Hace algunos días atrás, la Policía de Rio Negro tuvo que ceder a su negativa de otorgarle una licencia por co maternidad a una integrante de la fuerza que es parte de una familia diversa de Cinco Saltos. Luego de muchas idas y vueltas, de judicializar el caso e inclusive una vez nacido Simón, las dos mamás pudieron gozar del derecho de licencia familiar por 180 días. Un caso que trae reflexiones en torno a las tareas de cuidado, las legislaciones vigentes en la materia, las durezas de algunas estructuras y la falta de perspectiva de género y diversidades en ciertos estamentos.
Gracias a los movimientos feministas, las luchas y los debates instalados, hoy sabemos y reconocemos que maternar no es algo sencillo, que no sale de manera “natural” ni que todo es y será color de rosa. Quien no, es porque no quiere verlo porque afortunadamente la des romantización de la maternidad llegó para quedarse y los temas que de ella se desprenden también.
Uno de esos por donde giran las discusiones está relacionado con las licencias que se otorgan luego del nacimiento para ambxs progenitores. Si bien en Argentina en los últimos años, se han producido reformas en la normativa laboral y se ha ampliado la cantidad de días tanto para los varones como las mujeres, la Ley de Contrato de Trabajo Nro. 20744 (sancionada en el año 1974 y reglamentada en 1976) aún hoy atrasa.
¿Por qué? Porque establece que varones y progenitores no gestantes empleados en el sector privado tienen derecho a dos días de licencia remunerada por nacimiento, que luego puede ser ampliada según los convenios colectivos de cada sector. En el caso de las mujeres y personas gestantes, la licencia por maternidad sube a 90 días, según la misma ley. En el sector público los plazos varían según la jurisdicción. A nivel nacional, la licencia es de 15 días por nacimiento para la persona no gestante y de 100 días para la gestante.
¿Acaso los progenitores no tienen derecho a ejercer una paternidad de manera más presente, acompañar a sus parejas y dividir tareas y roles por igual?, ¿O a disfrutar de su familia? ¿Acaso la historia nos sigue demostrando y reforzando que el rol de las mujeres es el de ser las cuidadoras principales por ende todo recae sobre ellas?
En el ámbito público de las provincias la cosa no dista demasiado aunque en Rio Negro, por ejemplo, se han implementado nuevas licencias familiares. Aquí lo que ocurre es que quienes gestan pueden tomarse 180 días corridos y quienes no, 15 pero si ambxs son empleadxs públicxs de la provincia pueden compartir esos 180 días como consideren, según la norma nº5.348.
El caso en la Policía de Rio Negro
El tema es que no rige para todes por igual, que persisten desigualdades de género y que las familias diversas ni siquiera son tenidas en cuenta. Sin ir más lejos, hace muy poco dos mamás de Cinco Saltos, tuvieron que pelearle a la gestión de Carrearas el reconocimiento por la “co – maternidad”. Y ganaron.
Una de ellas, la gestante, es comerciante independiente. Su compañera, policía. Por lo tanto, en el mes de agosto, esta última solicitó su licencia pero no por casi dos semanas sino por 6 meses. Ahí empezaron las violencias y la re victimización que llevaron a que ambas decidieran ponerse en contacto con la abogada feminista Cintia Yanina Bustos, quien articula desde 2017 con la Fundación Trascender. Es una Organización No Gubernamental sin Fines de Lucro de la misma ciudad del Alto Valle que está abocada a trabajar las vulnerabilidades que existen en los ámbitos de conflicto familiar y laboral, básicamente con la comunidad LGTBIQ + y mujeres también.
“Acá en la zona no somos muchas las abogadas o abogados que militamos la cuestión de género. A mí me convoca esta trabajadora de una manera urgente, muy cerca de la fecha de parto que estaba previsto para noviembre de este año. Me comentan del rechazo al pedido por parte de sus jefes directos a pesar de estar fundamentado con certificaciones, historia clínica pertinente, entre otras”, dice la abogada en diálogo con Al Margen.
Por si fuera poco, se sumó la “espera y la incertidumbre en un contexto donde la llegada de une hije requiere de una organización, un planeamiento. Más aun sabiendo que sólo una de ellas, al ser miembro de la Policía de Rio Negro cuenta con una cierta estabilidad. Recién a finales de octubre, a un mes del posible nacimiento, les avisaron de la negativa”, agrega.
“Vos fíjate todo lo que tuvo que transitar esta trabajadora. ¿Cómo puede ser tanta demora? A días de parir no saber qué va a pasar. ¿Cómo se toman las urgencias? Es violencia institucional y es grave porque el Estado tiene la obligación de cumplir. Además, la resolución de la Policía se basa en las literalidades de la ley. Inclusive se atribuyeron un poder legislativo para interpretar lo que ellos consideraron, en un acto totalmente arbitrario y discriminatorio. Nada tiene que ver con los convenios internacionales que tienden a proteger todo este tipo de vulnerabilidades”, sostuvo la letrada al explicar algunos de los argumentos presentados en el escrito que contuvo más de 45 páginas.
Tener una persona con formación con género en el ámbito jurídico es una suerte. No fue una medida fácil. Pero la ley es clara: habla de “licencia familiar y establece que las personas que trabajan en este ámbito pueden elegir quién va a ser titular de esa licencia”. Punto.
Ahora bien. ¿Se podría haber resuelto por vías administrativas?
Claro que sí. En 2020, Laura, Belén y Malvina pudieron gozar de la licencia por co maternidad porque la Universidad Nacional de Rio Negro consideró que es un derecho. Lo mismo ocurrió con el Ministerio de Educación en Roca donde también el caso Lorena Gerez se resolvió en el ámbito administrativo. Entonces, varias cosas por decir.
Primero. Es evidente que los tiempos que corren demandan cambios en la legislación. Tenemos muchas leyes de avanzada, algunas faltan que se apliquen correctamente en todo el territorio, pero están. No es viable que hoy exista una alta fragmentación de la normativa nacional que deriva en que los beneficios lleguen para algunas ramas de actividad según convenios o para algunas provincias, género y tipo de familia.
Por otra parte, lo que se viene solicitando desde hace tiempo: reforma judicial trans feminista. En Mendoza, hubo un caso similar y no se les dio lugar. En Buenos Aires, también hay un caso en ANSES que espera resolución. Sin instituciones o personas del ámbito legal formadas en perspectivas de géneros o que conozcan los convenios internaciones, es muy difícil que se presenten resoluciones favorables.
Por Luciana Avilés
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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