Reflejamos, a partir de varios testimonios, lo que se vivió el sábado pasado en la ruta, cerca de Villa Mascardi. Las voces de algunos testigos involuntarios de lo que pasó.
Distintas personas que retornaban de un día de ocio o trabajo se encontraron en medio de la ruta con un operativo descomunal de distintas fuerzas de seguridad. Estas voces reflejan la desproporción del operativo, el desprecio y racismo de otros conductores, el trastrocamiento de prioridades ciudadanas, el miedo paralizante, la incertidumbre, las señales de encubrimiento, y la casi confirmación de que las balas fueron de un solo lado.
Male
“El viaje comenzó con la salida al Lago Mascardi entre amigos, a pescar, tomar mates, un día soleado, hermoso. La ida, ruta 40: policías, movimiento de gendarmería, documentos, papeles, alguno que nos pareció que se estaba “armando”. Gendarme: Nos paran; documentos, papeles…intercambiamos mínimas palabras. Preguntamos si el camping y el camino estaban bien y su respuesta fue “si, ya está libre de mapuches”. Silencio. La vuelta fue abrupta, pasamos de estar en un camping, solos, a recibir una llamada donde nos avisaban que “estaban reprimiendo, había un muerto” y que “seguían cazando a unos que se habían escapado, tratando de salvarse”. Nuestros compañeros estaban lejos, entre alguna orilla del bosque pescando, tranquilos. Salí a buscarlos, escuchando los autos que pasaban y que cada vez se hacían más. Tuve miedo, por segundos, entré el bosque. La atmósfera era tensa. Tuve miedo de que me vieran sola, escapando.
Lo peor fue el regreso, estuvimos 3 horas o más en la ruta parados entre muchos autos y un despliegue monstruoso, de gendarmería, prefectura, policía federal, etc. Escuchábamos los gritos de los mapuches, en un día que empezó pseudo soleado y terminó en plena oscuridad y terror. Nos comunicábamos con un amigo que estaba en el hospital con más gente de la comunidad y otros tantos. Cuando los medios ya habían sacado la noticia con el nombre del fallecido y que había heridos en el hospital, la ambulancia todavía estaba ahí en la ruta, no los habían dejado pasar a atender a los heridos.
Nosotros solo lo vivimos todo desde afuera y fue terrible. ¡¡No fue un enfrentamiento, fue una cacería!!”
María
“Ruta 40. Altura Villa Mascardi. Volviendo de El Bolsón, alrededor de las 18 hs., embotellamiento. Más precisamente, la policía interrumpiendo el tránsito. Me bajo del auto y encaro a un testigo de ocasión. Le pregunto qué sucede, y él responde que “los mapuches cortaron la ruta y están tirando piedras”. Miro, esforzando la vista, dado que nos habían hecho detener a unos 500 metros del ‘corte’, y alcanzo a ver una ambulancia cruzada en la ruta y un despliegue de agentes de fuerzas de inseguridad bien armados. De los mapuches, nada. Me vuelvo hacia mi interlocutor, y le digo: “gendarmería cortó la ruta y está hostigando nuevamente a una comunidad”. A lo que una pareja (de un auto) me retruca, a coro, “¡ah, bueno, tenés una versión!”. Les contestó “no es una versión, es conciencia social”.
Busco distanciarme infinitamente de una (gran) parte de conciudadanos/as que vomitaban barbaridades racistas y clasistas sobre el asfalto, que exhibían con obscenidad el trastrocamiento de sus prioridades. (…) la vida de “estos indios” no importaba. Dejé entonces atrás las conversaciones, para acercarme un poco más a la zona del operativo. Un policía receloso me lo impidió. Pero lo que no pudo impedir fue un atronador: “los vamos a matar a todos”. La sentencia mortífera bajó desde el monte, imponiéndose a los gritos de mujeres y hombres desesperados. Desesperantes. También pude escuchar una voz que suplicaba por alguien a quien tenían “tirado como a un perro”. Quizás se trataba del muchacho al que asesinaron.
(…) Las únicas hipervisibles y desmedidas eran las fuerzas de inseguridad (…) Pero, por si hubiesen quedado dudas, una vez que nos permitieron avanzar, y a pocos kilómetros de la escena del crimen (perpetrado por las fuerzas) nos aguardaba un operativo de gendarmería. No solicitaban datos de los vehículos, sino los DNI de lxs pasajerxs…”
Uara
“Viví la misma secuencia, horas después, era de una impotencia suprema entre los milicos prepotentes y la gente prepotente y llena de odio racial. Me sentí en una pesadilla.”
Julio
“Así fue. Yo estuve ahí. Un operativo típico aprendido en Israel por las fuerzas armadas. La ropa y armamento provisto por Israel y una prepotencia solo justificada por saberse apañados por el gobierno. Sacaron a una familia de una parcela con el costo de un muerto y tres heridos de 9mm. Daños colaterales que le dicen. ¡¡Lo peor que había gente que estaba de acuerdo!!”
Pablo
“El sábado volvíamos tipo 18 hs de una excursión de rafting con chicos de una escuela de Bariloche…terminando un día espectacular. Cerca del muelle del Mascardi, delante nuestro empezamos a ver cómo empezaban a correr y cruzaban la ruta gente del Albatros y el GEOF creo. Los del Albatros seguro porque son esos con ropa camuflada pero más clarita. Los otros, no estoy seguro, no reconocí el uniforme, pero eran de algún grupo especial. Y de la policía de la provincia que nos venía a cortar la ruta a nosotros para hacernos retroceder un poco. Lo que pasa que nosotros como veníamos con carros con balsas se complica retroceder y nos quedamos ahí. Al resto los hicieron parar un poco más atrás. Habremos quedado a unos 50 metros de los grupos estos que, en formación, cinco adelante con escudos cinco atrás con armas y algunos con armas solamente, empezaron a dispararle a los que estaban arriba en el bosque. Nosotros no sabíamos de qué se trataba en ese momento. Si sabíamos de la toma y todo eso, por los detalles de público conocimiento que habían pasado hace dos días. Bueno le entraron a tirar…los disparos solo se escuchaban que salían desde abajo. De arriba solo se escuchaban gritos de desesperación, dolor, algún “no tiren”, puteadas y el grito típico mapuche que no sé qué significa, pero que lo he escuchado en algunas manifestaciones de ellos, nada más que eso. Al ratito bajaron dos paisanos, uno de ellos con boina roja, bien paisano con un muchacho entre en andas y a la rastra, que supongo que era este pobre pibe Rafael. Y bueno los precintaron a ellos, los cagaron a palos, como siempre, los agarraron, los molieron a palos y los precintaron. El otro chico quedó tirado un ratito hasta que lo cargaron con ambulancia y se lo llevaron. No te puedo describir bien el movimiento, porque pusieron la ambulancia por delante, pero si se lo llevaron (nota de la redacción: el cuerpo no llegó al hospital hasta las 2 de la mañana…). Cerca de las 20hs cuando nos dejaron pasar, ahí en la banquina donde había estado el cuerpo no había nada, solo creí ver una mancha de sangre, pero con tanta policía no mire con detenimiento. Lo que si escuche después que a este chico le dispararon con una 9 mm. Eso debe haber sido en el bosque, porque yo lo que vi eran todas armas largas. No recuerdo haber visto ninguno empuñando un arma de mano. Vi muchas armas largas y una desproporción en la fuerza increíble. Desproporción por el despliegue que tuvieron, camionetas que iban llegando cada vez más de PSA, de policía federal, de gendarmería, helicópteros y todo para desalojar un predio que los que yo veía que estaban ahí eran vecinos nuestros, paisanos que te cruzas por todos lados. También gente que estaba atrás nuestro pedían que les peguen un tiro en la frente a los mapuches y los dejen pasar a ellos. Todo eso y la invitación a la marcha del miércoles a favor de las fuerzas de seguridad me incitaron contar lo que vi. Me indignó. Me parece que la gente está viendo otra película, que se piensa que acá hay un grupo como el ISIS o como un grupo extremista que está matando gente y que nos tiene a todos aterrorizados y que en realidad son vecinos nuestros. Es el mismo tipo que te va ir a vender leña, a cortar el pasto, que te va llevar tierra negra en un camión , te va vender el cordero patagónico para que celebres la navidad. Había mucha más gente que vio lo que vi yo. Yo solo me animé a hablar. Había mucha gente también en los fogones donde está el muelle del Mascardi justo al otro lado de la ruta. Quisieron limpiar de gente la zona, diciendo que era por seguridad, pero por el otro a mí me daba la sensación que era para sitiar el lugar para que no haya tanta gente mirando. De hecho, nos cruzaban las camionetas adelante. Estuvimos más o menos dos horas. En un momento retrocedí unos 20 metros para quedar a la sombra y que los chicos bajen a la playa y les manden fotos en el lago a los padres para que no se preocupen. Después cuando nos liberaron el paso, otra cosa que nos impactó fue que en Baqueanos nos paraban uno por uno, ya a esa altura éramos 40 autos o más. Nos pedían documento, anotaban la patente, faltaba que nos saquen foto, y nos revisaban el auto a ver si había alguien adentro o algo por el estilo. Nos preguntaban si íbamos con alguien que no fuera del grupo. Nos revisaron atrás a ver si teníamos no sé qué, porque no te explicaban. Un operativo al que no estamos acostumbrados, que solo vez en la TV cuando muestran represiones de alguna marcha o en las películas.”
Por Equipo de Comunicación Al Margen