Productores y consumidores resolvieron presentar una denuncia colectiva por incumplimiento de los deberes de funcionario público contra el intendente Walter Cortés. Reclaman la renovación del comodato para recuperar la infraestructura abandonada del mercado que ofrecía precios justos, a cuatros años del cierre.

En dos meses se cumplirán cuatro años desde que cerró el Mercado Comunitario Municipal (MCM), pese a la vigencia de la ordenanza que lo creó, y el Ejecutivo no responde las notas ni las preguntas de las organizaciones de productores y consumidores que pretenden mantenerlo en pie. El gobierno municipal tampoco se ocupa de concretar el acto administrativo para renovar el comodato del predio en el que funcionaba en calle Vereertbrugghen. La costosa infraestructura hoy está en desuso: una parte fue a parar a dependencias municipales; de otra parte se desconoce el destino. En una asamblea realizada el sábado pasado se decidió presentar una denuncia colectiva por incumplimiento de deberes de funcionario público contra el intendente Walter Cortés.

El último emplazamiento del mercado fue en un predio del ferrocarril. El espacio contaba con los servicios de agua y luz; cámaras de frío para carnes, vegetales y lácteos; líneas de caja para cobro con PosNet; teléfono y Wi-Fi, entre otros equipamientos. También hubo una sala de extracción de miel.

“El Ferrocarril dio un permiso de uso que venció en 2023 y la Municipalidad nunca lo renovó. Se puso mucho dinero para adecuar ese lugar. Durante la gestión de Gustavo Gennuso hubo un vaciamiento y la actual ni contesta. Se han llevado muchas cosas que no sabemos dónde están; por ejemplo, los elevadores, que cuestan como 40.000 dólares”, dijo a Al Margen Carlos Bonilla, coordinador del Consejo Participativo Asesor (CPA) del mercado.

La ordenanza que da origen al mercado (N.º 2747-CM-2016) deroga una normativa anterior que regía el funcionamiento de Mercados Comunitarios Municipales y explica que se trataba de “una lógica de comercialización de productos más cercana al concepto de ‘feria’ municipal” en la que “cada puestero establecía una relación individual tanto con el Municipio como con el consumidor”. Según se argumenta, dicha concepción fue superada por conceptos como “economía social, soberanía alimentaria, gestión mixta, cogestión” que “hablan de abordajes más complejos de la temática del abastecimiento público y de modelos organizacionales de gestión pública”.

La normativa vigente resalta el artículo 22 de la Carta Orgánica Municipal que establece: “Asegurar a la población la normal provisión de alimentos, combustibles y productos esenciales”. Y crea el Mercado Comunitario Municipal -compuesto por el espacio físico común, redes de consumo y nodos barriales, redes de productores primarios y redes de productores elaboradores-, el Ente Autárquico del Mercado Comunitario (EMCO) -como autoridad de administración, regulación, fiscalización y planificación de la actividad y funcionamiento- y el Consejo Participativo Asesor (CPA) -el órgano externo asesor y consultivo del EMCO, no vinculante, conformado por los representantes de las organizaciones que integran el mercado-.

“También hubo un vaciamiento de personal y de contenido. Cuando comenzó la gestión de Cortés nos reunimos en ‘El Compañero’, estaba Silvia Ferrari (secretaria de Producción, Innovación y Empleo), y pedimos que se renovara el comodato. Pero nunca ocurrió y hoy no nos contestan ni las notas. Han argumentado que no hay plata, pero la verdad es que no hay que poner ni un mango ni trabajo, las organizaciones hacen una gran tarea y hay muchas voluntades”, dijo Bonilla.

En la actualidad el mercado funciona de forma esporádica y como puede, ya que el galpón del ferrocarril no se usa. “Gracias a la buena predisposición de los trabajadores del ferrocarril cada tanto traemos unos 3500 kilos de verdura -antes traíamos 20.000 kilos cada dos semanas- y ahí mismo, en el andén, los repartimos entre las 15 organizaciones que somos y que, a su vez, hacen llegar a los vecinos los productos”, relató Bonilla, quien tuvo una pequeña fábrica de fideos.

Incumplimientos y falta de control

Las organizaciones que integran el CPA del Mercado convocaron a una asamblea que se realizó el sábado en el espacio de Cre-Arte. La iniciativa “se enmarca en la crisis económica y la emergencia alimentaria, con el objetivo de analizar demandas urgentes y avanzar en soluciones colectivas”, se explicó en un comunicado.

Entre los temas tratados estuvieron “la situación legal del ente autárquico creado por ordenanza 1747-CM-2016, las denuncias sobre irregularidades en el predio, la subejecución presupuestaria y la exclusión de la participación ciudadana”.

“El mercado está desmantelado, vacío. Hay actividades esporádicas, como la venta de carne. Es evidente que las políticas públicas que apuntan a la participación no interesan. Cuando hay una mirada extractivista, estas cosas molestan”, afirmó a Al Margen Silvia Devalle, que representa a la red de consumidores en el Mercado.

El Ente del Mercado tiene un directorio que está compuesto por tres representantes del Ejecutivo -actualmente sería la secretaria Ferrari-, dos representantes del Concejo Deliberante -Leandro Costa Brutten y Roxana Ferreyra- y un representante de cada grupo de organizaciones (productores, elaboradores y consumidores). A la asamblea no concurrió nadie del gobierno municipal.

Al Margen se comunicó en varias oportunidades con Ferrari pero nunca fue posible entrevistarla. La última comunicación fue el viernes, que respondió: “No puedo moverme, por momentos no tengo Internet en el Cívico hasta que termine la filmación”, en referencia al rodaje de una serie de Netflix que se estaba realizando en el centro de Bariloche.

De la convocatoria participaron Costa Brutten, un asesor del concejal Facundo Blanco Villalba, representantes de la Universidad, la defensora del Pueblo, Mariana Minuth, el legislador Leandro García, la candidata a diputada por Fuerza Patria Adriana Serquis, Brenda Morales del Soyem, representantes de ATE-Pami, integrantes de Unter seccional Bariloche y miembros de las distintas organizaciones que son el alma del mercado.

“Acordamos impulsar una denuncia penal colectiva y pedir por todos los medios que se logre la renovación del comodato del espacio físico donde funcionaba el mercado. Se lo pediremos a los legisladores, a la Defensoría del Pueblo y a todos quienes puedan interceder para que el Ejecutivo concrete el trámite”dijo Devalle.

El panorama sobre la actualidad del mercado que describió la representante de los consumidores es preocupante: “La provincia había entregado mesadas y cuchillas, pero los productores tuvieron que tercerizar el corte de la carne en una carnicería habilitada porque en la gestión de Gennuso llevaron los elementos a las cocinas comunitarias. El camión y la camioneta que son del Mercado los están usando con otros fines. La sala de extracción de miel quedó abandonada y nunca pudimos cumplir el convenio que firmamos con la Universidad y el ingeniero agrónomo que trabajaba allí hoy tiene que trabajar de chofer. Las notebooks que había también las llevaron a otras dependencias. Nunca logramos la restitución de los bienes del Mercado. El tribunal de Contralor tampoco hizo nada ante nuestras presentaciones”.

Es llamativo que el Ejecutivo municipal incumple la ordenanza, pero no la deroga ni hace propuestas sobre el funcionamiento del Mercado Comunitario. Y mientras tanto, no responde ninguno de los requerimientos de las organizaciones. La desarticulación es tal que se desconoce si existe un administrador.

Si estuviera en funcionamiento como indica la ordenanza, el mercado “también podría proveer a escuelas, universidades y hospitales”, dijo Bonilla. “Cerrar un mercado como este es como cerrar una universidad. Pero nos ampara una ordenanza que es muy poderosa”, concluyó.

Por Ximena Linares Calvo

Colectivo de Comunicación Popular Al Margen

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