El sociólogo y periodista argentino dialogó desde Quito con el programa radial de la cooperativa Al Margen. La huelga indígena en Ecuador y la victoria de Petro y Márquez en Colombia, en el centro de la escena.
– ¿Qué determinó el conflicto social que atraviesa Ecuador desde semanas? ¿Se vislumbra una salida política?
-El jueves pasado hubo un acuerdo entre el movimiento indígena, las diferentes organizaciones que lo componen y el gobierno de Guillermo Lasso luego de 18 días de paro. Este paro significa uno de los levantamientos indígenas más prolongados de la historia reciente en Ecuador, en términos de expansión geográfica es uno de los más grandes, como para poder dimensionarlo. Se dio una negociación en un momento de cierto cansancio producto de lo que implica trasladar mucha gente a la capital, lo que implicó una fuerte represión que se llevó la vida de cinco personas y un contexto donde ya uno presupone que por lo menos el movimiento indígena estaba necesitando una negociación y el gobierno, que se mostró fuerte, también.
Se logró un acuerdo intermedio con algunos puntos más significativos como quitar una política de expansión de la frontera petrolera, igual que la minera. Un acuerdo para disminuir el precio de la gasolina y el diesel, y que, a partir de ahora se dan 90 días para evaluar el avance de este acuerdo. Yo diría que es una suerte de final de un capítulo, pero no de un proceso prolongado de crisis que viene atravesando Ecuador.
– ¿Qué grado de legitimidad tiene el gobierno de Guillermo Lasso?
-El gobierno venía mal, con poca legitimidad. Hace un año y dos meses que está al frente del Ejecutivo y su situación desmejoró en la opinión pública, pero logró un respaldo de sectores económicos y políticos que le permitió enfrentar la magnitud del levantamiento. Creo que por esa razón se posicionó con tanta dureza. Guillermo Lasso en dos oportunidades anunció en cadena nacional mayores niveles de represión.
No hubo una fractura o fisura significativa en los sectores de poder que se re articularon alrededor de Lasso, eso le dio una solidez al gobierno, que es el segundo en tres años que se enfrenta a un levantamiento, el anterior fue el de Lenin Moreno. Ambos con medidas neoliberales y con las consecuencias y respuestas populares predecibles. Creo que lo que siga en delante de Lasso van a tener este tenor, algunos momentos de calma y porque no otros levantamientos.
– ¿Cómo quedan posicionados los movimientos sociales e indígenas?
-Yo veo al movimiento indígena, principalmente a la CONAIE que es la principal organización, saliendo de esto con un nivel de costo alto por lo que significa el esfuerzo, la represión y las causas judiciales que se abren, pero aun así creo que esta fortalecido. Su principal dirigente, Leónidas Iza también está fortalecido y el gobierno tiene como objetivo encarcelarlo, eso es bastante claro. Tiene que ir a declarar este lunes, la Fiscalía está armando una causa contra él y pueden intentar encarcelarlo lo cual abriría otra vez un foco de inestabilidad muy grande.
Esa es la situación que se está viviendo, yo creo que lo que dejó es un acuerdo parcial, hay que ver si el gobierno cumple con lo que anunció lo cual tampoco está claro. La decisión del gobierno también implica dejar de lado algunas políticas que tenía pensando en el orden económico y hay que ver si eso lo cumple o no. El tema de ayudas y subsidios puede ser lo más sencillo pero con respecto a políticas mineras y petroleras puede ser que incumpla. Eso está flotando en el aire producto de la experiencia en 2019 con Lenin Moreno cuando se firmó un acuerdo que no fue respetado.
-Sabemos que estuviste en Colombia cuando resultó electo el presidente Gustavo Petro ¿Qué sensaciones te llevaste sobre las expectativas que genera el nuevo gobierno?
-Me parece que es un proceso muy interesante el que se estuvo viviendo en Colombia. La victoria de Gustavo Petro y Francia Márquez es un momento conclusivo, que a su vez abre otro más que va a hacer el inicio del gobierno, es una desembocadura de un proceso de movilizaciones que hubo en el 2019, 2020 y 2021. Hay una relación entre la sociedad movilizada y la impugnación al modelo neoliberal. Petro lo que plantea es un cambio de modelo en un país, que si no fuera porque tiene un nivel de protección mediática internacional que lo suele rodear, sería semanalmente motivo de tapa y escándalo por los niveles de violencia política que vive.
Hay una parte mayoritaria de la población que dijo basta que apostó al cambio y a Petro, que logró revertir los efectos de la campaña terrorífica que hicieron contra él. Ahora va a asumir un gobierno que tiene una propuesta progresista, de centro izquierda, lo cual puede parecer en algunos países algo razonablemente moderado o parte del esquema democrático posible.
En un país como Colombia con élites tan conservadoras vamos a ver cómo reaccionan ante su programa de gobierno, ante los nuevos acuerdos de paz que seguramente se den, intentos de democratizar algunas zonas con el acceso a la tierra, modificar las jubilaciones y que el estado tenga mayor participación, así como construir una política exterior con autonomía o por lo menos no directamente alineada a Estados Unidos. Todo esto es lo que va a comenzar el 7 de agosto y eso genera mucha expectativa.
– ¿Qué lectura se merece la asunción de Francia Márquez?
-Pues muy potente. Yo creo que es el primer gobierno progresista que tiene a su cabeza a Petro que fue parte de la guerrilla del M- 19, que se desmovilizó en los 90 cuando firmaron el acuerdo de paz que dio lugar a la Constitución del 91, que fue senador y denunció al uribismo. Tiene de vicepresidencia a Francia Márquez que es una mujer afrocolombiana que viene de los sectores más golpeados estructuralmente por la pobreza y la violencia. Su propio lugar en la fórmula presidencial tiene en sí mismo un mensaje de cambio muy profundo, es una impugnación a un orden muy desigual en lo económico y en términos clasistas. Francia Márquez es el país que fue sumergido con mucha muerte, su conexión con los sectores que se movilizaron fue muy grande, es una figura que no viene de la política tradicional, que viene de los movimientos sociales, es feminista, tiene un discurso muy rupturista lo cual es muy interesante.
(Entrevista realizada en el programa de radio 33 de mano, escúchalo todos los viernes por Radio Nacional Bariloche)
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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