Recientemente, la Universidad Nacional de Quilmes presentó el libro “Hacer radios cooperativas. Universidad, organizaciones y territorio en el camino de una comunicación democrática”. Desde Al Margen, conversamos con Diego Jaimes, licenciado en Ciencias de la Comunicación, integrante de Radio Encuentro de Viedma y uno de sus compiladores.
– ¿Qué es lo que han decidido rescatar de estas experiencias de radios cooperativas?
-Este libro es la frutilla del postre de todo un proceso de investigación, formación y encuentros que hicimos entre los años 2018 y 2019 en pleno macrismo a través de un proyecto que financió la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación. Hubo tres patas: la Universidad de Quilmes, el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) y el Instituto de Educación Cooperativa.
Hicimos un relevamiento con 24 radios que son gestionadas por cooperativas, la mayoría cooperativas de trabajo que están en distintos lugares del país, en unas 6 provincias. A cada uno le preguntamos un montón de cosas, desde que cantidad de personas integran la cooperativa, cómo se sostienen económicamente, si tienen licencia o no, si además de la radio usan otras plataformas como redes sociales o aplicaciones como la Red Enfoques.
Una característica que personalmente destaco es que las radios cooperativas, además de ser proyectos comunitarios, populares, educativos, que tienen un fin de transformación social, también intentan generar una retribución económica para sus participantes, para los compañeros y compañeras que llevan adelante esos proyectos.
A partir del impulso de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, donde aparecieron varias líneas de financiamiento, se generaron este tipo de medios que, sin bien no tienen fines de lucro, intentan que sus periodistas y comunicadores tengan al menos media jornada de su día laboral cubierta trabajando en el medio. Muchas lo logran, con distintos vaivenes según los momentos políticos del país, de las localidades. La característica más fuerte es esa, que la radio cooperativa permite que haya muchas comunicadoras y comunicadores, además de hacer periodismo con una vocación militante, también puedan obtener un ingreso, que sea considerado un trabajo. En general, las radios comunitarias históricamente no se asociaron a lo laboral, siempre más a la militancia, a ver a la comunicación como una militancia política.
– ¿A qué se hace referencia cuando hablamos de que hay otras agendas?
-Básicamente tiene que ver con que los proyectos de radios cooperativas y comunitarias puedan influir en lo que cada persona, cada vecino y vecina discute todos los días sobre los temas que en ese lugar son importantes. A veces los que vivimos lejos de la Capital Federal terminamos con una agenda que tiene más que ver con lo que sucede cerca de la Gral. Paz que produciendo, escuchando o viendo contenidos de lo que sucede a nuestro alrededor, en el barrio, en la escuela, el centro de salud, en la legislatura, las comunidades de pueblos originarios… Un poco es eso, el construir una agenda más cercana, mas local y propia.
– ¿Crees que la comunidad se apropia de estas radios comunitarias, que hay un ida y vuelta?
-Si, totalmente. Hay estudios de audiencias en casos puntuales de radios que se propusieron cambiar su trabajo periodístico; sumando contenidos más de entretenimiento, modificando la música y pasando temas un poco más masivos, acercándose a los consumos más populares pero sin perder su propia perspectiva. Es muy llamativo porque se logra mejorar la audiencia. Es muy difícil hacer estos estudios porque lleva mucho laburo de encuestas y entrevistas, pero cuando se logra es un aprendizaje para el resto de las radios cooperativas también.
– ¿Cómo ves la participación de las y los adolescentes en los medios comunitarios?
-Justo estamos investigando eso. Estamos trabajando en un proyecto de investigación con 30 docentes de todo el país que contaron qu8e la radio fue la alternativa que encontraron muchos pibes y pibas para vincularse con sus profes y su aula en pandemia. Descubrieron todo un mundo que no conocían, los adolescentes toman a la radio como un medio para la gente grande, un medio para viejos. Ante toda la situación del Covid, la radio apareció como un medio que les permite conectarse entre ellos, se recuperó el sentido de la radio como un medio que vincula que construye lazos afectivos y permite lucha contra cuestiones como el miedo. Eso para mí tiene un valor impresionante.
Podés descargar el libro de manera gratuita a través de este enlace:
https://ridaa.unq.edu.ar/bitstream/handle/20.500.11807/3501/HacerRadiosCooperativas.pdf?sequence=1
Por Mariela Martínez y Julia Biagioli
Escuchá la entrevista:
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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