Lucía Pérez tenía 16 años cuando la violaron y asesinaron el 8 de octubre de 2016. Su femicidio generó la reacción inmediata del movimiento feminista, que convocó ese mismo día al primer Paro de Mujeres que se hizo en nuestro país.
Dos años después, el Tribunal Oral Criminal Nº 1 de Mar del Plata que lo juzgó absolvió a los femicidas alegando que la joven “no era virgen, tenía experiencia sexual previa y un carácter fuerte” y que “no estaría con nadie sin su consentimiento”. Nuevamente se salió a las calles de todo el país con la cara de Lucía, exigiendo capacitación obligatoria en género para jueces y juezas.
En febrero de este año se inauguró “El cuarto de Lucía, Arte contra la violencia femicida” que replica un cuarto que podría ser de cualquier adolescente. Desde Al Margen conversamos con su mamá, Marta Montero.
– ¿Cómo estás viviendo la exposición y los talleres virtuales y presenciales?
-La verdad que es maravilloso, la evaluación mía es totalmente positiva. Es maravilloso como se vive, la comunión que hay ahí en ese cuarto. Lo que se genera con ese ida y vuelta con la gente es muy lindo, ese aprendizaje que tenemos entre todas, como yo siempre lo digo, hay cosas que Marta no sabe y lo fue aprendiendo en este yugar del camino tan duro que le tocó pasar y transitar. Lo fui aprendiendo.
Nos encontramos en un taller con muchos padres y madres que hemos tenido pérdidas de hijos. Nos encontramos a tomar un café, a compartir una charla y solamente nos miramos y nos damos cuenta de lo que estamos hablando. Transitamos juntas la tristeza. En lugar de tenernos que ir con toda esta angustia encima y terminar nuestro día así, lo terminamos pensando en que hicimos algo bueno. Estamos por el buen camino, a ella le pasa lo mismo que me pasa a mí, pero junto con ella yo también voy sanando
Creo que eso es lo maravilloso que tiene El cuarto de Lucía, encontrarnos en esos debates amorosos de las cosas que nos pasan. No quiere decir que digamos a todo que sí, y que estemos todos de acuerdo, nada que ver. Pero sí podemos contar con la compañera que está al lado mío y me puede entender.
– ¿Cuál fue la intención o el motivo de reflejar un cuarto?
-Fue una charla que tuvimos con Claudia Acuña, que es una periodista escritora de capital que me dio la idea. Yo cuando ella me lo propuso, automáticamente visualicé el cuarto de Lucía en un lugar. Y de ahí salió. En un principio la pandemia nos frenó, pero se inauguró el 14 de febrero de este año.
Yo lo visualicé y dije este es el lugar, por acá tenemos que ir ¿Por qué tenemos que ir por acá? Porque tenemos que darnos cuenta que el femicidio de una mujer es esto. Es un gran problema social que estamos teniendo. Es un problema territorial en el barrio de esa criatura, en la escuela. Se desmoronó todo lo que esa hija era. Hablamos de Lucía y hablamos de 180 mujeres que en lo que va del año tenemos muertas. Esas son las Lucías, no es que Lucía es única. Ese cuarto que estamos mostrando es el cuarto de todas esas mujeres.
Esas mujeres tenían sus ilusiones, sus ganas, sus deseos y alguien se los arrebató para siempre. Cuando mostramos ese cuarto mostramos el cuarto de todas las mujeres que nos han matado. Si como sociedad nos tenemos que dar cuenta de que eso nos está pasando, lo tenemos que encarnar.
Por eso cuando uno entra al cuarto de Lucía, te pasa por el cuerpo, te pasa por la sangre. Es algo corporal, creo que hasta ahora yo como mamá de Lucía tengo la capacidad de seguir sorprendiéndome, cuando estamos en ese cuarto, cuando pasa la gente y ve que Lucía es como su hija, es como tu hija, como tu nieta. Lucía no es un monstruo que vino de otro lugar y la mataron por algo…
Cuando nos demos cuenta que lo que nos pasa, nos pasa a todos, que es Lucía es de todos, esa Juana es de todos y queremos e intentamos empezar a cambiar esa mirada misógina y patriarcal que hay mucha gente que la tiene. Empecemos a educarnos como sociedad y empecemos a darnos cuenta y hacer mejores cosas y mejores personas. Los femicidas no nacieron de un repollo, detrás de ese asesino hay una familia, hay una madre, un contexto social, una escuela que lo educó. Vayamos revisando todo eso para podernos dar cuenta qué es lo que tenemos que cambiar.
-También estuvo la posibilidad de que participen artistas…
-Si, igualmente aclaro que no es un show. Participan artistas con canciones amorosas pero no es un espectáculo de canciones. Es un lugar de reflexión y como broche los domingos se cierra con alguna canción, este domingo estuvo Susy Shock y fue hermoso, tiene una forma muy especial de tocar y su voz. No se puntualiza en la canción pero si se propone terminar esa semana con algo un poco más amoroso si se quiere.
Escuchá la entrevista:
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Tema musical: “Canción sin miedo” de Vivir Quintana
Por Mariela Martínez y Julia Biagioli
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen