El domingo pasado se dio lo que muchos olfateaban, pero en una magnitud que pocos preveían. El Frente de Todxs arrasó en casi todo el país en las PASO. Con la excepción de CABA y Córdoba, las diferencias en cada provincia han sido abrumadoras e históricas.
El oficialismo incluso perdió por paliza en provincias donde sus gobernadores han sido reelectos hace pocos meses (Jujuy y Corrientes) o en las que históricamente ha perdido el peronismo (Mendoza). Asimismo, en los dos distritos que ganó el oficialismo, lo hizo con guarismos mucho menores a elecciones pasadas.
A lo largo de esta semana, muchos encuestadores en off han confesado a algunos periodistas que tenían números similares a los del domingo en las encuestas previas, pero desconfiaban de su veracidad. Y por ello o no los publicaban o dibujaban a la baja los números del Frente de Todxs. La contundencia de los números sorprendió a propios y extraños y ha dado el golpe de gracia a un gobierno en retirada. El gobierno está grogui, pero no desde este domingo. Sino desde aquel lejano 20 de junio, cuando CFK anunció con un video por las redes que acompañaría en la formula a Alberto Fernández. La movida magistral de CFK no solo desactivó todos los planes de campaña mediático-judicial, sino que también propició la unidad que se consolidó en estos últimos meses del panperonismo-kirchnerismo ampliado y diversas corrientes del campo nacional y popular. La unidad del campo nacional y popular, que ya estaba en las calles y en los barrios, se consolidó a nivel dirigencíal y, también, a nivel de los equipos técnicos para la elaboración de las propuestas y políticas públicas del FdT. Y todo esto se complementó con el apoyo masivo y explícito al Frente de Todos de actores sociales y políticos con mucho reconocimiento de la sociedad y/o representatividad sectorial como los científicos y universitarios, los actores, los docentes, grandes sindicatos, organizaciones sociales, de Pymes, de la agricultura familiar, medios comunitarios, entre otros.
El acierto de CFK también lo confirmó a quien ella le cedió su lugar, Alberto Fernández. Evidentemente las características y capacidades de Fernández eran las necesarias para este momento histórico. No solo logró encaminar el proceso de unidad, sino también un discurso claro del modelo de país soberano e inclusivo que el Frente de Todxs propone… Y terminó de consolidar su liderazgo de una campaña y, un frente electoral que mejoraba día a día, marcando claramente la disyuntiva histórica en estas elecciones con frases como “Entre los bancos y los jubilados, elijo los jubilados; entre los bancos y la escuela pública, yo voto la escuela pública; entre los bancos y los investigadores, yo voto a los investigadores. Nadie con dignidad puede tener la disyuntiva”.
Párrafo aparte merece el triunfo de Axel Kiciloff frente a la figura política con mejor imagen y mayor blindaje mediático de cambiemos, María Eugenia Vidal. Con una campaña austera, de a pie, cara a cara, hablando con todos los sectores y en base a propuestas entendibles y posibles y sin entrar en responder a chicanas, Kiciloff se convirtió en el Messi de estas PASO.
Su victoria superando por casi 20 % al oficialismo es una de las bases más sólidas del triunfo del Frente de Todxs. Un gran dato simbólico: dos “hijos” y docentes de la Universidad pública fueron los grandes protagonistas de la paliza a Cambiemos.
El resto del menú para la paliza lo completó la debacle económica propiciada por las políticas neoliberales y neocoloniales del Gobierno Nacional de Cambiemos y sus satélites provinciales.
En este sentido, vale la pena aludir a las palabras de Jorge Aleman, en una muy recomendable nota en Pagina 12 de esta semana (…) El resultado del domingo no basta explicarlo como consecuencia de la pésima situación económica -un factor que no podemos relativizar-, también creo que este país tiene un rasgo que lo distingue. Hay una combinación entre una gran mitología fundacional surgida del peronismo más distintas prácticas emancipatorias, que atravesaron el 17 de octubre, Eva Perón, las Madres de Plaza de Mayo, la tendencia en los ‘70 y luego todo lo que reactualizó el kirchnerismo, que dan lugar a un sujeto político que la derecha nunca logra disolver del todo y que constantemente retorna. Todo el aparato mediático y los sicarios que fueron encargados de intentar desactivar a ese sujeto fracasaron y se ha mantenido, gracias a las decisiones populares, esta secuencia simbólica que ha provocado el enorme resultado electoral. (…)
El poder económico, mediático y judicial con el que contaba este Gobierno, logró ocultar todo este tiempo lo que finalmente supimos el domingo a la noche, que es un Gobierno que ya fracasó y que ya no tiene poder político para cambiar su suerte. Como si la paliza no hubiera sido suficiente, la reacción de Macri, cual patrón de estancia enojado con sus peones que se le rebelan o como un golpeador, terminó de minar la credibilidad política en su gobierno. Un intento de morir con las botas puestas tan bien descripto por el compañero Pablo Bassi en su nota del miércoles pasado para esta web. El desprecio a la voluntad popular, de la decisión democrática del pueblo e incluso el intento de responsabilizar a los votantes de la devaluación y debacle económica se volvió intolerable incluso entre algunos adeptos al gobierno. En palabras de Jorge Aleman, (…) Macri realizó una gran extorsión, les pidió a sus amos que nos castigaran (por como votamos). Pero lo que en cierta forma hizo fue destituirse como presidente (…). El intento de disculpas y parches para aliviar unos días después terminó de dibujar la escena de un Gobierno incapaz e insensible.
No existe posibilidad política ni de poder de una recuperación de una diferencia tan sólida y contundente en las urnas. Si ya previo al domingo se lo ocultaba a Macri e incluso a Vidal en las boletas, imagínense ahora la sangría que tendrán de referentes locales que no quieren ser arrastrados por la debacle amarilla.
Del lado ganador, la ya solida unidad que se logró consolidar en medio de la campaña va a seguramente ampliar nuevos actores que estaban condicionados por la presión del Gobierno Nacional. Incluso pueden darse sorpresas con Gobernadores que hasta hace pocos días eran oposición de la oposición, léase Schiaretti y Weretilnek, por ejemplo.
Es probable también que sectores perjudicados por la polarización sean ganadores de muchos votos de un oficialismo en descomposición. En este sentido, no es de extrañar que en el sector de Lavagna se ilusionen con disputarle el segundo puesto al oficialismo.
La gran mayoría de los actores políticos considera irremontable la diferencia y donde se ve más fácilmente es en los eternos operadores mediático judiciales que nos están deslumbrando esta semana con su contorsionismo y elasticidad de ideales para pasar en horas de hipermacristas a la oposición sin escalas.
Lo que sí es una gran incógnita muy inquietante es el Estado en que va dejar el país y las provincias este gobierno anti-pueblo. El apoyo en las urnas, que va crecer aún más en octubre le dará una espalda política importante al nuevo Gobierno. Pero no es lo mismo asumir en default e hiperinflación y con 50% de pobreza, que hacerlo sin esos condicionantes. Si es por lo realizado esta semana por Juntos por el Cambio, la perspectiva no es alentadora y casi que conforma la sospecha de muchos de nosotros. La sospecha de que no van a dejar ni el agua de los floreros ni la tierra de las macetas.
Además, del escaso poder de fuego que le dejaron al Estado, estos buitres quieren terminar de cocinar aquellos negocios para sus propios bolsillos. El límite, además del sopapo de las urnas, más que de Alberto Fernández y equipo, proviene de los propios factores de poder que entronizaron a Cambiemos. Estos sectores de poder tampoco ven con malos ojos que, sin llegar a la debacle total, la crisis condicione el margen de maniobra del próximo gobierno.
Esto es porque solo un pequeño sector empresarial gana en una situación similar al 2001 y el resto corre riesgo de quebrar o perder sus empresas a manos de capitales extranjeros a precio de ganga.
Por todo esto se abre un periodo esperanzador desde el domingo, aunque queden meses duros. Porque esta miseria planificada tiene fecha de vencimiento y porque la mayoría del pueblo ya decidió. Eso sí, hay que reconfirmarlo en octubre y con mayor apoyo popular aún para dar el respaldo popular suficiente a próximo gobierno para afrontar todos los problemas que nos deja Macri y sus aliados. Pero hay proyecto, hay ideas, hay dirigentes y hay pueblo para rehacer desde las cenizas un país libre, justo y soberano para todos y todas.
Por Manu De Paz
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen