La Universidad de Buenos Aires acordó con el gobierno el monto de 60 millones de pesos para gastos de funcionamiento y fondos para hospitales y suspendió la emergencia presupuestaria. Las 60 universidades restantes no obtuvieron nada. El Frente Sindical de las Universidades Nacionales convocó a un paro nacional y a una marcha de antorchas para el 22 y 23 de mayo.
Luego de la histórica marcha por la educación pública, el presidente tuvo que tragar de golpe el té de lágrimas de zurditos y salir a aclarar a través de su vocero presidencial que cerrar las universidades públicas no estaba en sus planes. A la semana, la ministra de Capital Humano se reunió con los rectores con la intención de resolver el conflicto con el sistema universitario en su conjunto. Dos semanas después, las autoridades universitarias se enteraron de que el gobierno acordó un 270 por ciento de aumento para gastos de funcionamiento solo para UBA.
Estudiantes de primera y estudiantes de segunda
El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) calificó de “inadmisible y provocador” el acuerdo que reconoce que sí hay plata para solo una universidad y no para la totalidad del sistema educativo. Consideraron también que discrimina a los dos millones de estudiantes de las 60 universidades argentinas a los que no se les garantiza las condiciones para estudiar. “No aceptaremos que existan estudiantes de primera y de segunda”. Es importante aclarar que la votación del levantamiento de la emergencia presupuestaria en el Consejo Superior de la UBA no fue unánime: las facultades de Ciencias Exactas, de Filosofía y Letras y de Sociales se abstuvieron.
El método
“El éxito de la marcha universitaria del 23 de abril fue, en parte –dice Viviana Diez, secretaria gremial de ADURN (Asociación de Docentes de Universidad de Río Negro)- gracias a la unión entre las federaciones de docentes, no docentes, estudiantes y el CIN, todo el arco universitario en bloque se plegó al reclamo”. A este golpe político el gobierno contraataca intentando desarticular ese frente y negociar por separado con cada uno de los rectores. El vocero presidencial en conferencia de prensa confesó esta estrategia en la que se pretende resolver el conflicto universidad por universidad. “Con todas las universidades se está terminando de diseñar el ajuste presupuestario porque cada casa de estudio tiene particularidades que se tiene que atender de manera individual, cada universidad es distinta solo en materia de cantidad de alumnos para dar una variable”. Si tardó cuatro meses en negociar con la UBA, ¿cuánto tiempo se va a tomar para arreglar con las 60 universidades restantes?
¿Votos para la ley Bases?
Esta estrategia del gobierno se revela poco transparente y abona la sospecha de que haya habido un cambio de favores en el marco de la discusión de la Ley Bases en el Senado. Cuando se le preguntó a Adorni si el gobierno hacía transferencias discrecionales para conseguir votos, contestó: “Eso no está en nuestra esencia”.
Por su parte, el decano del CRUB, Marcelo Alonso, describe la magnitud del aumento de los gastos de funcionamiento de la UBA como sospechosa. “Uno de los problemas que teníamos las universidades es que no había una definición clara del gobierno respecto a cómo iban a atenderse los reclamos. Hasta ahora hubo un aumento del 70% en abril con la promesa de un aumento similar para mayo. Esto sumaría un 140 por ciento, la mitad de lo que se le otorga ahora la UBA (270 por ciento). Es muy extraño que el Ministerio haya decidido arreglar con una universidad en particular, casualmente conducida por un rector y vicerrector radical en el marco de la votación de la Ley Bases”.
Otra parte del plan del gobierno es la centralización de la educación superior en las grandes urbes. Un temor que tienen las universidades patagónicas es que se atiendan las necesidades de las casas de estudio con mayor matrícula de estudiantes y se desfinancie al resto. “No hay razón para atender primero a la UBA sin una agenda de qué pasa con todas las demás -dice Alonso-. El gobierno quiso romper la línea de reclamo de todos o ninguno por más que la UBA diga que va a seguir acompañando la lucha”.
Paro y marcha de antorchas
Ante la falta de respuesta del Ministerio de Capital Humano al reclamo de recomposición salarial, el Frente Sindical Universitario convocó a una jornada de visibilización de las demandas y marcha de antorchas para el 22 de mayo y un paro nacional docente y no docente sin asistencia a lugares de trabajo para el 23 de mayo.
“Se está por cumplir un mes de la marcha más grande de toda la historia -dice Silvia Brouchoud, secretaria general de ADUNC (Asociación de Docentes de la Universidad del Comahue)- sin una actualización presupuestaria, ni una recomposición salarial.” Los sueldos de los trabajadores de la educación están un 50 por ciento por debajo de la inflación. Recordemos que en enero no hubo ningún aumento, en febrero se incrementó un 10 por ciento, un 12 en marzo y un 8 en abril. Además los sindicatos denuncian la falta de diálogo por parte de las autoridades en el proceso de partidarias. “El gobierno se sienta a la mesa y dice “Esto es lo que hay” -agrega la secretaría general de ADUNC- nadie le firma el acta e imponen el valor del aumento por decreto”.
Ayer, el gobierno, para impedir las próximas medidas de fuerzas llamó a una paritaria nacional, ofreció un 9 por ciento de incremento salarial que fue rechazado de forma unánime por el Frente Sindical Universitario. La paritaria pasó a un cuarto intermedio para el día de hoy. De todos modos se ratificaron las jornadas de lucha. Unter adhiere al paro docente en defensa de las universidades nacionales.
Es importante el apoyo de toda la sociedad para que la educación superior no se centre en las grandes ciudades del país y para que no haya estudiantes de primera y de segunda.
Por Verónica Battaglia
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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