El presidente tiene la herramienta que le servía de excusa para destruir. Las hipótesis estratégicas (¿Los Milei eternos o de tranco corto?). De León a Topo. Dejen de llevar al Pueblo a la derrota.
Luego de la sanción de la Ley Bases, el presidente (y su tándem de poder, Karina Milei) se quedaron sin excusas. Ahora, poseen la herramienta que quería y que también les sirvió de pretexto durante 6 meses para justificar el no-repunte de la economía. Durante 6 meses el problema fue que el Congreso de la Nación no sancionaba las leyes que este gobierno necesitaba. A partir de la primera semana de julio, ya no habrá excusas. Deberán dar demostraciones concretas de recuperación ante la depresión económica que vivimos.
Si aumentar la pobreza en igual proporción que Macri y Fernández, pero tan solo en 6 meses; si fomentar 100.000 desempleos en el sector privado formal; si hacer caer todos los indicadores de producción, trabajo y consumo a niveles similares a la Pandemia; destruir el poder adquisitivo de todos los sectores sociales; y tener una inflación del 70% en 6 meses… si todo eso fue una excusa de la herencia y la falta de la Ley de Bases, ahora se terminaron las excusas.
Como ya afirmamos en otras oportunidades, desde aquí se sostiene la hipótesis de que este será un gobierno breve porque su plan económico es inconsistente, incoherente e impracticable. No habrá recuperación en V, sino que se profundizará la depresión económica y luego empezará una etapa de estancamiento, es decir, habrá la tendencia será en forma de L. Este gobierno de brutos e ignorantes el único destino que les espera es el del fracaso porque, en realidad, ya fracasaron. Será una cuestión de que el tiempo ordene y haga coincidir el tiempo económico con el tiempo político. Hoy Los Milei, al igual que Macri en 2016, parecen eternos. No es casualidad, es error de diagnóstico. Y el diagnóstico que sostenemos es que esto ya fracaso y el debate es quién viene después. Milei no tendrá ni tiempo para aplicar la mayoría de los artículos votados en la Ley Bases. El verdadero problema será si esta Ley será aplicada por Villarruel o por Macri. Esa es otra historia. A evitar.
Milei pasó de león a topo. Y como tal, se cierra en su propio círculo, lo llena de dopamina (y algunos dicen de estímulos ilegales) y construye una retórica muy similar al “vamos por todo” del 2011. El problema para el gobierno y, en definitiva para la Argentina, es que cuando se conforman los círculos, la realidad se vuelve lineal, homogénea y monocausal. Típico pensamiento de un chico. La vida adulta te muestra que la realidad tiene múltiples líneas, es heterogénea y multicausal. En esa visión chata de la realidad (que hoy caracteriza a la mayor parte de la dirigencia política nacional de todos los espacios), están los errores que consolidarán el fracaso ya consumado. Y cuando la espuma baje, porque va a bajar, debemos estar preparados. Es momento de pensar, como hizo Scalabrini Ortiz, en las Bases para la Reconstrucción Nacional.
Finalmente, el fracaso de Los Milei es también el fracaso de la dirigencia nacional peronista. Se acostumbraron a movilizar al pueblo a la derrota. A desestimularlo, a desesperanzarlo, a desmoralizarlo. Lo que no pudieron hacer los gorilas durante 70 años, en éstos últimos 10 años, la dirigencia nacional se encargó de hacerlo ininterrumpidamente. Sin pausa y sin vergüenza. La urgencia de un trasvasamiento generacional se impone. Necesitamos recuperar una mirada estratégica y recuperar la autoestima de las victorias políticas (que son más importantes estratégicamente que las electorales). Seguramente volvamos, porque somos la única doctrina clásica, moderna e innovadora que ante los clásicos (marxistas y liberales) y neoclásicos (neoliberales, socialdemócratas y keynesianos) dimos propuestas superadoras desde la periferia del mundo, para y por los Pueblos del mundo. Ante el nacionalismo de exclusión que se consolida y expande lentamente a lo largo de todo el mundo, desde aquí, desde Argentina, reafirmamos nuestro nacionalismo de inclusión. Porque como dijo Perón: “si tenemos razón, volveremos. Y si no tenemos razón, lo mejor es que no volvamos”.
Por Juan Martín Azerrat
Fotos: Rodrigo Ruiz (Cítrica)
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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