Hace 29 años en Tierra del Fuego murió el primer hombre en protestas sociales desde el regreso de la democracia: Víctor Choque, un obrero de la construcción. La represión a manifestaciones por despidos y cierres de empresas sin indemnización fueron contracara de la política económica de los 90. Conversamos con Oscar Martínez, dirigente de la UOM y protagonista de esa trágica semana santa.
El 12 de abril de 1995 Oscar Martínez era secretario de organización de la Unión Obrera Metalúrgica de Río Grande, 200 kilómetros al noreste de Ushuaia, capital de Tierra del Fuego, donde ese día cayó muerto el obrero de la construcción Víctor Choque, el primer hombre asesinado por la policía en protestas sociales desde el regreso de la democracia.
Horas antes más de cien trabajadores de la fábrica electrónica Continental Fueguina habían sido desalojados de la planta donde reclamaban el pago de salarios adeudados y su indemnización tras el cierre de la empresa. Las imágenes en YouTube de la represión son impresionantes: la Ruta 3, donde transcurrieron los hechos, se convirtió en un escenario bélico de gritos nerviosos y hombres con sangre arrastrados por el suelo.
La voz de Martínez durante aquella Semana Santa fue atronadora: “Acá se derramó sangre obrera, y la sangre obrera no es cualquier cosa”, dijo. Años después sería absuelto en un juicio acusado de incitar a la pueblada que ese día sitió la capital fueguina.
Al crimen de Choque le prosiguió una seguidilla de muertes en manifestaciones contra la política económica del presidente Menem, De la Rúa y Duhalde: Teresa Rodríguez en Cutral Có, Aníbal Verón en Tartagal, 32 personas durante el 19 y 20 de diciembre de 2001, Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, entre otros.
Choque era oriundo de Salta, un migrante, como Martínez, que partió en 1983 de Bariloche a una Tierra del Fuego en pleno apogeo laboral alentado por la decisión en 1972 del dictador Alejandro Lanusse de poblar la provincia mediante una ley de incentivos a la producción electrónica, aún vigente.
Semana trágica
El viento mantiene en suspenso la tierra, las nubes caen plomizas sobre las montañas de fondo, el Ministro de Gobierno Fulvio Baschera ordena a la policía antimotines avanzar sobre la planta Continental Fueguina, rodeada de operarios y mujeres y de una maestra, con balas de goma y gases lacrimógenos mientras civiles de jean, chaleco y visera golpean con cachiporras a quien se cruce delante suyo.
– Es llamativa en las imágenes la violencia de la represión
– La planta de Continental Fueguina no estaba tomada en su totalidad, sino solamente en el sector comedor. No había necesidad de desalojo. Los trabajadores montaban guardias rotativas y la Justicia había establecido presencia policial a pedido de un banco privado, uno de los principales acreedores de la empresa. Detrás de Continental había otro establecimiento que producía artefactos Noblex, cuyos trabajadores fueron sorprendidos por la represión inesperada. Hubo mucha confusión.
– ¿Hubo orden judicial de desalojo?
– Entiendo que pudo haberla habido, lo desconozco.
– En las imágenes se ve decir a Pino Solanas, que viajó a solidarizarse con los trabajadores tras la muerte de Choque, que la empresa tenía conexión con el gobernador José Estabillo.
– Estabillo había sido gerente de producción de la empresa.
Esa tarde del 11 de abril Oscar Martínez y un grupo de trabajadores viajan a Ushuaia y al otro día, frente a la jefatura de policía, reclaman la libertad de los detenidos. La crónica en el lugar del periodista Julio Bazán habla de más de 2000 personas en los alrededores, entre ellos Víctor Choque, de 37 años.
A partir del arribo de cientos de gendarmes nacionales, las fuerzas comienzan a reprimir a los manifestantes. Un trabajador con un ojo morado relata a cámara que un grupo de 4 ó 5 policías lo patearon, lo golpearon con garrotes, simularon su fusilamiento.
La bala de plomo que mata a Choque es disparada del arma reglamentaria del oficial Félix Polo, condenado luego por homicidio simple a ocho años de prisión. Los responsables políticos no fueron juzgados. Ese año Estabillo ganaría la elección a gobernador provincial.
– Choque no estaba participando directamente de los hechos.
– Choque había terminado una asamblea del sindicato de la construcción, cuando la policía antimotines salió a disparar con todo para desmovilizar a la gente. Habrán gastado todas las provisiones, porque no sabemos por qué comenzaron a disparar balas de plomo que hirieron de muerte a Choque. Uno de los hechos más aberrantes del día 12, fue la existencia de un colectivo naranja con policías que recorría las calles disparando a mansalva para impedir la reunión de trabajadores que se organizaban para llegar a la jefatura de policía.
La 19.640 es una ley nacional que contempla la defensa geopolítica de Tierra del Fuego, la Antártida e Islas del Atlántico Sur, y prevé un régimen de incentivos fiscales para la radicación de empresas y la creación de puestos de trabajo orientados a potenciar la población que, en pocos años, alcanzó a multiplicarse por diez.
En una entrevista posterior al crimen de Choque, el gobernador Estabillo dice que la política económica es direccionada por el Estado argentino, que lamentablemente algunas empresas de Tierra del Fuego no pudieron soportar el modelo menemista y que el gobierno provincial no pudo dar respuesta a sus efectos.
– La convertibilidad no atacó directamente al régimen de promoción industrial.
– Algunas empresas, en su afán por acaparar mayor porción del mercado, acumularon producciones extraordinarias que no pudieron vender. Porque si bien el modelo menemista no atacó directamente la ley de promoción industrial, la apertura comercial y la convertibilidad generaron que productos fabricados en la provincia fueran sustituidos por productos importados. Este combo generó una crisis que llevó a muchas empresas a la quiebra. Fue una época en que las firmas quedaban con mínimo personal o cerraban abandonando a los operarios sin pagar salarios ni indemnizaciones. Un año antes, en Río Grande, atravesamos procesos similares en Kenia Fueguina y Panasonic.
– Entonces los trabajadores tomaban las fábricas.
– Un tiempo antes, la Legislatura fueguina dictó una norma que estableció que la deuda de una empresa cerrada podía ser absorbida por el Estado provincial constituyéndose en acreedor para mantener los puestos de trabajo y la producción, pero para el caso de Continental Fueguina el gobierno se negó. Esa norma después fue derogada.
– ¿Como siguió el conflicto?
– Luego de la intervención del gobierno, se acordó con la cámara empresaria el pago de indemnizaciones para los trabajadores de Continental y Kenia en diez cuotas que finalmente resultaron muy extensas, muy demoradas, poco representativas de las categorías y la antigüedad de los trabajadores.
– Si bien Milei aseguró que mantendrá el régimen de incentivo industrial, ¿les preocupa el escenario de liberación de importaciones?
– Nos preocupa la política neoliberal implementada y el autoritarismo del gobierno, pero estamos firmes en la responsabilidad de defender lo conseguido y de ejercer el derecho soberano de habitar esta provincia.
Por Pablo Bassi
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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