La Asociación de Revistas Culturales e Independientes de Argentina (AReCIA) repudia enérgicamente la represión de la Policía Federal con balas de goma y gas pimienta a trabajadoras de prensa y fotógrafas durante la desconcentración de la masiva movilización que el 3 de junio exigió en todo el país #NiUnaMenos y #VivasNosQueremos. Diversos efectivos atacaron a las mujeres desde la Catedral de la Ciudad de Buenos Aires.
Una de ellas es Alelí Acuña Barrenechea, 32 años, periodista, fotógrafa, trabajadora en el archivo fotógrafo de Télam y colaboradora de Revista Cítrica, socia de esta organización. “Todo pasó entre 8:15 a 8:20”, dijo en declaraciones a Cooperativa Lavaca. “La marcha fue esplendorosa, pacífica. Yo estaba cerca de la boca del subte D, sobre Diagonal Norte. Había una pequeña fogata, minúscula, algunas pocas chicas en tetas que sólo estaban cantando, sin disturbios. Yo me voy con un grupo de 10 fotógrafos. Ahí escucho el primer disparo. Ya había gas, estaba en el aire. Yo ya me estaba yendo, pero lo que me salió, con la cámara en la mochila, fue ir y mostrar las caras de los que estaban reprimiendo. Tengo un lente 50 y para retratar tengo que aproximarme porque, si no, no se ve nada. Ahí veo que eran alrededor de 40 y 50 policías entre civiles y uniformados. Todo estaba cercado, ellos detrás del vallado con la Catedral como su tótem. Encontré un hueco, me acerco a ellos a unos 10 cm y tomo la primera foto. Era una oficial mujer. Luego saco la segunda: todo perfecto. Cuando voy a sacar al tercero de la fila, ese me dispara el gas, en la boca”.
Acuña relató que en ese momento se empezó a ahogar y sus ojos se irritaron. “Sigo sacando fotos, ellos tiran agua y cuando vuelvo al lugar donde había estado, me tiran gas de nuevo. El objetivo puntual era que no sacáramos fotos porque tiraban al grupo de fotógrafxs. No cometimos ningún tipo de delito: nuestros elementos contundentes eran nuestras cámaras”.
La prueba de que la policía utilizó balas de goma la publicó Agustina Aztarayn por redes sociales, donde exhibió un balazo en su frente: “Tranquilamente me la podría haber puesto en el ojo, sinceramente no entendí que pasó, me quedé sorda de golpe, me bajó la presión y cuando me toco la frente tenía sangre en la mano”.
Al igual que el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa), que también repudió la represión, las revistas culturales exigimos el esclarecimiento de los hechos y la separación de los responsables directos y políticos de la represión.