Construir la Paz Social para evitar la anomia. El Frente Nacional ante la disgregación anarcocapitalista. El rol protagónico de las Organizaciones Libres del Pueblo en los nuevos tiempos. Tender puentes y derribar los muros.
Esta semana tuvimos una entrevista extensa del presidente en LN+ que, una vez más al igual que en su discurso de asunción y en el Foro Económico Mundial, muestran de pies a cabeza el dogma del cual está enamorado el presidente. Hay una frase que es la más importante de la entrevista: Un Estado eficiente es un oxímoron. Cuando el presidente se define como un anarcocapitalista no es un decir sino una profunda creencia dogmática. Buscará por todos los medios destruir el Estado-Nación (que es muy distinto al Estado mínimo que proponen los neoliberales). Por eso, ya dijimos que Milei es un apátrida y no un anti-Patria. Milei no es un cipayo porque no odia al Estado argentino, sino que odia a todos los Estado-Nación y por eso está al borde de provocar una desintegración territorial de la Argentina (la consumación de la anomia).
Ahora bien, como este esquema de pensamiento es ridículo, impracticable e incoherente también dijimos que este gobierno será breve ya que el fracaso no tiene vuelta atrás. Ni los poderes del Estado que regulan al Ejecutivo (Legislativo y Judicial), ni los gobernadores (hoy actores centrales de la Paz Social), ni el trabajo, ni el capital, ni el Pueblo lo van a permitir (no, los pueblos no se equivocan). Será cuestión de tiempo para saber cuándo se consumará el fracaso (entre el tiempo y la sangre, seguimos eligiendo el tiempo). Ni va a haber dolarización, ni privatización del Banco Nación, ni cierre del Banco Central, ni paralización de la obra pública. Lo que sí habrá es una disgregación nacional producto de la crisis social que será muy delicada en la cual los gobernadores tendrán un protagonismo central en evitarla. Hoy la unidad de los gobernadores es sinónimo de la Paz Social y el freno a la anomia inmediata.
¿A dónde vamos con este planteo? Llegó la hora de la Unidad Nacional. La hora de tender puentes de acuerdos mínimos y derribar los muros que restringen la unidad. Primero la Patria, después del Movimiento y por últimos las personas. Reconstruir los espacios organizativos con aquellos que todavía pensamos que la celeste y blanca puede ser un símbolo de unidad, inclusión y futuro. Reconstruir a partir de un nacionalismo de inclusión ante un evitable viraje de Occidente hacia los nacionalismos de exclusión. Sin embargo, esto no solo significa un acuerdo entre partidos políticos sino principal y fundamentalmente entre las Organizaciones Libres el Pueblo (OLP).
Perón decía que el Gobierno, el Estado y las organizaciones libres del Pueblo constituyen el cuerpo de la Comunidad. El alma de la Patria es la Doctrina Nacional. Una doctrina (diametralmente distinta a un dogma) que se constituye a partir de las OLP: la familia, la escuela, el club barrial, las sociedades de fomento, el sindicato, el trabajo y todas aquellas asociaciones que construyen comunidad organizada. En síntesis, un gobierno esclavo de un pueblo libre. Hoy es el tiempo de la reconstrucción de las OLP que como su nombre indica, son libres y democráticas.
Algunos dirigentes políticos plantean que hay que reformar las leyes laborales sin convocar a los sindicatos que son los que más saben sobre leyes laborales. Lo mismo sucede con las leyes impositivas cuando no se convocan a las empresas (chicas y medianas, sobre todo) al debate de las mismas. Por eso hablamos de que es necesario convocar a un Congreso Nacional de la Productividad y el Bienestar Socioambiental en donde las OLP definan las políticas estratégicas de salida de la crisis. A ningún trabajador le sirve un empresario pobre y a ningún empresario le sirve un trabajador pobre. No hay más alternativa que la reconstrucción de una Comunidad Organizada o, indefectiblemente, la otra opción será la consolidación de un capitalismo de exclusión con 30% de la sociedad afuera del sistema de forma estructural.
Lógicamente, lo que necesitamos es tiempo. Aun cuando los tiempos son escasos y la realidad a veces desespera, reconstruir los lazos sociales requiere de tiempo y dedicación. La nobleza de la política se construye codo a codo con la comunidad. Tomando un mate, compartiendo un momento y sobre todo, escuchando. Cuando se construye comunidad, no hay “red social” o canal de televisión que rompa ese lazo. Ese lazo solo se rompe cuando se rompe la propia comunidad.
“Somos un país porque no pudimos integrar una nación y fuimos argentinos porque fracasamos en ser americanos. Aquí se encierra todo nuestro drama y la clave de la revolución que vendrá”
Por Juan Martín Azerrat
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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