Historias de quienes sufren al fracking narradas en cinco minutos. Esa es la propuesta de Territorio Crudo, una serie de cuatro documentales producidos por el Observatorio Petrolero Sur y el Colectivo Audiovisual Vaca Bonsai, que desde comienzos de noviembre se estrenan cada jueves en internet.
“Buscábamos contar en otros formato el proceso de avanzada del fracking sobre el que venimos escribiendo, por lo menos, desde 2012”, cuentan desde el Observatorio Petrolero Sur. Con los cortos pretenden llegar a otros públicos y seguir dando a conocer las implicancias sociales y ambientales que trae aparejada la “revolución del fracking”.
El primer capítulo, “Área Natural Fracturada”, profundiza sobre la paradoja de un área natural protegida por la legislación provincial y que cada vez tiene más pozos petroleros. Como si esto fuera poco, Auca Mahuida tiene el triste mérito de haber sido la primer área protegida en el mundo donde se realizó fractura hidráulica.
“Fuelmapu”, el segundo episodio de la serie, recupera los testimonios de la comunidad Campo Maripe sobre cuyo territorio se asienta el área Loma Campana explotada por YPF y Chevron. Se reclama allí la urgencia de buscar alternativas a una sociedad petrodependiente. El título del capítulo juega con la idea de Puelmapu, tierra del este, como el pueblo mapuche denomina su territorio en la zona que hoy está Argentina. La tierra del este, para problema de muchos y muchas, hoy es tierra de petróleo.
Un caso menos conocido es el del barrio Valentina Norte Rural que esta serie documental presenta bajo un sugestivo nombre: “Mi vecino Pluspetrol”. En esa zona, lindante con el ejido municipal de la vecina Plottier, las medianeras separan las casas de pozos los pozos. “Es un barrio público de gestión privada”, ilustran los productores del audiovisual. Un párramo donde casi todo lo da Pluspetrol.
Finalmente, Fruta Amarga” relata los inconvenientes que generan las numerosas locaciones y perforaciones que Ysur, una subsidiaria de YPF, ha realizado en los últimos años en la zona fruticola. Las y los vecinos de Allen, donde más fuertemente han avanzado, hasta hace poco lucía orgullosa su título de capital nacional de la pera, hoy se movilizan para evitar los riesgos de esta imposible “convivencia”.