Entrevistamos a Lucas Pedulla, actual vicepresidente de AReCIA y miembro de la cooperativa lavaca que produce el periódico Mu, para que nos cuente acerca de la situación de las revistas independientes ante los últimos aumentos de precios que impactaron en los insumos para las revistas culturales. Primera parte.
La inquietud se desprende de un informe que realizó AReCIA (Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina) hace un mes y que da cuenta de que la situación es crítica. AReCIA es una asociación que desde el año 2012 censa el sector con el fin de observar las transformaciones que se producen, producto de las políticas públicas o de la ausencia de ellas. En el año 2017 registró 169 revistas entre los soportes papel y digital, las cuales producen más de 1500 puestos de trabajo a nivel federal.
Un panorama crítico
“Las revistas no estamos al margen, no estamos exentos de todo este caos económico, social, político que estamos atravesando” dice Lucas Pedulla. “La situación está complicada, lo vemos en la calle. Acabo de venir del “Verdurazo”: productores y productoras familiares que de repente les cortan el monotributo social agropecuario, que es lo único que tienen, que es la única obra social, que son $200 pesos que paga el Estado por cada productor y se lo cortan anunciándolo por televisión. Es la misma situación que vivimos en Télam, 357 familias que se enteran que se van a quedar en la calle porque el ministro lo dice en el programa de Lanata. Y lo vemos en la situación heavy que están pasando un montón de [fábricas] recuperadas, cómo están los barrios, etc.”.
El informe lo propuso una compañera de la Asociación y lo realizaron Lucas Pedulla y Daniel Badenes, editor de La Pulseada. “Lo armamos en base a algunas preguntas del censo. Analizamos preguntas clave, sobre todo el costo de impresión, precio de tapa por ejemplar, preguntamos por el tema tarifas, por el tema de la tirada, si tuvieron que dejar algún canal de distribución. Llegamos a preguntas bien concretas, sobre todo para poder establecer algunas variables que puedan compararse con los datos del censo”. De esta forma pudieron analizar comparativamente en qué medida habían tenido que cambiar las revistas desde noviembre del año pasado a hoy.
La respuesta fue contundente: “En dos días respondieron unos 30 editores, o sea que había una necesidad. Lo veíamos manifestándose en las reuniones de este año, y sabíamos por el boca a boca que había algunas publicaciones que se les estaba complicando mucho editar, sobre todo en formato papel. Terminaron respondiendo casi el 70% de las revistas impresas que están censadas. Hay una muestra bastante representativa”.
Más costos, menos voces
Aunque lo veían venir, Lucas dice que les impactó ver las cifras: “tenés casi un 15% de publicaciones que no pudieron editar un solo número en lo que va del año.” Una de ellas es Maten al Mensajero, revista que presidió la última comisión directiva de AReCIA. “De las que quedaron, gran parte tuvieron que reducir su tirada, lo cual repercutió en la calidad de la revista. Tenés publicaciones que tenían 60 páginas y pasaron a editar 40. A todo eso le tenés que sumar que 6 de cada 10 sufrieron aumentos en gas, luz y agua, con un promedio del 44%. Todo esto se acumula e impacta en los costos de producción y de estructura de las publicaciones y termina redundando en que hay muchos medios que están realmente con la lengua afuera en este momento. Ves claramente cómo impacta la crisis económica, social, política, y lo hace también en la libertad de expresión”.
En un contexto socioeconómico preocupante el aumento de costos implica que muchas revistas vean en jaque su posibilidad de continuar editando. Según el informe de AreCIA, “el 95 por ciento asegura haber sufrido -en los últimos meses- aumentos en los costos de producción”.
Esta situación afecta directamente la libertad de expresión porque la pluralidad y la diversidad se reduce. “Hubo un caso con el que abrimos el informe que es la revista Extrañas noches. Decían: ‘si yo tengo que trasladar todo este incremento de costos a la publicación, tengo una revista que es casi elitista’. Encima la puedo llegar a vender, porque hay demanda de parte de lectores que están dispuestos a pagar para tener su publicación en la mano y poder leerla. Pero el tema es que hay una decisión que es política, no podemos trasladar esta crisis. Lo que siempre decimos: ‘el costo de la crisis lo pagan los trabajadores’; no podemos hacer eso”. Esto implica que al dejar de publicar se abandona un soporte clave, la materialidad del papel, que implica la posibilidad de estar en kioscos y ferias y tener un contacto más directo con lxs lectorxs. “Seguimos apostando a un proyecto de calidad: la Mu tiene un vuelo propio más allá de la web. Pero apostamos también a la revista porque es la fuente de financiación de esta cooperativa”.
¡Ley de Fomento YA!
El informe enviado en junio por AReCIA incluía al final cinco puntos que hace años se exigen al Estado: eliminación del 2,5% de IVA, acceso igualitario y protegido al precio del papel, posibilidades de crédito sin tasas usurarias, democratización del circuito de distribución y reparto equitativo y transparente de la pauta pública. Estos puntos forman parte de la Ley de Fomento que ha desarrollado el colectivo y que ha presentado en distintas instancias legislativas a nivel nacional, provincial o local. Pero el trabajo de militancia debe ser constante para que no pierdan estado parlamentario.
Según Lucas Pedulla, “la Ley de Fomento es clave porque sería la posibilidad de generar un andamiaje jurídico que pueda establecer una serie de políticas públicas no solamente para sostenimiento de las publicaciones que ya están sino para promoción de nuevas revistas.” Es que todos los años nuevas revistas se registran en la Asociación: “Estamos viendo que – y eso fue un dato interesante del último censo de AReCIA – aún en un contexto de crisis, que incrementa la inflación, que sube absolutamente todo lo que te puedas imaginar, siguen haciendo revistas. Había como un 10% de revistas nuevas, lo cual te habla de que hay una necesidad de seguir comunicando bajo nuevas formas y relaciones, y que hay un mercado no solamente expulsivo (hablo del mercado comercial) sino que ya tampoco es una referencia para la nueva camada de pibes y pibas que están arrancando. Prefieren organizarse entre amigues para armar otra cosa”.
Por Ayelén Rives
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen