Leandro Da Rold integra la Red de Alimentos Cooperativos Patagónicos. En esta nota responde sobre la actualidad del mercado alimenticio, el alza de precios, la incidencia de las compras directas a productores en las economías domésticas y el rol clave que podrían jugar en el mercado local de precios.
Al ser consultado por el secretario general de Clarín sobre qué hace frente a la inflación, el dueño de La Anónima respondió que remarca precios todos los días. La humorada de Federico Braun en el Hotel Sheraton fue recibida a carcajadas solamente por la cúpula empresarial argentina allí reunida. Para las organizaciones sociales que protestaban puertas afuera contra el aumento de precios, más que una humorada fue un sincericidio y la epifanía de una tragedia.
Esta semana también hubo movilizaciones a sedes de la CoPal, la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios. Es que durante los últimos doce meses, los precios en general crecieron un 58% -el porcentaje más alto desde enero de 1992, cuando la Argentina iba despidiendo a la hiper- pero por encima crecieron los precios de alimentos. A marzo de 2022: verduras, tubérculos y legumbres 75,3%, lácteos y huevos 70,1%, pan y cereales 64,7%, carnes y derivados 58,4%.
Leandro Da Rold, integrante de la Red de Alimentos Cooperativos Patagónicos y los centros de compra Copate y Nodo Soberano de Bariloche, opina que la gran tragedia de una Argentina productora de alimentos y energía es que la oportunidad se convierte en tragedia.
En esta entrevista explica el porqué de esa afirmación y responde si las compras directas a productores inciden en la economía doméstica y en el mercado de precios local.
– ¿Viste las declaraciones de Braun?
-Impresionantes. Denota la impunidad que sienten y la insensibilidad con el sufrimiento de los demás.
– ¿Por qué los precios de alimentos aumentan más que el resto de los productos?
-Muchos empresarios dicen que aumentan por la pandemia, la guerra, el aumento de precios de la logística, el aumento de precios de insumos del agro negocio. Pero si uno hace un análisis de los costos, verá que esos aumentos son inferiores al de los precios de productos. Es decir, lo que aumentaron son las ganancias. Por ejemplo, el trigo tenía hace cinco años un margen de ganancia de entre el 3 y 4 por ciento, hoy es del 80 por ciento. La soja de entre un 30 y 40 por ciento, hoy se duplicó.
– ¿En qué sector de la cadena se incrementa mayormente los precios?
-Los alimentos se volvieron una mercancía, cuando en realidad necesitamos de ellos para vivir. Eso ocurre en todo el mundo, pero la tragedia argentina es que produce materia prima y energía por los que el mundo está dispuesto a pagar mucho y, en vez de ser esto una oportunidad, termina siendo un obstáculo, porque el Estado no aplica mecanismos de regulación, y se vende al exterior al mismo precio que a los argentinos.
– ¿Con qué productos ocurre esto?
-Con el trigo, maíz y girasol, pero también con la papa y los limones. No hay cuota ni impuesto que obligue a los exportadores a abastecer primero el mercado argentino.
-Hay herramientas: retenciones, cupos. ¿Por qué creés que no se implementan?
-Hay una actitud de derrota; hay explicaciones sobre por qué suceden las cosas, pero no acciones para revertirlas; hay argumentos muy parados en la correlación de fuerzas, pero las correlaciones de fuerza son dinámicas, se construyen, no puede uno quedarse parado en una correlación de fuerzas adversa. Por otro lado, los dueños de las grandes distribuidoras de alimentos no actúan en función de una ética: distribuir ganancias porque los argentinos están sufriendo. Consensuar una redistribución con esos actores es imposible, porque ellos lo que quieren es aumentar su margen de ganancias. Tenemos diversos instrumentos como las retenciones, los cupos y otras. No alcanza sólo con Precios Cuidados. Hay que fomentar la producción de pequeños agricultores que alimentan a la mayoría de los argentinos. Los acopiadores pagan poco al productor y le cobran mucho al consumidor.
– ¿Los acopiadores y distribuidores son uno de los principales ganadores de la cadena de comercialización?
-Sin dudas, lo acaba de decir Braun matándose de risa. Una de las cosas que nosotros hacemos en la Red de Alimentos Patagónicos es poner en contacto directo al productor con el consumidor. Así logramos que el productor saque una tajada más grande y que los consumidores paguemos menos.
– ¿Logra La Red y otros espacios afines incidir en los precios generales locales?
-No, porque nos falta escala, porque no hay una política clara y fuerte que lo motive, más allá de la experiencia que ahora se está llevando adelante en el Mercado Central. Falta mucho. Hay experiencias exitosas en Neuquén y en Rio Negro de nodos locales, que logran llegar a familias organizadas que eligen darle plata de su salario a un productor (que a veces conoce) y no a Braun.
– ¿Qué pasó con el mercado municipal de Bariloche?
-Vino a cumplir con ese propósito, funcionó durante un tiempo y hoy está cerrado, porque se terminó vaciando de contenido político. Hay infraestructura para poder retomarlo: frigoríficos, balanzas, herramientas, mobiliario.
-Como consumidor recomiendo los nodos: en muchos rubros pago menos que en supermercados…
-En el nodo Soberano estuvimos vendiendo bolsones de 10 kilos de verdura agroecológica variada a 950 pesos. Más barato incluso que en una verdulería.
Por Pablo Bassi
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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