Según Socorristas en Red Bariloche, el trabajo que vienen haciendo desde hace años no se vio modificado en absoluto desde la sanción de la Ley de Aborto Legal, Seguro y Gratuito en Argentina. A pesar de tener legislación vigente no es respetada por los organismos que tendrían que garantizarla.
Socorristas en Red -feministas y transfeministas que abortamos- es una articulación de colectivas presentes en diferentes geografías del país. Sus objetivos son claros: brindar información de acuerdo a los protocolos de la Organización Mundial de la Salud y también acompañamiento a aquellas mujeres y cuerpos gestantes que han decidido interrumpir embarazos inviables para ese momento de su vida. Para que lo puedan hacer de manera segura y cuidada. Para que sepan que no están solas.
Desde el 2012, vienen trabajando incansablemente bajo el paragua de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. En el 2014 conformaron una Red de acompañantes, para insistir con cuidar la vida y la salud de quienes deciden no ser madres porque las experiencias y evidencias empíricas muestran que cuando una persona decide abortar, así lo hará. Sin importar el cómo.
Lo vemos en números. Hasta 2021 inclusive, fueron 69.152 mujeres y otras personas con posibilidad de abortar las que acudieron a los talleres con Socorristas. 13.502 personas recibieron información sobre usos seguros de medicación y acompañamiento en Argentina. De las 441 niñas y adolescentes que recurrieron a ellas, 337 abortaron acompañadas por activistas.
¿Qué sucede en Bariloche?
Hace 4 años empezaron a organizarse, con altibajos pero fueron creciendo. Este grupo de mujeres están en la primera línea de atención, conteniendo amorosamente, escuchando, brindando datos precisos y concretos y derivando al hospital o a la sala más cercana. Las Socorristas son mujeres que militan la causa, no dependen del sistema de salud público por lo tanto no cobran un sueldo, no tienen obra social ni vacaciones pagas por el trabajo diario. Todo es a pulmón, todo es militancia y es por eso que se bancan de manera autogestiva, es decir haciendo rifas, ferias americanas, vendiendo libros, pañuelos, stickers y todo lo que sume para la causa.
Verónica es una de las integrantes de este espacio en la ciudad: “Hemos tenido momentos en que esos llamados son desesperantes, ya sea porque se necesita una medicación urgente, por ayuda porque está sola o porque vino acá de vacaciones y se encontró con esta situación y la tiene que resolver antes de seguir. Hemos tenido otros momentos en los que sólo llaman para pedir información, no quieren ser acompañadas. Ya con que le digamos que en el Hospital Ramon Carrillo está la IVE y la ILE es suficiente. A otras, les damos un taller, les brindamos más información para que vayan más armadas (como si de guerra se tratase). Después nuestro acompañamiento es desde que ella entra e inicia el tratamiento. Estamos ahí al teléfono para lo que esta mujer necesite”, comenzó diciendo.
Con la sanción de la ley 27.610 de Interrupción Voluntaria y Legal del Embarazo, se pensó que el trabajo de las Socorristas iba a cambiar, a ser diferente. No que dejasen de existir pero sí que se creyó que ahora ellas también tendrían una red de acompañamiento más fuerte, para tener dónde apoyarse y trabajar en conjunto. Verónica sostuvo que no es que haya empeorado la situación pero casi.
“No podemos relajar porque el Hospital no está funcionando como debiera. Las pibas entran al nosocomio y es un boyar porque no hay información, no hay cartelería, no les saben indicar a dónde tienen que ir. Hay pibas que van y no saben dónde está la farmacia ni donde está el DAPA. Se encuentran con un circo en muchas ocasiones que después no quieren volver. Entonces guiar por teléfono se hace muy difícil”, dijo y agregó: “se está complicando porque no las derivan cómo corresponde, porque hay mucha dilatación, porque les dicen que vuelvan otro día o que tienen turno para ecografía dentro de dos semanas cuando ella ni siquiera sabe de cuanto está. Entonces crece la ansiedad en esa persona por querer resolverlo y no recibe ningún tipo de ayuda”.
Hay que tener en cuenta que cuanto más se dilata el tiempo de gestación hay una repercusión a la hora de practicar el aborto. “El viernes pasado acompañé una chica que estuvo 5 horas esperando para hacerse una eco y lo mismo para conseguir una cama. Lloraba ella. No daba más. No es lo mismo encarar el aborto a la semana 6 que a la 18, más allá de la angustia que se vive en el momento”, explicó la socorrista y continuó: “ni hablar de aquellas mujeres que tienen obras sociales pero que no se los cubren cuando en realidad la ley así lo determina, que tiene que ser al 100 por ciento. Entonces empieza otra pelea allí. Les cuestionan las órdenes médicas, el por qué lo van a hacer y las exponen. Las hacen ir y venir en diferentes días. Muchas mujeres deciden irse a lo privado porque lo público les demora. Una ecografía en lo privado sabemos lo que vale cuando tendrían que ir al Hospital y se lo tendrían que realizar y no dilatárselo. Sabemos que hay faltante de medicación a pesar de tener fabricación en Rio Negro. Pero se ubica y se logra conseguir. El tema también es que cuando la mujer tiene obra social el Hospital no le brinda esa medicación porque tiene cobertura. Y ahí de vuelta la bicicleta de llevar la orden, autorización de acá a un mes, se hace todo un chicle. No está siendo dinámico ni acompañado. Ni contenido. Ni nada”.
– ¿Qué sucede con el consultorio de salud sexual y reproductiva que funciona en el km8, en inmediaciones del Hospital Modular?
-Surgió con la idea de descomprimir lo que es el Hospital. Está buenísima la propuesta porque está cerca de un colegio, pero tampoco hay información ni difusión de eso. Le llega a gente muy puntual. Lo mismo sucede en el Zonal. Los únicos carteles que vas a ver son unas calcos que dicen: Embarazo no deseado, te ayudamos. Entonces hay mujeres que entran al Hospital, solicitando un aborto, buscando la guardia y un turno y las ataja alguien que no sabemos quién es pero que las deriva a otro lado. Y ese otro lado es otra gente que acompaña a que esa mujer tenga el embarazo. Entonces no está la información dentro del sistema de salud para que esa mujer sea contenida.
Según Socorro Bariloche, esta es la situación que se vive en la ciudad. Imaginamos lo que ocurre en la región. Verónica contó que en una oportunidad tuvieron que brindar atención a una chica de Jacobacci y las complicaciones llegaron porque el médico viajaba una vez por semana, era plena cuarentena. Lo ideal es que se atienda en un lugar cercano pero en este caso, tuvo que trasladarse a Bariloche. Son muchos los gastos, hay que rogar que la atención sea rápida porque “si están patinando a las que viven acá, pensemos en quienes llegan de otros lados. Muchas veces no conocés a nadie en la ciudad y dejan familias y trabajos para poder venir”. Las vulneraciones crecen, más aún hablando de ruralidad.
En abril de este año se realizó la a Primera Escuela Socorrista de Bariloche para seguir creciendo. El espacio está abierto a quien quiera sumarse.
Mas info en redes: @SocorroBariloche
Por Luciana Avilés
Foto portada: Jero Zamora
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen: