El mate es la infusión nacional por excelencia, pero su consumo se hace más difícil cada día. Su precio aumentó 55 por ciento en el último año. Productores, tareferos, secaderos, molinos, supermercados y el rol del Estado. Los actores que intervienen entre el yerbal y la góndola. Una investigación de Agencia Tierra Viva.
“Siempre. Con inflación, con hambre, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie”, escribió el locutor Lalo Mir, en un texto memorable sobre la costumbre de tomar y compartir “unos verdes”. Argentina registra un consumo anual per cápita de 6,5 kilogramos de yerba mate, pero el precio no para de aumentar. Según el Indec, el paquete de yerba aumentó 55 por ciento en los últimos doce meses y, según datos privados, en precio en góndola se incrementó 6000 por ciento en trece años.
Radiografía yerbatera
El proceso de producción de la yerba mate contempla básicamente dos etapas. La primera es la cosecha de la hoja verde en los yerbales, tarea que realizan los trabajadores manuales denominados “tareferos”, núcleo que constituyen más de 20.000 obreros y obreras rurales establecidos principalmente en Misiones. La yerba cosechada pasa al secadero, para reducir los niveles de humedad.
En la segunda etapa, la yerba ingresa al molino, donde tiene lugar el proceso de elaboración y envasado del producto para su comercialización.
En el sistema agroindustrial yerbatero existe un universo de casi 17.800 explotaciones agrícolas productoras. El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) registra 10.811 productores, donde el 60 por ciento explota menos de diez hectáreas. También existen 200 secaderos y 104 establecimientos molineros y fraccionadores.
Misiones representa el 90 por ciento de las hectáreas sembradas en el país y Corrientes el diez por ciento restante. La gran mayoría de los molinos están afincados en Misiones, mientras que las restantes industrias molineras se encuentran en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Corrientes.
Aunque muchos molinos cuentan con cosechas propias, la mayor parte de la materia prima la obtienen de la compra de hoja verde y “canchada” a productores independientes. La hoja verde es la yerba mate cosechada destinada al secado, mientras que la yerba mate canchada es el resultante de los procesos de secado y constituye la materia prima de la molienda.
El precio y el rol del Estado
Creado el 21 de febrero de 2002 por medio de la Ley 25.564, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) es el órgano que fija el precio del kilogramo de hoja verde de yerba mate entregada por los productores a los molinos. El precio final (en góndola) lo fija el supermercado o mayorista que adquiere la yerba envasada a las empresas molineras.
En la comercialización de la yerba mate se evidencia un elevado grado de concentración. Según la ONG Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco), solamente once grupos económicos comercializan el 79 por ciento de la yerba mate elaborada. El ranking lo encabezan Establecimiento Las Marías (marcas Taragüí, Unión, Mañanita, La Merced) con el 20 por ciento; Cooperativa Liebig (Playadito, Yemaipe, Mbareté) con el 12; Molinos Río de la Plata (Nobleza Gaucha, Cruz Malta) con el 9 por ciento; Hreñuk (Rosamonte) con el 9 y La Cachuera (Amanda) con el 8 por ciento.
Precios de la yerba
La fijación del precio de la hoja verde es un elemento clave, pero no el único, en la constitución del precio al consumidor y del salario de los trabajadores de los yerbales y secaderos. De hecho, es el primer paso en la formación de precio al público. Establecer un precio para la hoja verde de yerba es una instancia de recurrentes conflictos y tensiones, incluso de índole histórica.
El pasado 29 de mayo se recordaron 20 años de una gesta histórica en la lucha por el precio de la yerba mate: «El Tractorazo». Año 2001. Una movilización de pequeños productores yerbateros se movilizaron desde la ciudad de Oberá hasta Posadas para reclamar por el precio de la hoja verde, que entonces valía apenas dos centavos el kilo. Esa movilización dio origen a la creación del INYM.
Este año no fue la excepción en cuanto a la falta de acuerdo para la fijación del precio de la materia prima fundamental. La Ley 25.564 establece que los nuevos precios de la hoja verde deben ser consensuados por los doce integrantes del directorio del Instituto Nacional de la Yerba Mate, donde están representados la totalidad de los sectores que constituyen la cadena de producción del producto, desde los tareferos (a través de uno de los gremios) hasta el poderoso sector molinero, incluyendo representantes estatales de Misiones y de la Nación.
“En el directorio están incluidos los representantes de los gobiernos de las provincias productoras (Misiones y Corrientes) y del gobierno nacional. El Directorio del INYM sesiona y toma decisiones con la mayoría simple de sus integrantes, excepto cuando debe fijar el precio de la hoja verde y de la yerba canchada, cuya definición debe ser por acuerdo unánime. Cuando esto no ocurre, los valores son determinados por la Secretaría de Agricultura de la Nación”, informa el INYM en su estatuto.
En marzo de 2021, ante la falta de consenso unánime, el precio de la hoja verde se definió a través del laudo. Esta situación se replicó en más de 20 oportunidades desde la creación del INYM, en 2002, a esta parte.
El martes 11 de mayo se publicó en el Boletín Oficial la Resolución 26/2021, que fijó un precio mínimo de 29.700 pesos para la tonelada de hoja verde puesta en secadero y un valor mínimo de 112.860 pesos para la tonelada de yerba mate canchada. La nueva grilla tiene vigencia hasta el 30 de septiembre de 2021.
Estos nuevos precios en la materia prima de yerba representan un incremento del 48,5 por ciento respecto a los valores del año anterior y un 22 por ciento en relación al último acuerdo.
La evolución del precio de la hoja verde registra una curva ascendente:
-En 2016, el laudo estableció en 4803 pesos la tonelada de hoja verde de yerba mate puesto en secadero.
-En 2017, siempre por la vía del laudo, se dispuso en 6012 pesos la tonelada de hoja verde.
-En 2018 se llevó el precio a 7020 pesos.
– En 2019 llegó a 11.550 pesos la tonelada de hoja verde.
-En 2020 aumentó a 24.390 pesos.
-En 2021 el precio llegó a 29.700 pesos.
Una vez fijado el valor que regirá la interacción entre molineros y productores, el precio de la yerba se va configurando a partir del intercambio entre los molinos y las cadenas de supermercados, donde entran en juego múltiples variables y costos, desde la calidad de la materia prima hasta el rol de las grandes cadenas (tienen precios especiales por los volúmenes que manejan).
Un informe elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) en enero de 2021, afirma que “los impuestos explican el 39,3 por ciento del precio de un kilo de yerba mate en góndola, mientras que el productor primario sólo es responsable del 22,4 por ciento”.
En el primer trimestre del año, el precio promedio del paquete de un kilo de yerba mate fue de 340 pesos. Según la CAME, “del valor final, el productor explica el 22,4 por ciento; el sapecado, secadero y canchado el 7,6 por ciento; la molienda y envasado el 11,1 por ciento; el mayorista el 10,7 por ciento; el minorista el 8,9 por ciento; y los impuestos el 39,3 por ciento”.
Datos de la Cámara de Molineros de la Zona Productora (Misiones) indican que hace cinco años, en el primer trimestre de 2016, un paquete de yerba de un kilogramo costaba en góndola 46 pesos. Con estos valores, el 34 por ciento del precio en góndola correspondía al productor, el 23 por ciento al molino, el 21 por ciento a la cadena comercial y el 22 por ciento al Estado (a través de impuestos).
En el primer trimestre de 2021, la consultora Focus Market dio a conocer el estudio «Evaluación de la inflación en productos de la canasta básica 2008-2021», mediante el cual comparó la evolución de los precios de una canasta de quince productos de consumo masivo. En el caso de la yerba, tomaron como referencia la marca Playadito de 500 gramos y analizaron la evolución del precio de ese producto a través de los años: concluyeron que en los últimos trece años el precio de la yerba mate en góndola aumentó 6378 por ciento.
Según datos entrecruzados del Indec y de Deuco, un paquete de yerba mate de medio kilo de una de las marcas líderes costaba en marzo de 2008, 3,10 pesos. En agosto de 2016, el mismo paquete de 500 gramos valía 27,34. Aumentó en 2017 a 31,50 pesos; en 2018 a 45,96 y en 2019 llegó a 85,78.
También según el Indec, el precio de la yerba mate envasada tuvo un incremento del 54,9 por ciento en los últimos doce meses, situándose por encima de la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que fue del 46,3 por ciento entre abril del 2020 y abril de 2021.
Esta herramienta, el IPC, en su tabla de “precios al consumidor de un conjunto de alimentos, bebidas y otros artículos para el Gran Buenos Aires”, identifica en 155 pesos el precio en góndola de la yerba mate de medio kilo en febrero, costo que se elevó a 160 pesos en marzo. Entre marzo y abril, la variación porcentual de este producto fue del 9,7 por ciento, llevándolo a 176 pesos.
Indignación con el laudo
El ingeniero y productor yerbatero Hugo Sand es un dirigente histórico de la Asociación de Productores Agrícolas de Misiones (APAM). Consultado por Agencia Tierra Viva, Sand afirmó que resulta necesario “equilibrar la oferta y la demanda de yerba mate, ya que de esta forma se equilibran los precios”. Señala que se genera un precio para la cosecha de yerba en la temporada de verano -cuando se cosechan pocos kilogramos- y la segunda temporada es en otoño-invierno, momento en el cual se cosecha la mayor cantidad de yerba y por ello debe ser un precio más rentable para el productor.
Desde la Asociación de Productores Agrícolas de Misiones exigen un precio para la hoja verde de 0,50 centavos de dólar por cada kilo de yerba mate cosechada. Actualmente, con un dólar que ronda los cien pesos, el kilo de hoja de yerba mate debiera valer, para APAM, aproximadamente 50 pesos.
