La Década Ganada vs. La Década Perdida. Sin trabajo no hay gobernabilidad posible. Un Estado eficiente (no omnipresente) que expanda al sector privado. Volver a planificar la Argentina.
Hace 10 años que Argentina no crea empresas privadas que generen trabajo. No sólo que no crea trabajo, sino que el existente lo degrada o lo destruye. Los 3 tercios electorales se desilusionaron con Macri, Fernández y Milei dejandonos en una situación muy compleja de camino hacia la anomia. 3 gobiernos fracasados que han destruido tanto el trabajo como el capital. El futuro por esta vía es imposible. Aunque aparezcan los “especialistas” ensobrados de las empresas que extraen recursos naturales en diarios masivos a decir que la única vía es crear una Argentina colonial…
Diametralmente distinta fue la Década Ganada en donde no sólo se creó trabajo hasta el 2012 sino que también recuperamos el poder adquisitivo de los trabajadores. Al mismo tiempo que se hizo eso, no fue necesario ni generar déficit fiscal/comercial ni hacer un Estado omnipresente. Es posible crear trabajo y construir una sociedad más justa con 8 Ministerios y superávit fiscal. ¿Por qué fue una Década Ganada? Porque el Estado acompañó el crecimiento y expansión del sector privado. Exactamente lo contrario a lo que hicieron Macri, Fernández y Milei.
El Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) lleva hace 20 años el registro de empresas y trabajadores de Argentina. Infobae en una muy interesante nota pone blanco sobre negro en los números inobjetables: durante la Década Perdida (2013-2023) cerraron 31.400 empresas (sin contar las miles que han cerrado con Milei). Pero aún queda con una claridad indiscutible por qué Argentina está atrapada en la destrucción del trabajo y el capital: porque no quisimos o no pudimos volver a repetir la experiencia exitosa de la Década Ganada que se resume sencillamente en una frase de Perón: para un gobierno peronista, gobernar es crear trabajo (fundamentalmente trabajo en el sector privado).
Un gobierno peronista crea trabajo y valor. Un gobierno que los destruye, definitivamente será lo que quiera ser, pero no es un gobierno peronista. Por eso durante la Década Ganada floreció la política, porque ordenamos socialmente a la Argentina a partir del trabajo y de los trabajadores. Sin embargo, con la muerte de Néstor Kirchner, el eje político cambió y se materializó en un acto en Vélez en el año 2011 . Yo estuve en ese acto, lo recuerdo perfectamente. Pecamos de triunfalistas y no supimos ver que ese día estábamos pifiando. A partir de ese día cambió el eje de acumulación de Poder. La historia que siguió después, ya la conocemos. Lo importante es no volver a repetir los errores.
Argentina es un país con memoria de pleno empleo hasta el año 1975. Por eso, la pobreza es circunstancial y no estructural. Si hacemos las cosas bien, se termina la pobreza. Esa es la gran diferencia con los demás países de la región en donde la pobreza es estructural (siempre existió). Perón se preguntaba ¿cómo puede ser que haya pobreza en un país que está todo por hacerse? Lo mismo nos preguntamos hoy. Y la respuesta es simple: repetir lo que hicimos bien, corregir lo que hicimos mal.
¿Qué hicimos bien? Expandir el sector privado con un Estado simple conducido por cuadros políticos de volumen que planificaron la Argentina. Perder el miedo a la planificación y dejar de una vez de lado la improvisación. ¿Qué hicimos mal? Usar el dedo señalador demás y mal. Lo usamos tan idiotamente mal que la CGT nos hacía paros generales en el 2014 para sacar Ganancias (¡tenían razón!). Por eso, es necesario corrernos de los extremismos y crear Unidad Nacional en todo momento y a todo lugar.
Desde aquí, humildemente, seguimos pidiendo un Congreso Nacional de la Productividad y el Bienestar Socioambiental que reúna a las Organizaciones Libres del Pueblo en un debate permanente con el fin de planificar la Argentina a largo plazo. Una experiencia muy interesante es lo que está pasando en la política de la Patagonia (ya escribiremos al respecto). Generar los consensos amplios que necesitamos para salir de la espiral de destrucción de trabajo y valor en la que estamos metidos. Sin trabajo cualquier discusión es en vano y por eso buscamos la armonía entre el capital y trabajo. En nuestros tiempos, gobernar es crear trabajo.
Por Juan Martín Azerrat
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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