Este año nuevamente se ponen en disputa distintos modelos de país o de colonia en las urnas. Los bienes naturales o recursos naturales están en el corazón del futuro económico del país. El qué, dónde y cómo se usan, aprovechan o explotan debería estar en el centro del debate público, pero la agenda inmediata se come la escena.
Nuestros bienes naturales están en la mira de grandes poderes nacionales e internacionales para su aprovechamiento en los próximos años. El futuro del país y de nuestra gente depende de cuál sea el modelo de desarrollo que se imponga por las urnas o por la fuerza. En las líneas que siguen intento aportar elementos de análisis y acción para afrontar la agenda ambiental que se viene. No es una receta para digerir sapos, son algunas puntas para tratar de no quedarse en la resistencia testimonial y tratar de plantar el debate real del futuro de nuestros bienes naturales y nuestra gente
En fechas cercanas al golpe de estado en Bolivia contra Evo Morales, Elon Musk, dueño de Tesla (fábrica de autos eléctricos), la red social Twitter y uno de los más ricos del mundo, dijo públicamente que si para tener el litio boliviano tenía que financiar un golpe de Estado lo haría sin problema. La generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur (EEUU), habló recientemente de nuestro litio y petróleo como si fueran un problema de seguridad nacional para su país y/o directamente propiedad de su nación. Además, en una nota reciente Telma Luzzani para El destape (1), sobre el aumento de tensiones entre EEUU y China, nos describe los lineamientos generales de un texto del Comando sur presentado ante el Congreso estadounidense, donde se dice textualmente: “La defensa de la patria estadounidense está directamente vinculada a la resiliencia, estabilidad y seguridad de la región de América Latina y el Caribe. La proximidad nos sitúa en primera línea de la competencia estratégica, ya que compartimos retos transfronterizos y amenazas globales”. Por esta razón, el Pentágono propone una serie de medidas que van desde la militarización de nuestro territorio a la batalla cultural y la censura informativa. Ante este contexto, parece menor (aunque no lo sea) que España y otros países paguen por año millones de euros en permisos de pesca en la zona de islas Malvinas al Reino Unido.
En el rubro hidrocarburos, la cantidad de riqueza que queda en el país (sin entrar si es bien distribuida o no) es mayor a la de otros minerales gracias a la estatización de YPF. El petróleo de Vaca muerta es explotado mayoritariamente por la empresa mixta de mayoría estatal YPF y se está terminando el gasoducto Néstor Kirchner para poder abastecer los centros urbanos e industriales del país y hasta para su exportación.
En un par de años, según los menos optimistas, Argentina pasará de importador a exportador neto de hidrocarburos, pero también a ser un gran exportador de minerales en general y de litio en particular. Nos guste o no el panorama, es un país distinto el que se nos viene, un país en que el petróleo y la minería van a aportar al país similar cantidad o más dólares que el complejo agropecuario. Esa realidad de por sí, no cambia necesariamente nuestras vidas para bien. Depende en gran medida del modelo de desarrollo que se imponga. En pocos años hacia adelante se definirá si seguimos el camino similar al de Qatar o el de Noruega. Es decir, un país rico, con una pequeña élite con acceso a grandes lujos. O un país rico, con una gran mayoría de su población con un gran estándar de vida económico social y ambiental. Ambos países tienen un Estado rico gracias a la explotación de hidrocarburos en su subsuelo marino, es decir las conocidas como plataformas off shore ¿Les suena? La diferencia está en si existe un estado poderoso para regular esas actividades y especialmente distribuir los beneficios. En un dossier sobre el litio en el portal Cenital de fines de 2022 (2) se encuentra una interesante entrevista (3) al presidente de Exar SA, dueña de una de las dos plantas de producción de litio ya operativas en el país (hay varios proyectos más en construcción, algunos también de esta misma empresa). En esta entrevista, Franco Mignacco, explica por qué el régimen actual argentino resulta más atractivo que el de los otros dos integrantes del triángulo del litio (Chile y Bolivia), lo cual les abre una gran ventana de oportunidad para producir litio en nuestro país:
“El régimen actual de Argentina la posiciona competitivamente más atractiva con respecto a Bolivia y Chile, los otros dos integrantes del “triángulo del litio”. El litio es un mineral concesionable por los estados provinciales, regido por la ley de inversiones mineras y el código de minería que no contempla ninguna restricción para su uso o comercialización. Aunque goza de estabilidad fiscal, la carga impositiva es igual que para cualquier otra actividad. En Bolivia, las atribuciones de exploración, explotación, industrialización y comercialización de litio fueron reservadas al Estado en 2008, es decir, está nacionalizado y su explotación está en manos de la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). Aún no produce litio de manera industrial. En Chile, el litio quedó fuera del marco del resto de los minerales. Desde entonces, aunque con variaciones, el recurso no es concesionable y sus dos explotaciones actuales (SQM y Albemarle) están enmarcadas en asociaciones con la chilena Corporación de Fomento de la Producción (Corfo). En definitiva, estamos en una ventana de oportunidad para producir litio en nuestro país.”
Vale decir que el nivel de producción de nuestros países vecinos va mucho más lento que en Argentina, en gran medida por las dificultades de sus Estados para desarrollar el conocimiento y hacer las inversiones necesarias para el aprovechamiento del recurso. Pero por otro, el propio empresario destaca las facilidades normativas en nuestro país por las cuales ellos pueden negociar acá con los Estados provinciales, y claramente imponer sus condiciones mucho más que cuando les toca negociar con estados nacionales, como les sucede en Chile y Bolivia. Lo interesante es que más allá de si uno considera justo o no lo que nos dejan estas multinacionales, lo cierto es que tiene un impacto local importante. En la misma entrevista, el empresario contesta la siguiente pregunta
¿Cuánto de esa demanda (de insumos para su empresa) es abastecida por proveedores locales? ¿Cuáles son los principales obstáculos y desafíos para abastecerse de proveedores locales?