“El Gobierno laudó a un precio de casi 30 pesos, muy bajo. En el precio influye además el costo de la mano de obra. Desde APAM estamos tratando de que se saque el costo del herbicida dentro de la yerba, porque la yerba no debería ser más cultivada con agrotóxicos. A todo esto se le da un valor averiguando en las agropecuarias cuánto es el costo promedio de cada uno de estos insumos, en la estación de servicio se averigua el costo del litro de gasoil, también el valor de las ponchadas (bolsas) y de las tijeras para la tarefa; el valor de la tarefa que está vinculada con el valor de los jornales de los obreros rurales”, explica Sand.
Tras el laudo, la filial Misiones de la Federación Agraria Argentina (FAA) emitió un duro comunicado repudiando la decisión: “Está hecho en los términos dispuestos por la industria que monopoliza el sector yerbatero, en perjuicio tanto de productores como del Estado, porque es una clara maniobra de evasión impositiva. Nos asombra que desde un ministerio nacional se mire para un costado ante algo tan grave. Fijan 29,70 pesos la hoja verde puesta en secadero y se está pagando hasta 15 pesos por encima de ese valor, pero las grandes industrias no tributan sobre eso ya que lo pagan en negro. Lo que más asombra es que ahora lo hacen con el acompañamiento cómplice del Estado”.
Números del sector yerbatero
El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) precisa que en 2020 la “salida de molinos” para el consumo interno de yerba mate alcanzó los 268,8 millones de kilos, mientras que las exportaciones sumaron 42,9 millones de kilos, totalizando entre ambos destinos un volumen de 311,7 millones de kilos. De las exportaciones, el 80 por ciento de la yerba exportada es adquirida por Siria y Líbano.
Respecto a los formatos de yerba mate disponibles en góndola, los envases de medio kilo mantienen la preferencia de los consumidores, constituyendo casi el 60 por ciento de las salidas de molino a mercado interno, mientras que un 35 por ciento corresponde a los paquetes de un kilo (el resto se reparte en envases de dos kilos y de cuarto de kilo).
Del puñado de marcas más consumidas en el país, los precios oscilan, en supermercados y almacenes de barrio, entre los 150 y 330 pesos el paquete de medio kilo, y entre los 340 y 470 pesos el paquete de kilo. De acuerdo al Índice de Precios al Consumidor que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en abril de 2021 el precio del paquete de yerba mate de 500 gramos en el Gran Buenos Aires, fue de 175 pesos, en promedio. El paquete de un kilo se encuentra en los 400 pesos.
Tareferos, el eslabón más débil
Según datos de la Subsecretaría de Programación Microeconómica del Ministerio de Economía de la Nación, el promedio de empleo generado por la industria de la yerba mate es de 19.811 personas. La mayor cantidad de puestos de trabajo son temporarios y vinculados a la cosecha de hoja verde: el 66 por ciento son “primarios temporarios” (denominación utilizada en los informes oficiales para referirse a los tareferos).
Luego se ubica el empleo en secaderos (23 por ciento), en molinos (7) y los que trabajan de manera permanente en la etapa primaria (4 por ciento).
Desde el Sindicato de Tareferos y Trabajadores de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) observan que “la mitad de los tareferos que cortan manualmente la yerba mate trabajan en negro y no están visibilizados en el sistema”.
El eslabón más desprotegido de la cadena productiva, el de los tareferos, permanece en gran medida sumido en condiciones salariales y laborales deplorables, pero además marginado de la representación en la mesa de discusión del precio de la hoja verde.
Desde el Sindicato de Tareferos de Jardín América, una de las asociaciones gremiales que nuclea al sector, señalan que muchos tareferos no llegan a los 25.000 pesos mensuales de remuneración, teniendo que padecer además varios meses de interzafra (sin cosecha) con ingresos mínimos.
Otro de los espacios gremiales que agrupa a los tareferos en la tierra colorada, el Sindicato de Tareferos de la CTA Autónoma informa que el corte de hoja verde se paga (para quienes están en blanco, que son la minoría), 4820 pesos por cada 1000 kilos. Un tarefero puede hacer, con suerte, unos 6000 kilos al mes. De eso se les descuenta el 20 por ciento de aportes. De los 300 kilos aproximados que un tarefero puede cosechar por día, el productor obtiene 100 kilogramos de yerba canchada.
En góndola, esto representa a precios actuales cerca de 40.000 pesos.
De esta forma, en un día de trabajo, un tarefero produce una riqueza que él no llega a obtener en todo el mes.
«La Argentina ya no toma mate», fue el título de una crónica que escribió Rodolfo Walsh en 1966. Su definición, sobre la injusticia del sector, mantiene la vigencia: “La gran riqueza de Misiones se construye sobre un mar de sufrimiento”. Y, como otros alimentos de la canasta básica, su acceso se hace cada día más difícil para las familias argentinas.
Por Sergio Alvez Agencia Tierra Viva
* Este artículo forma parte de la serie «Los precios de los alimentos», que cuenta con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo.
Fotografías: Subcoop
Redacción
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen