El viernes 2 de diciembre, las personas con discapacidad que participan en distintas organizaciones e instituciones, marcharon hacia el Centro Cívico al grito de “¿Qué queremos? ¡Derechos!”. Esta primera marcha busca instalar en la sociedad y en los gobiernos reclamos históricamente desoídos, silenciados y subestimados.
Nos encontramos en Moreno y Beschedt
Las personas con discapacidad y sus organizaciones eligieron la esquina de Moreno y Beschedt para encontrarse. Ahí fueron llegando a pata, algunos/as cargando carteles, otros bombos. También llegaron en bondi, en trafics, en auto, y de a poco la esquina se fue llenando de personas que se sintieron interpeladas por la consigna de construir una sociedad en donde todos/as podamos vivir de manera independiente y autónoma.
En los carteles podían leerse reclamos como “Transporte Accesible ¡ya!” “Semáforos inclusivos” “Basta de discriminación” “Cupo del 4% laboral” “Somos artistas, queremos trabajar” “Cumplan nuestros derechos” “Acceso a la vivienda” “No a la violencia contra personas con discapacidad” “Lengua de señas” “Pensiones a personas con discapacidad”. El abanico de reclamos es muy amplio, pero la mayoría tiene un denominador común: volver accesible la vida en sociedad. Acceso al trabajo, a viviendas, a pensiones, a transitar por la ciudad, a la comunicación. Lo que nos invita a empezar a mirar la sociedad que reproducimos, y la ciudad en la que vivimos, y tomar consciencia de todas las puertas que le cerramos diariamente a las personas con discapacidad. ¿Esto es lo mejor que podemos hacer?
Al acercarnos a las personas con discapacidad a preguntarles por qué estaban en la marcha escuchamos reclamos genuinos, profundos. Tony nos dijo que estaba ahí “para que se cumpla el 4%” del cupo laboral y “que las pensiones sean para todos” haciendo eco de un reclamo muy sentido por el colectivo de personas con discapacidad. Porque hoy en día las personas con discapacidad tiene que elegir entre trabajar y cobrar una pensión. Quienes cobran pensión no pueden trabajar en blanco porque automáticamente se les cae el subsidio. Lo que obstaculiza la posibilidad de trabajar, porque el trabajo es inestable, y la pensión no. Entonces, si ya es difícil que consigan trabajo por la discriminación laboral que sufren a diario, como sociedad les agregamos un obstáculo más porque tienen que tomar una decisión que pone en riesgo su aporte económico estatal.
Víctor nos cuenta que vino a la marcha “para los derechos humanos, para que traten bien a los discapacitados, queremos que existan más proyecto y más amabilidad”. Pablo nos dice que “esto nació en un taller de ciudadanía y estamos para acompañar”. Diego nos cuenta que “estamos para reclamar por los derechos que no se cumplen con los discapacitados, las rampas principalmente”. Jessica nos comenta que “estamos aquí para pedir un transporte con rampa para las personas con discapacidad, eso es un derecho y me gustaría que la gente escuche estos reclamos y se cumplan. Queremos que nos respeten”. Por su lado, Claudia nos dice que “los discapacitados tenemos derechos a la salud, a trabajar, a la educación, y queremos que la gente se entere”. Blanca dice “queremos que la gente que está en el gobierno nos escuche que queremos más rampas”. Carlos nos contesta “queremos que tengamos más trabajo para las personas con discapacidad. Marita nos comenta que “estamos aquí para reclamar por diferentes derechos sobre todo ligados al trasporte. Me gustaría que el presidente escuche estos reclamos y se haga todo lo que le pedimos”. Pachi dice que “estamos reclamando por nuestros derechos frente al transporte y ver si nos dan bola. Carmen pide “que no nos maltraten y que podamos tener trabajo”.
El reclamo del transporte accesible es muy sentido por el colectivo de las personas con discapacidad. Son nuestros/as vecinos/as, amigos/as, hijos/as, compañeros/as que no pueden tomar la decisión de movilizarse autónomamente por ciudad. Y no porque no quieran, sino porque como sociedad no decidimos incluirlos/as, no nos tomamos el trabajo de pensar como se sentirá no poder moverse para ir a alguna actividad, no poder llegar al trabajo, no poder ir a visitar a alguien. El gobierno local acaba de cerrar una nueva licitación con una empresa de transporte sin plantear la accesibilidad de los colectivos. Y si la planteara, todavía quedan por construir las veredas. Este es un camino que hay que recorrer, que hay que exigir, que hay que construir juntos/as.
Finalmente nos acercamos a Nico, quien nos da una lección de ciudadanía. Nos dice: “Marchamos para poder generar nuestros derechos como personas con discapacidad, queremos que nos tengan en cuenta por lo que somos y que nos escuche el gobierno, para poder tender puentes y ser parte de una sociedad que todavía no nos tiene en cuenta”.
Para tender puentes, para que nos tengan en cuenta por lo que somos, para que nos den bola, para que nos respeten, para que nos escuchen. Ojalá las calles se sigan llenando de estos mensajes. Tenemos mucho que aprender como sociedad de las personas con discapacidad.
Con estas voces en el aire, comenzó la marcha. Con esto en el corazón caminamos hacia el Centro Cívico.
¿Quién dice que no podemos?
En el Centro Cívico nos esperaba un escenario. Pero Juan, uno de los oradores principales, no podía subir porque una camioneta Kangoo estaba bloqueando la rampa de acceso. “Ironías” cotidianas para las personas con discapacidad. Donde hay rampas, hay personas que no las respetan.
Finalmente Juan Ojeda subió al escenario. Una señora que traducía a lenguaje de señas el mensaje lo acompañaba. El sol nos derretía, pero las palabras nos invitaban a no perder la atención. Lo que escuchamos es una lección política, poética y potente. Para el marco de esta nota seleccionamos los párrafos que más nos conmovieron, pero les recomendamos el texto completo.
“Desde el comienzo de esta idea, nosotros sabíamos que no queríamos que esta marcha sucediera el 3 de diciembre porque el 3 de diciembre se celebra el día de los derechos de las personas con discapacidad y nosotros sentimos que en relación a eso es muy poco lo que tenemos que celebrar.
Hoy en día en materia de derechos, lo que tenemos son más deudas que conquistas. El colectivo de personas con discapacidad no tenemos derechos conquistados, tenemos derechos escritos. Cuando un derecho se conquista es cuando su sola existencia es indiscutible. Así es un derecho conquistado.
Acá hay un estado que sistemáticamente se ha olvidado de nuestros derechos. Ya sabemos que los derechos se conquistan en la calle. Hay mucha gente que hace años que cree que en el colectivo de personas con discapacidad estamos condenados a una asistencialismo paternalista y no es así, somos un colectivo de integrantes de la diversidad que tenemos que dar la batalla en el campo ideológico, y en la calle. Es algo político, plenamente político.
Nuestro lugar es la calle y nuestros hermanos directos son todos los colectivos de la diversidad que también pelea por sus derechos.”
“El próximo 13 de diciembre se cumplen diez años de la Convención internacional de las personas con discapacidad. Se cumplen diez años y estoy hablando en un Centro Cívico totalmente inaccesible, diez años que a la biblioteca pública de este lugar no puedo acceder. Diez años y fue una gesta subir a este escenario. Son diez años y el municipio acaba de celebrar un contrato, ratificar un convenio de transporte que no tiene una línea, que asegure la accesibilidad a los colectivos, son diez años y las calles de Bariloche parecen un territorio bombardeado.”
“Nosotros no podemos andar por la ciudad, andar en colectivo, tener un trabajo digno, una vivienda de acuerdo a nuestras necesidades. Las personas con discapacidad no podemos. ¿Quién dice que no podemos? Los que pueden. El poder, los cómodos de nuestra incomodidad, ellos dicen que no podemos.
Lo que está marcha les demuestra es que sí podemos, que somos vulnerados pero no somos vulnerables. Que tenemos la fuerza de organizarnos. Que no venimos acá a pedir ayuda, a pedir dádivas, queremos la madurez suficiente de construir nuestro camino. Le pedimos al poder que no nos joda más. Que no nos joda nuestros derechos, que no nos cague la vida, una vez y otra vez y otra vez.
Se venía hablando por ahí de que esta marcha era contra el municipio, se andaba diciendo. El que pueda pensar que una marcha que quiere pensar una ciudad con un diseño universal, el que quiera pensar que eso es en contra del municipio no comprende nada, ni de política ni de derechos.”
“Hace tiempo que no creemos más en los discursos. Le pedimos al municipio, a la provincia, una política pública clara, con respecto a las personas con discapacidad. Esa ausencia de política pública es una presencia: lo que calla otorga.
Nosotros no le creemos más a los cómodos, que se quedan en sus despachos, y no es por falta de voluntad, es por exceso de memoria.
Esto es solo una página más de una lucha que ha comenzado este año y seguirá.”
Antes y después de la marcha
Las organizaciones que convocaron a la marcha fueron Crearte, Amar Bariloche, Fundación Sí, Invisibles, El Puente, El Brote y DeSida por la Vida. Realmente fue un esfuerzo conjunto y la gran cantidad de personas que se arrimaron dan cuenta de ese trabajo.
Después de la marcha, el Intendente de Bariloche, Gustavo Genusso, dijo en su programa en De Vecino a Vecino, en Radio Seis que hay algunos dirigentes que son desagradecidos, pidió paciencia en los reclamos, e informó que funcionará una traffic llamando al 0800 y dijo textual: “Sé que el sector discapacidad lo ve como discriminación y tiene razón, pero también resuelve el tema de las calles”. Esta respuesta podría parecer un chiste si no fuera tan violenta. ¡Cuanta comodidad! ¡Cuánta vagancia mental! ¿Esto es lo mejor que podemos hacer como sociedad?
Nos seguiremos encontrando en las calles compañeros/as. Para mirarnos a los ojos, reconocernos como iguales en nuestras diferencias, como personas con derechos, y seguir luchando por una sociedad en la que todos/as podamos vivir sin violencia, de manera autónoma e independiente.
Por Sebastián Carapezza y Florencia Taylor
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen