La asociación de revistas culturales independientes de argentina, AReCIA, presentó su quinto informe sobre el estado del sector editorial autogestionado en el país. Estadísticas y números que preocupan y que cargan muchas historias y voces detrás.
Como ocurre ininterrumpidamente desde el 2012, AReCIA realizó entre las revistas asociadas de todo el país su censo anual, lo que le permite contar con una fuente de información de primera mano sobre las condiciones de producción, distribución y recursos humanos implicados en la realización de publicaciones impresas y digitales.
Tanto el dato en bruto como su posterior análisis transforman a AReCIA en la única entidad del país interesada en llevar adelante un registro histórico con una muestra numéricamente representativa de casos que permitan el diseño de las políticas públicas reclamadas por el sector.
El censo confeccionado en octubre de este año registró a 162 revistas culturales, contra 213 registradas en el 2014, lo que marca una caída del sector en un 9 %. De los medios que utilizan papel la caída es más abrupta: pasaron de ser 150 a 100, teniendo una contracción de un 50 %. Hay que aclarar que aproximadamente un 25 % de medios alternativos gráficos no cumplen con el censo, o lo completan tarde según sucedió en ediciones anteriores.
“Como advertimos desde ya hace algunos años por falta de una legislación que proteja y fomente al sector y la desregulación del mercado de distribución y la venta de papel que favorece a la concentración empresaria, las revistas culturales están en emergencia. Así es como cada vez más editores se han visto obligado a abandonar su tarea de comunicador cultural”, anuncian desde la asociación de la que como equipo de comunicación popular somos parte.
Entre los censados existen medios que preexisten a la crisis del 2001, mientras que unas 10 revistas ya tienen un cuarto de siglo de existencia o han sobrevivido a todas las debacles del país, pero siguen de pie como símbolos de la resistencia. Algunas de ellas pueden ser Barriletes de Paraná, Crisis, Cítrica, revista Sudestada, Mu, el periódico de la vaca, los Inrockuptibles, La Pulseada de La Plata, Hecho en Bs As o revista NAN.
El interior del problema
En el interior del país la situación no solo es parecida sino más cruda. No por nada el 78, 4 de estos medios censados están en ciudades de más de 200.000 habitantes.
Entre CABA y el resto de la provincia de Buenos Aires suman más del 70 % de las revistas registradas. Del número restante la mitad son de la región centro del país, conformado por ciudades grandes como Rosario, Córdoba, Mar del Plata, Bahía Blanca, etc.
La falta de legislación y políticas de fomento en todos los niveles del Estado hace más difícil la situación en el interior del país, ya que es más compleja la construcción de redes solidarias entre editores, organizaciones sociales que favorezcan la sustentabilidad de los proyectos, por ejemplo. Entonces crece la representación de AReCIA en Capital federal; el 54, 3% de las revistas censadas son de ahí, ya que cuentan con una nutrida red de centros culturales, librerías, universidades y cercanía con organismos públicos.
Solo el 17, 6% de las revistas del interior tiene pautas a nivel local/ municipal, mientras que en CABA es la ciudad donde hay más acceso a la pauta oficial. Dios está en todos lados pero atiende en Bs As. Como contraparte en el Municipio de Morón por ejemplo existe una ley sancionada al respecto que asegura un 4 % de la pauta local al sector sin fines de lucro.
Como alternativa y forma de autogestión estos medios han desarrollado diferentes estrategias de venta y difusión, como son las suscripciones, ventas en nodos, fiestas, etc.
También en 2016 se realizó una articulación con las ferias del libro de todo el país con el objetivo de difundir la situación del sector y socializar la experiencia de ediciones autogestivas de revistas mediante stands y charlas. El programa fue respaldado en parte por el Ministerio de Cultura.
En un plan regional, según este informe, en la Patagonia están el 3,1 % de los censados. De las 5 revistas registradas en esta región, hay 2 menos que el año pasado y se ha quedado sin referente la provincia de Tierra del Fuego (donde se editaba Colores Complementarios) y sigue sin tener referente de la comunicación gráfica autogestiva la provincia de Chubut.
Además de AL MARGEN, editan en Río Negro los compañeros de Raíz en El Bolsón y en la provincia de Santa Cruz están las honrosas excepciones de “Hábitat San Julián” de la localidad homónima y La Carbonera de Río Turbio. Por último en Neuquén surgió “Mano a mano”, emprendimiento comunicacional gestado hace poco en nuestra vecina provincia.
Pautas para uno, pautas para …el mismo
“Es obligación del Estado poner en marcha las regulaciones necesarias para una distribución justa de la publicidad, tanto estatal como privada, para que contribuya a la existencia y desarrollo pleno de la pluralidad de medios en todos los formatos”, reza el octavo punto de los 21 establecidos en el documento por un Derecho a la Comunicación.
En 2015 el 17, 4% de los miembros de AReCIA accedió a pauta nacional producto del resultado de las negociaciones directas realizada por esta asociación frente al gobierno nacional. El monto recibido en el primer semestre por estas 3 docenas de revistas representa el 0,057 % de la pauta distribuida por el gobierno nacional en ese período en el que se destinó 80.972.408 $.
El reparto favoreció claramente a los sectores concentrados de las empresas mediáticas. Según información oficial, el grupo Clarín fue el más favorecido con el 17, 9 % de la pauta, es decir 350 veces lo que recibieron todas las revistas culturales independientes. El gran diario Argentino. El paladín del periodismo independiente que según su relato de no hace muchos años estaba a punto de desaparecer.
Desde esta asociación se trabaja por una ley formal que regule la pauta en forma global y a todos los niveles, entre otros objetivos. En este caso empezaron por Capital Federal y con la firma de una decena de legisladoras y legisladores ingresó en la Legislatura porteña la “Ley Cascioli” de promoción y fomento a las revistas culturales independientes y autogestivas de la Ciudad de Buenos Aires. La iniciativa busca saldar la deuda que el Estado porteño tiene con la comunicación cultural. La presentación fue el 19 de noviembre.
“Esta ley viene a saldar una vieja deuda: la que tiene el Estado porteño con las revistas culturales independientes de esta ciudad”, resalta el proyecto que fue bautizado como “Ley Cascioli”, en honor y memoria a Andrés Cascioli, director de Ediciones de La Urraca, editora de Humor y El Periodista. Hoy su viuda e hija se encuentran obligadas a pagar demandas judiciales arbitrarias, luego de afrontar las deudas de una quiebra que originó el Estado que nunca le otorgó pauta oficial a esas publicaciones.
El proyecto propone: garantizar la protección y el fomento de las revistas culturales, declarar de patrimonio cultural de la Ciudad el trabajo de producción independiente y autogestiva de comunicación cultural, fortalecer líneas de fomento para infraestructura, impresión y compra de papel, definir un porcentaje de la pauta publicitaria en respeto a los criterios de equidad de distribución de publicidad oficial, convocar a concursos y premios estímulo para las publicaciones, entre otros puntos.
“La libertad de expresión no es un derecho abstracto, requiere políticas de Estado concretas. Esta ley expresa eso: la voluntad de los legisladores porteños de garantizar que las ideas expresadas por las revistas culturales independientes sean cada día más diversas, más libres y más fuertes. En este sentido, contar con la presencia de quienes conformaron el equipo de Humor®, no solo nos llena de orgullo, también nos fortalece”, sostuvieron desde esta Asociación.
Espaldas chicas, corazones grandes
El conjunto de revistas culturales aporta a la industria gráfica regional más de 4 millones de pesos anuales y albergan a más de mil trabajadores con un promedio de 6,4 por medio.
Este censo revela que las revistas censadas editan por mes unos 248.375 ejemplares. Si por cada ejemplar lo leen 4 personas se llega a casi 1 millón de lectores mensuales, mientras que la cantidad de visitas mensuales y sus webs son de otros 4 millones. O sea en suma la comunicación cultural autogestiva tiene cada mes una cifra para nada despreciable de 5 millones de lectores.
“No nos vendemos porque ustedes nos bancan”, es el lema de la primera campaña pública de AReECIA por una ley para el fomento para el sector, poniendo en relieve quienes sostienen las fuentes de trabajo autogestivo: ustedes, lectores de las revistas culturales
Entre los datos recabados se destacan aquellos que dan cuenta de la progresiva contracción del sector, lo que se traduce en una disminución sostenida en el número de publicaciones existentes con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo genuinos y la merma de canales informativos por fuera de la prensa comercial.
A su vez el censo permite observar la existencia de una voluntad capaz de resistir gobiernos, crisis económicas y cambios en los hábitos de lectura que se ve amenazada por una sistemática ausencia del Estado que trasciende al actual gobierno pero que se radicaliza con él.
Con el fin de dar a conocer las actuales condiciones del sector, invitamos a realizar una lectura reflexiva que sopese los riesgos materiales y simbólicos que implica dejar librada a su suerte a una de las tradiciones más características de la vida pública nacional: Las revistas culturales independientes.
Por Sebastián Carapezza
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen