El comienzo de un nuevo ciclo en la naturaleza es también para las comunidades originarias un nuevo punto de partida en el reconocimiento de sus derechos. La lucha en este nuevo año pasará por la necesidad de implementar la interculturalidad en la educación y de oficializar el idioma mapuche.
La planta de campamento N°1 fue el escenario, una vez más, de la celebración del Wiñoy Xipantv. Aunque en realidad el verdadero escenario es la tierra, el aire, el río, la energía vital que envuelve toda la ceremonia. Cada 24 de junio el pueblo mapuche consagra la vuelta al sol, renueva pedidos y agradecimientos.
La Confederación Mapuche es la anfitriona de esta actividad que desde hace 10 años es abierta a toda la comunidad de Neuquén. Cada 24 se suman más, por curiosidad, por creencia, por acompañamiento. Lo cierto es que ya se trata de una fecha instalada de celebración. “Cuando 10 años atrás decidimos abrir este festejo a la sociedad neuquina, lo hicimos con la convicción que los mapuche no podíamos celebrar al interior de nuestra sociedad, ante la indiferencia externa de la sociedad neuquina. El llamado del conjunto de vidas de la naturaleza, estaba dirigido a todos los que habitamos este extremos del hemisferio sur”, explicaron desde la Confederación.
En esta oportunidad el momento político, que se realiza siempre hacia el final, estuvo protagonizado por los konas (jóvenes mapuche) que resaltaron la necesidad de trabajar en un proyecto de ley que contemple la educación intercultural. El MPN presentó un ante proyecto que no fue consultado. Por este motivo 11 comunidades de la Zonal Xawvn Ko elaboraron su propia propuesta para presentar en la Legislatura.
Otro de los ejes centrales de este año será la posibilidad de oficializar el Mapuzugun a través de una ley, lo que contempla una reparación histórica, con medidas urgentes y otras de promoción a largo plazo.
En tanto, las comunidades de la zona del Alto Valle recordaron que en un contexto de crisis petrolera quedó en evidencia cómo las promesas del pacto Chevron-YPF no se cumplieron, e incluso empeoraron la calidad de vida de la población.
“Fue una jornada intensa y cargada de identidad y de emociones. Ese día nos unió el llamado de naturaleza que no distingue culturas ni intereses. El Wajmapu, con su generosidad infinita, nos da todo lo que necesitamos para nuestro bienestar. Y año a año, repite su proceso natural de renovación”, concluyeron desde la Confederación Mapuche.
Por 8300.com.ar – Fotos: Emiliano Ortiz