“Para mencionar algunos números, hasta la fecha la empresa ha invertido en contratación de bienes y servicios a la economía argentina por casi USD 570 millones (80% del total de la Inversión). De ese monto se estima que USD 230 millones se destinaron a empresas radicadas en Jujuy. Entre nuestras acciones para el desarrollo de proveedores, podemos mencionar que en 2017 solo se contrataban a 4 proveedores de las comunidades por USD 480 mil. En 2021 fueron 31 los emprendedores de las comunidades que proveyeron al proyecto por casi USD 4 millones.”
Uno puede creerle más o menos a estas cifras, pero si uno va a esas localidades antes y después de la llegada de esos emprendimientos el cambio económico es sideral. Obvio, volviendo al ejemplo qatarí. eso no es necesariamente socialmente y ambientalmente justo. En Añelo, cerca de Vaca muerta, se pueden ver los clásicos contrastes de gente viviendo sin gas ni otros servicios, al lado del yacimiento más grande de gas del país. Y también se pueden ver las grandes casas de los trabajadores mejor pagos del país. Eso también vale decirlo.
Ahora bien, los modelos de desarrollo en pugna no están dicotomizados en las opciones electorales en pugna. Sí claramente las opciones de derecha y ultraderecha, Cambiemos y Libertarios, apuntan al modelo catarí, elite de lujos y la gran mayoría de trabajadores flexibilizados y sin derechos. Acaso las diferencias entre ellos sean solo quizás que apellidos integran los socios locales de esas multinacionales y que ocupen la elite, o ni siquiera se diferencien en eso. A ello se contraponen un cúmulo de partidos y organizaciones diversos, desde organizaciones sociales y ambientales, hasta coaliciones partidarias entre las cuales se encuentra el propio Gobierno Nacional del FDT, pero que ni siquiera hacia dentro de cada una de esas organizaciones hay un modelo de desarrollo de consenso. Dentro del propio Gobierno Nacional se encuentran funcionarios con mirada desarrollista, de impulso de la producción y el trabajo, minimizando los problemas del desarrollo y de distribución y otros que ven más importante lo segundo, la distribución, que lo primero, los incentivos a la producción de riqueza. Hay incluso ejemplos claros de políticas contrapuestas. Por un lado, el hidrógeno verde, donde la multinacional trae sus dólares y sus molinos (fabricados en el exterior), para aprovechar “el regalo “de nuestras tierras, el viento y el agua para producir y exportar hidrógeno. Por el otro, YPF Luz e YTEC inaugurado en breve la primera planta de producción de baterías de Litio de Latinoamérica, para exportar trabajo y conocimiento argentino y no solo el mineral en bruto (4). También hay quienes piensan que no hay que utilizar los bienes naturales hasta que no desarrollemos por nuestra cuenta las capacidades científicas, técnicas, económicas y sociales para hacer un uso racional y equitativo de esos bienes. Y otro tanto piensan que tenemos la misma responsabilidad en el cambio global que las grandes potencias y, por ende, no podemos aprovechar ninguno de nuestros bienes naturales, aunque ello implique conservar el statu quo injusto de nuestro país.
¿Hay poco lugar entonces para los que buscamos que se contemple todo a la vez? ¿Con las carencias sociales y económicas de mucha de nuestra población podemos no aprovechar nuestros bienes naturales o aprovecharlos paulatinamente para que sus frutos se vean recién en décadas? ¿Las potencias y multinacionales se quedarán de brazos cruzados mientras nosotros nos tomamos esas décadas para desarrollarnos o vendrán a quitárnoslos antes? ¿Tenemos la suficiente fuerza social y política para enfrentar a esos poderes? Y al mismo tiempo cabe preguntarse, ¿Quién paga los costos ambientales y sociales? ¿Cómo nos aseguramos que el crecimiento económico por el aprovechamiento de los bienes naturales signifique mejoras en la calidad de vida de nuestra gente? ¿Cómo hacemos para que esos emprendimientos financien los aprendizajes estatales, científicos y sociales para que lo que se exporte tenga cada vez más agregado de valor (y trabajo nuestro) en nuestra patria y por ende quede más riqueza en nuestra gente?
Estas preguntas y muchas más necesitan respuestas y pronto. Respuestas que no se van a encontrar solo en la resistencia ni en solo en uno u otro dirigente. Existe la necesidad de dar los debates con franqueza entre los que pensamos parecido. Ya se utilizó la herramienta de amontonarse para que no vuelva a ganar la derecha y fue insuficiente para cambiar la estructura económico productiva del país y para por lo menos revertir los daños sociales y económicos de la pandemia cambiemita y de errores de gestiones anteriores y posteriores a ese gobierno. Es hora de pensar en serio un proyecto concreto de país más justo, y qué herramientas podemos y que no podemos usar o nos da el cuero (pese a quien le pese) para lograrlo y poder mejorarle la vida a nuestro Pueblo.
2-TODO EL MUNDO ME HABLA DE VOS El desafío de la gestión sostenible del litio
4-https://unlp.edu.ar/institucional/ya-instalan-el-equipamiento-y-es-inminente-la-puesta-en-marcha-de-la-primera-planta-de-baterias-de-litio-de-latinoamerica-55243/
Por Manuel de Paz
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen