Dialogamos con María del Carmen Verdú, abogada referente de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) acerca de la presentación del informe anual 2017 sobre represión en manos de fuerzas del Estado.
-Día a día nos enteramos de represiones en simultáneo a lo largo del país ¿Ven algún tipo de diferencias en este último tiempo con cómo se venía planteando el Gobierno Nacional a dos años de su mandato?
-La primera nota que contiene la revista impresa empieza hablando del increíble pico represivo que estamos atravesando que comenzó naturalmente al día siguiente del 10 de diciembre del 2015. Ya el año pasado nos preocupaba cuando decíamos que se ha incrementado de manera exponencial la presencia policial en la calle, por lo tanto también las detenciones arbitrarias. Eso conduce a más gente en las comisarías, más torturas y más muertes.
Al haber mayor poder de fuego en las calles hay más casos de gatillo fácil, represión a trabajadores, etc. Lo que hemos podido recopilar de este año, y que además hemos padecido en primera persona, porque somos parte de esas mismas luchas, es un increíble incremento.
Nos hemos quedado cortos de adjetivos para poder calificar el saldo cuantitativo y cualitativo que ha pegado el conjunto de la política represiva estatal bajo la conducción política de Cambiemos. Y esto no es porque sean “mala gente” – que seguramente lo son- no se levantan a la mañana y dicen “vamos apalear obreros, o desaparecer a Santiago y que después aparezca muerto o fusilar por la espalda a Rafael Nahuel”, se trata de las herramientas que necesita un gobierno de estas características para tratar de que pase la reforma estructural profunda y a largo plazo que tienen como propósito hacer en cuanto a las relaciones capital y trabajo en todo el país.
El despliegue militar que están haciendo es inusitado, no lo hemos visto en situaciones de invasión externa, tiene como objetivo tratar de frenar las luchas y las resistencias que se van a seguir dando.
-En este trabajo que viene realizando la CORREPI, ¿Se sienten acompañadas y acompañados en su trabajo de investigación diario?
-Nosotros somos una organización anti represiva que no nos caracterizamos por estar en una especie de laboratorio contando datos, somos una organización militante y formamos parte de esas luchas. No por casualidad tenemos un compañero asesinado el 20 de diciembre del 2001 y otro herido el 26 de junio de 2002. En el mismo sentido, en este momento, hemos marchado el día de ayer contra la OMC, marcharemos mañana contra la reforma.
Lo que es importante es la reacción que empezamos a notar no solo en la militancia, que poco a poco va entendiendo que la unidad de acción que venimos planteando hace dos años como herramienta imprescindible, por eso la consigna de este año es “Fortalecer la unidad y organizar la lucha, para enfrentar el ajuste, la represión y el avance sobre nuestros derechos”. Sino que también la gente de a pie se está sumando, hay una enorme conciencia que también trasciende cuando vemos la simpatía con la que nos saludan en la calle, el aguante. Eso nos pasa promedio dos o tres veces por día, la gente está mucho más consiente de la gravedad de la situación represiva.
-¿Qué rebote tienen las situaciones que estamos viviendo en la Patagonia desde Capital Federal?
– las situaciones extremas, Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, sin duda le han dado un foco de atención a un conflicto que efectivamente muy pocos conocíamos en profundidad y estábamos en contacto. El 10 de enero cuando fue la primera represión de este año en la Pu Lof Cushamen en resistencia viajamos a Esquel con Nora Cortiñas y otros compañeros y compañeras del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia para exigirle al Juez Guido Otranto por los diez detenidos que hubo en esa jornada.
Los graves hechos están sucediendo a lo largo y ancho del país, hubo una nueva represión en Neuquén a los trabajadores estatales, no tan tremenda como la de la semana pasada, cuando el compañero Raúl Godoy, diputado provincial y obrero ceramista, fue baleado por la espalda. Todos estos petitorios, como sucedía en épocas no tan recientes, a finales de la década del 90, principios de este siglo donde permanentemente recibíamos noticias de lo que sucedía en Salta en la Ruta 34, Bariloche, Neuquén, Cutral Co, entre otras, están empezando a cobrar más cuerpo en el ámbito metropolitano.
Por Fabián Agosta, Mariela Martínez y Julia Biagioli
Equipo de comunicacion popular Colectivo Al Margen
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