Con una importantísima cantidad de inscriptos, arranca hoy la Audiencia Pública para debatir sobre el Estudio de Impacto Ambiental de la “Campaña de Adquisición Sísmica Offshore en Cuenca Argentina Norte en las áreas CAN 108, CAN 100 Y CAN 114”, porciones del Mar Argentino donde avanzan los proyectos extractivos poniendo en peligro toda la biodiversidad de las aguas.
Si bien la audiencia no es vinculante, constituye un espacio democrático de participación libre donde será posible expresar los distintos argumentos frente a la industria petrolera.
“La expresión es importante y es un derecho”, señala Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace. La preocupación es alta: la exploración petrolera para la futura explotación en el Mar Argentino, particularmente en la cuenca norte, toma forma a pesar de los indicios de todo tipo que dejan a las claras las graves consecuencias que pueden traer sobre el medioambiente y los ecosistemas, hábitat de especies como el delfín franciscana, la ballena franca austral y diversas especies de pingüinos, entre otros.
“No significa que si vamos todos a decir que no, esto no ocurra, pero sí que si mucha gente se anota en la audiencia y se manifiesta en contra le va a costar más al gobierno y a la empresa justificar que se avance con estos proyectos”, continua Luisina y detalla que vienen realizando pedidos de información desde el año pasado, porque no hay datos disponibles. “Se maneja con tanta oscuridad que para saber qué está pasando, a modo de monitoreo, tenés que presentar un pedido de información por semana para saber si se ingresó alguna solicitud por parte de las empresas. Sino nos enteramos a través de la publicación del Boletín Oficial, cuando ya está todo hecho”.
Sin grietas
Fue en el 2017 que el gobierno Mauricio Macri entregó los permisos a la empresa Spectrum, que después se llamó TGS (una empresa noruega de geoservicios offshore), para hacer un relevamiento a lo largo de más de un millón de kilómetros cuadrados del Mar Argentino hasta el año 2025. Comenzó así la exploración sísmica para evaluar dónde había posibilidad de una futura explotación petrolera. Fue con esa información que en el 2018 ese mismo gobierno hizo la licitación pública internacional para la adjudicación de permisos de exploración hidrocarburífera en las cuencas Austral, Argentina Norte y Malvinas Oeste, pertenecientes a la Plataforma Continental Argentina a partir de la cual en el 2019, la Secretaría de Energía de la Nación otorgó en concesión 18 áreas que abarcan 201.104 km2. A eso se sumaron otras 5 áreas a fines del 2019, sumando otros 27.801 km2 del Mar Argentino.
Sobre uno de estos bloques -que cuenta con una superficie equivalente a 75 veces la ciudad de Buenos Aires y está justo enfrente de la ciudad de Mar del Plata- es donde se comienza a avanzar en la actualidad con nuevos proyectos de exploración para determinar específicamente dónde perforar. “Las empresas son adjudicatorias de los bloques, pero para hacer cada paso de la exploración tienen que hacer un aviso de proyecto que va a requerir una evaluación de impacto y va a requerir una audiencia. Por eso es importante resaltar que esta es la primera de esas audiencias, si somos exitosos, quizás sea la única. Esta es la primera batalla”.
Luisina también explica que la exploración sísmica, aunque es el primer paso de una explotación petrolera, es una acción que acompaña todo el proceso: las empresas contantemente necesitan hacer análisis de dónde perforar debido a que cada perforación tiene costos altísimos. Pero además, el efecto de las explotaciones sísmicas es de por si devastador: funcionan efectuando disparos submarinos con cañones de aire que crean ruidos muy fuertes (laintensidad del sonido es comparable a las bombas de Hiroshima o Nagasaki) y que provocan un impacto en más de 300.000 km2, una superficie equivalente a toda la provincia de Buenos Aires. “Como vienen las cosas probablemente en septiembre u octubre comience la exploración en estos bloques frente a las costas de la provincia de Buenos Aires”, adelanta. El mismo, sería el primero de aguas profundas y ultra profundas en el Mar Argentino.
-Se supone que tenemos que salir de un modelo hidrocarburífero, sin embargo estamos poniendo el riesgo el mar al seguir ingresando con este tipo de exploración.
-Es un sinsentido que en medio de una emergencia climática, con todos los compromisos internacionales en materia medioambiental que se tomaron en Argentina, se esté pensando en abrir una nueva frontera petrolera, en generar nuevas emisiones que contribuirían a ese cambio climático, en arriesgar y destruir la biodiversidad, cuando deberíamos estar restaurando y protegiéndola porque cumplen una función esencial para el funcionamiento de los ecosistemas marinos. También pensando en la función que cumple el océano para la vida en el planeta. Estos proyectos van en contra de todo esto.
-Tampoco funcionan los argumentos económicos que siempre se esgrimen
-Las proyecciones de demanda de petróleo dicen que para el 2025 van a descender drásticamente porque todo el mundo está yendo en otra dirección. La agencia internacional de energía ya dijo que si queremos llegar al 1.5 grados de aumento de temperatura del acuerdo de París para el 2030 hay que dejar de extraer petróleo hoy mismo. Muchas veces el recurso más fácil que utiliza la empresa es la generación de trabajo, y es una falacia, primero porque sería una producción que quizás esté operando de acá a diez años, pero que en realidad en el proceso va a destruir las principales actividades económicas y los medios de vida de las comunidades costeras, como el turismo y la pesca.
– ¿Tuvieron algún tipo de respuesta por parte de Gobierno?
-No hubo respuesta por parte del Gobierno. Hay mucha gente que se mueve por esto pero no hay respuesta. Es interesante, porque trasciende la grieta, es un proyecto que empezó con Macri pero que hoy, en un gobierno de la oposición se sigue impulsando y no se hace ninguna salvedad.
– ¿Cuál es el camino que sigue?
-Lo más importante es crear un movimiento de presión ciudadana, que es lo que está ocurriendo. Ojalá cada vez sea más grande y se replique en otras situaciones de extractivismo que están haciendo estragos.
Mientras tanto, se espera que la audiencia pública dure varios días, por la cantidad de inscriptos. Posterior a eso, la Secretaría de evaluación ambiental que está llevando a cabo el proceso tiene 10 días para presentar un informe respecto a esta audiencia. “Una vez que cierra la audiencia, la Secretaría de Impacto Ambiental tiene que cerrar el informe de impacto y reenviarlo a la Secretaría de Energía, que finalmente toma las decisiones. Sin embargo, hay otro dato nada menor: la evaluación de impacto no la hace el Ministerio de Medio Ambiente, sino que la presenta la empresa a través de una consultora. Es decir que, en definitiva, lo que se hace desde el Estado es analizar ese informe que presenta la misma empresa, enviar consultas a las dependencias que tengan injerencia y hacer un informe final con su opinión. “El proceso está fallido desde el inicio. La empresa crea su propio libro en el que incluye las cosas que le parece pertinentes y, las que no, no las incluye. Por ejemplo, en la zona hay transito de un montón de mamíferos que no se tienen en cuenta porque no se reproducen en la zona, aunque sí es su principal zona de alimentación. Entonces, cómo dicen no tiene impacto si van a comer ahí. Quien debería estar haciendo la línea de base del impacto es el Gobierno”.
Mientras tanto, más datos concretos salen a la luz, como es el estudio de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, que ya determinó que de realizarse explotación petrolera en la plataforma argentina, la ocurrencia de derrames es del 100%, y eso incluye derrames de grandes cantidades. Motivos para repensar el camino, sobran.
Por Violeta Moraga
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen