Iniciar el nuevo plan de vida mapuche, recuperando el conocimiento y la identidad perdida es el principal objetivo de Amancay Quintriqueo, la primera longko mujer de la Lof Kinxikew de Río Negro, que llegó a ocupar el máximo cargo luego de que se desplazara al hombre que dirigía la comunidad, acusado de abuso sexual y violencia de género.
La comunidad (lof) se constituyó en 2003 “y soy la primera mujer, en 17 años, en llegar a longko (jefa) como parte de un proceso natural de empoderamiento de las mujeres dentro de un machismo arraigado en las familias“, contó Quintriqueo.
Habla con esta agencia por teléfono mientras está en viaje a Brazo Huemul, donde está la lof que ahora lidera, ubicada entre Bariloche y Villa La Angostura.
Tiene 32 años, un niño de uno que se hace escuchar durante la entrevista a su mamá, y una historia de desarraigo y reencuentro con sus orígenes cuando a los 18 decidió dejar la ciudad de Bariloche y volver a su comunidad.
Allí llegó para “formarme” dice, y ahora lidera, junto a una mayoría de mujeres y personas jóvenes, una lof compuesta por 20 familias y 50 personas.
“Hace 3 años iniciamos reuniones de mujeres y allí comenzaron a hablar de abusos, de violencia de género, cosas que siempre pasaron, pero había muchos silencios“, comparte la flamante longko elegida hace sólo una semana.
Las violencias “sucedieron siempre pero ahora ellas se animaron a contarlo y a desahogarse“.
“Una vez que hablaron, nos pusimos a pensar qué hacíamos. Había que contener, comenzamos con talleres, y esas denuncias concluyeron con la destitución del longko” en mayo del año pasado, quien además era coordinador del Consejo Zonal Lafkenche, cargo del que fue removido por la Federación Mapuche.
“Nosotras decidimos adelantar la elección, no esperar ante esta situación, por eso ya en enero la mayoría de los jóvenes de la comunidad decidimos cambiar, generar un nuevo círculo para que esto sane, salga a la luz y no se calle“, sintetiza la mujer.
Ella define el proceso como “la revolución de los jóvenes, tanto mujeres como varones. Ellas empoderadas, ellos acompañando, porque también quieren generar un cambio“.
Un femicidio, como tantas veces ocurre, impactó también en la comunidad.
En febrero de este año Bautista Quintriqueo asesinó en pleno centro de Villa La Angostura a su ex novia Guadalupe Curual de 21 años que lo había denunciado en tres oportunidades por violento.
“El femicidio de Guadalupe inició un movimiento de hombres que se está replanteando su masculinidad, para generar un cambio, y acompañan a los hombres de nuestra comunidad en este proceso”, aporta Quintriqueo.
Destaca que, ante situaciones violentas, desde la comunidad trabajan con un equipo de La Angostura, integrado por profesionales de la medicina, el trabajo social, la psicología y con organizaciones feministas.
El proceso incluyó además la creación de un Observatorio en Defensa de los Derechos de las Infancias Mapuche, integrado por diversas instituciones.
La prioridad para la longko es “ejecutar el Kvme Felen”, es decir, el plan de vida mapuche.
“Estamos haciendo un plan de vida de 50 a 100 años, fijando la dirección hacia donde ir y cómo hacerlo. Trabajamos mucho para elaborar y ahora hay que ejecutarlo con este nuevo círculo de autoridades“, resalta.
Y explica que “es nuestro proyecto de vida, la institucionalidad mapuche, que tiene que ver con la identidad. Por ejemplo, el registro de personas mapuches. Cuando son niñas y niños tendría que hacerse una ceremonia para presentarlos a las fuerzas del territorio y ser parte de la comunidad, pero muchas veces no se hace“.
También quieren “retomar el órgano de justicia, ser nosotros quienes hagamos justicia. Ese órgano lo tenemos, pero nunca lo implementamos”.
Como parte del proceso este fin semana hubo un taller sobre derecho indígena.
Para Amancay Quintriqueo todo tendrá sentido si “se recupera el conocimiento y la identidad perdida”.
Por Silvina Molina (Télam)
Redacción
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen