periodismo Patagónico. La entrada es libre y gratuita.
A pesar del complejo escenario, o justamente, con los cimientos de un periodismo comprometido en dar testimonio en tiempos difíciles, la Nave de No ficción vuelve a generar un espacio de encuentro a través del Festival Iberoamericano de Periodismo Narrativo que próximamente tendrá lugar en Bariloche con la llegada de grandes figuras, pero dando lugar también a ese entretejido no menos potente que se cuece por estas tierras.
“El espíritu del festival es un espíritu de encuentro”, dice Santiago Rey, director Periodístico de la plataforma de periodismo narrativo En Estos Días y presidente de la Fundación de Periodismo Patagónico que organiza este encuentro donde se propician los espacios de intercambio, de compartir experiencias, de abonar esa tierra para que nazcan proyectos en común. Un espacio, también, que permite el contacto entre quienes están empezando a hacer periodismo narrativo -que es, junto al periodismo de investigación, dos ejes que impulsa la Fundación para narrar esta parte del mundo- y grandes maestros y maestras de este oficio en sus diversas facetas.
“Es muy simbólico que esto haya empezado en una ventanita que nos dio el COVID en el 2021, con un encuentro bastante modesto, embrionario, pero con ganas de que existiese un festival de este tipo”, recuerda Santiago y narra que esa experiencia fue tan positiva que al año siguiente se organizó algo un poco más más grande, experiencia que se repitió el año pasado.
“En este 2024, por la complejidad de este tiempo evaluamos que iba a ser un año de trinchera, de resistencia para pasar este momento tan complejo. Pero también nos dimos cuenta que muchos colegas se habían acostumbrado a que existiese esta propuesta durante el mes de noviembre en Bariloche. Algo teníamos que hacer, no podíamos dejar caer la fecha y la presencia en el cronograma de festivales de este tipo que hay en el mundo de habla hispana, así que empezamos a tocar todos los contactos posibles e invitar a gente que pudiera participar. Así se fue armando, un poco inesperadamente, pero con mucho trabajo y dedicación”.
El fruto es una grilla con más de 20 actividades que tendrán lugar durante los últimos tres días de noviembre en el Puerto San Carlos, abierto a todo público y sin costo con la participación de reconocidos periodistas y escritores como Leila Guerriero, Alejandro Bercovich y Julia Mengolini, junto a otros nombres de larga trayectoria como Alejandro Seselovsky, Paula Bistagnino, Juan Cristóbal Peña, Bárbara Tupper, Roberto Herrscher, el fotoperiodista Pablo Piovano, Ángeles Alemandi, Valeria Di Croce, Juan Manuel Mannarino, la poeta Liliana Campazzo, entre otros y otras.
Habrá, además, talleres de formación, en línea con un trabajo de capacitación que viene desarrollando la Fundación de Periodismo Patagónico en la región. Todos serán sin costo, pero tendrán un cupo limitado e inscripciones a través de la web del Festival. Asimismo, se dará lugar a conversatorios, presentaciones de libros, la proyección de una película, una obra multisensorial, charlas, crónicas orales, una muestra fotográfica.
“Siempre intentamos hacer algo equilibrado entre propuestas con nombres muy conocidos y otras experiencias tal vez menos conocidas pero que creemos muy importantes”, continúa Santiago Rey y destaca el carácter federal del festival. “En general estas propuestas están muy concentradas en las capitales, tienen que ver con las dinámicas más centralistas. Romper un poco esa dinámica nos parece interesante. Por eso viene gente desde Salta, Jujuy, Tucumán, Corrientes, Buenos Aires, Córdoba, Rosario y por supuesto desde la Patagonia. También desde Santiago de Chile, Concepción, Valdivia, Osorno”.
Así, junto con las grandes figuras, es interesante lo que ocurre en lo pequeño, justamente, en esa red poco visibilizada a través de los canales tradicionales y de la que se toma conocimiento de boca en boca. “Si bien el festival sale en medios tradicionales y eso trae repercusión –apareció mencionado en el diario El País como uno de los más importantes de habla hispana– hay algo de lo subterráneo, en el tejido de la red alrededor de la propuesta, que valoramos mucho y me parece que tiene que ver con el contenido, diría, humano. Hay un vínculo y una sensibilidad puesta en juego en cada una de las propuestas y creo que, en este momento del país, y el mundo, son categorías políticas sobre las que se puede construir”, señala, si bien, también están esos otros engranajes que hacen a que la maquinaria se mueva: el esfuerzo de generar la logística, la organización, los recursos. “Lo vamos haciendo lo mejor que podemos. La Fundación es un grupo pequeño de gente que trabaja con objetivos que nos trazamos hace algunos años, cuando empezamos. Lo que nos gusta, lo que rescatamos y muchos valoran, me parece que es el rasgo de humanidad que le ponemos al encuentro y a cada una de las propuestas que hacemos”.
En el marco del Festival también tiene lugar la entrega de premios de la sexta edición del Concurso de Crónica Patagónica, un galardón a los mejores trabajos de periodismo narrativo con un reconocimiento de dinero en efectivo, y la publicación de los textos en importantes medios de comunicación de Argentina y América Latina. El concurso busca promover un periodismo de calidad, potenciar las capacidades de los y las periodistas que trabajan en la región e impulsar la crónica periodística como medio de narración de las noticias e historias de la zona. “En las provincias del sur hay mucha gente escribiendo, queriendo escribir y contar nuestros lugares, nuestras personas, nuestras vivencias, nuestras historias y hacerlo de la mejor manera posible. La cantidad de crónicas que nos llegaron nos sirvió mucho también para orientar lo que fueron las capacitaciones que organizamos desde la Fundación y ahora la Diplomatura en Narrativas Creativas de No ficción que damos junto a la Universidad Nacional de Río Negro, tratando de responder a las preguntas que hay alrededor del periodismo narrativo, de la crónica de no ficción. De allí surgen nuevas voces”.
Los motores ya están encendidos para el despegue de una nueva Nave, un espacio más que necesario en estos tiempos. “Pertenezco una generación que empezó a asomarse al periodismo siendo herederos de quienes fusionaron su trabajo periodístico con el compromiso político puesto al servicio de, por ser muy generalistas, una sociedad mejor. El periodismo no va a cambiar el mundo, pero trabajamos como si fuera a hacer del lugar que habitamos un lugar mejor”, señala Santiago Rey y reafirma: “Sigue siendo uno de los motores del trabajo que hacemos”.
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Por Violeta Moraga
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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