Lula y Bolsonaro disputarán este domingo el balotaje. Gilmar Mauro, líder del extendido movimiento campesino MST, dialogó con Al Margen y analizó los desafíos de la izquierda brasileña.
Gilmar Mauro es uno de los líderes del Movimiento Sin Tierra (MST), la organización social campesina brasileña que nació en 1984 como contracara de la concentración privada de la tierra. El MST nuclea a 400.000 familias ya asentadas, a 100.000 familias acampadas que esperan una solución definitiva y a militantes jóvenes de urbes y universidades. Con más de 2 millones de integrantes, es uno de los movimientos sociales más grandes del mundo. Esta es la primera vez que el MST presentó candidaturas en las elecciones generales por resolución de su dirección nacional
“Es fundamental la elección en Brasil no sólo para el pueblo brasileño sino para toda América latina y el mundo, porque perder el balotaje sería un símbolo que ayudaría a la derecha fascista a fortalecerse”, dice Gilmar Mauro en diálogo con Al Margen.
El fin de semana pasado, Datafolha publicó una encuesta que posicionó a Lula con una intención de votos del 49% y a Bolsonaro del 45%, votos en blanco 4% e indecisos 1%. Al no contabilizarse en balotaje los votos no positivos, ese escenario beneficiaría al candidato del Partido de los Trabajadores y su amplia alianza.
Ese cinco por ciento de votantes que no se expresa por Lula o Bolsonaro podría finalmente hacerlo.
Hay un 20 por ciento de personas que no votan, a pesar de que la elección es obligatoria. Entonces es difícil pronosticar cómo se volcará ese 4 ó 5 por ciento. En la última semana, la situación pro Lula ha mejorado. Yo vivo en el Estado de San Pablo, donde nuestro candidato a gobernador, Fernando Hadad, creció llegando a un empate técnico con el opositor bolsonarista.
Es probable que Lula gane el balotaje, pero la primera vuelta demostró la consolidación del bolsonarismo como un movimiento de masas extendido. ¿Qué replanteo debería hacer la izquierda para recuperar a esa porción del electorado?
Históricamente tenemos en Brasil un tercio de sectores progresistas, un tercio de centro y un tercio de derecha. Pero pocas veces sectores de izquierda y progresistas ganaron elecciones y gobernaron. Fueron momentos muy puntuales; históricamente la derecha gobernó Brasil. La novedad es que ese sector no tenía la organización que tiene ahora. Encontró en la figura de Bolsonaro una criatura que galvanizó lo que ya estaba en la sociedad: discriminación, ideas reaccionarias, que a partir de 1988 con la apertura democrática eran vergonzantes. Esta organización y su victoria electoral, también por errores y limitaciones nuestros, trae nuevos desafíos. Siempre pensamos a esta elección como una guerra –metafóricamente- de toma de posesión del poder y construcción de un gobierno popular, aunque varios sectores de la burguesía, responsables de alguna forma de esta situación en Brasil, se hayan acercado a Lula.
¿Cómo cree que se va a desarrollar esa tensión entre sectores de la burguesía y la izquierda que conviven en este frente?
Lo importante ahora es ganar las elecciones y derrotar al fascismo, para nosotros y para el mundo. Será un gobierno de coalición muy amplio. Si el gobierno logra resolver problemas muy urgentes como el hambre, la producción campesina y los asentamientos, ya sería un logro importante, pero no queremos sólo eso. Sectores de derecha presionarán sobre la política económica y social. Tendríamos cuatro u ocho años para prepararnos. En ese tiempo una nueva disyuntiva se presentará en Brasil. O la izquierda tiene más capacidad organizativa de llevar el proyecto más a la izquierda o retorna la derecha.
¿Cómo prevé la transición en caso de que gane Lula?
Si bien es posible una situación como la ocurrida en los Estados Unidos, creo que no tiene sustentación en la política, en los grandes medios, en el empresariado, en la sociedad ni tampoco internacionalmente. La máquina de gobierno es fuerte: la derecha es extremadamente pragmática, oportunista y corrupta. Ahora estamos enfrentándolos en mejores condiciones que en 2018, cuando Lula no pudo ser candidato. No creo que esa posibilidad tenga un grado de violencia más amplio.
¿Cómo evalúa la performance electoral del MST?
Es una novedad presentar candidatos a elecciones. Es nuestra primera vez, y fue exitosa. Logramos elegir siete candidatos a diputados, cuatro diputados estatales y tres federales. Posiblemente este domingo gane nuestro candidato a gobernador en Río Grande del Sur, que fue de la base del MST, y en el Estado de Ceará ganó un candidato que fue abogado del MST. Es una experiencia muy interesante, veremos los resultados.
Escuchá el audio de la entrevista:
Por Pablo Bassi
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen