En el marco del Festival Iberoamericano de Periodismo Narrativo Nave, Julia Mengolini estuvo en Bariloche (su ciudad natal) presentando su primer libro “Las caras del monstruo” y se hizo un lugar para conversar con Al Margen de Milei, las redes sociales, el corrimiento a la derecha de una parte de la sociedad, y el reflujo del feminismo.
La primera vez que escuché a Julia fue en “Duro de Domar”, corría el año 2012 y la televisión era todavía nuestro principal medio de entretenimiento e información. Esperaba ansiosa que terminen los informes del programa para escuchar a esa mujer que, con una asombrosa lucidez, poder de síntesis y análisis, en 2 minutos escasos de tiempo televisivo, redondeaba una idea poniendo blanco sobre negro los temas de actualidad que se trataban. Me hizo además pensar por primera vez mi condición de mujer ante la sociedad. Julia fue la primera que habló de feminismo en la TV abierta en años que todavía causaban gracia los chistes machistas y nadie cuestionaba la mirada cómplice de un comediante hacia el público por su deseo sexual hacia una menor de edad. Se enfrentó con Gerardo Sofovich y con todos los que jugaban a ser machos alfa exponiendo a minitas en pelotas; poniendo así de manifiesto el maltrato de género existente.
Julia conoce de cerca las caras del monstruo, no sé si le tiene miedo. Lo que si sé, es que se enfrenta al monstruo. Le canta “las 40”. Y el costo es bien alto. Hacen de ella un recorte intentando cambiar el sentido de sus palabras, de construir una Julia Mengolini que utilizan como ejemplo de todo lo feo y malo que representa para un sector de la sociedad ser peronista, comunicadora y feminista.
En su libro coloca los pedazos faltantes de ese collage malicioso que va reconstruyendo con argumentos y sus ideas. Entrelazando además episodios de su vida, “ese monstruo” se va transformando en una mujer que hizo de su sensibilidad social, deseo de justicia y militancia su modo de ver y vivir la vida.
– ¿Estamos en medio de una encerrona? Por un lado queremos llegar a los jóvenes, pero las herramientas que usan hoy en día son 15 segundos de TikTok y los pocos caracteres de Twitter. ¿Cómo hacemos para mostrar ideas que en general en el campo popular, en las izquierdas son mucho más complejas, sin caer en lo meramente estético, en lo marketinero del sentido común que utiliza la derecha?
– Estamos en una encerrona, pero nunca te contestaría vamos a tener que encontrar la forma de hacernos entender por TikTok, porque no es una herramienta que nos queda a nosotros, porque el dispositivo no es nuestro, es de ellos. Nos estamos metiendo en su campo de batalla y esto es arrancar perdiendo. Por suerte lo que estoy advirtiendo en estos días es que estamos viendo como desarmar el dispositivo que son las redes. A Twitter lo compró Elon Musk y ahora es un ministro del gabinete de Trump; lo cual para mí nos hizo un favor por ser tan evidentemente grotesco. Hay una diáspora de Twitter, hay mucha gente abriéndose cuentas en Blue sky que tiene otras reglas…
Julia plantea otro lugar donde se tiene que dar el debate público buscar otra ágora donde se pueda respirar y plantear ideas y no recortes para luego ser insultado. “En Twitter ya no se puede dar el debate público porque para eso tenés que ser un basado, cínico e irónico. Tenés que transformarte en un troll: insultar, descalificar, esa es la única herramienta que hay en Twitter”
– ¿Cómo hacemos para no entrar en la lógica de hablar de lo que ellos quieren? ¿Quiénes son los que marcan la agenda?
– Twitter marca agenda, es el dispositivo que hoy en día marca la gente del gobierno… Es muy difícil no entrar en su lógica; estamos perdiendo entonces la agenda planteada desde ellos. Es un dolor de hígado tener que hablar todos los días de una sarta de pelotudeces que ellos plantean, en la diaria es agotador, pero es una tarea que en un punto hay que hacer, pero sí creo que a largo plazo hay que desarmar el dispositivo. Por un lado hay que estar todo el tiempo desmintiendo el dispositivo de las fake News y por otro lado ir más a lo más profundo. Tenemos que evitar que la sociedad se vuelva más fascista. Hay algo que nos trajo hasta acá, un montón de gente votó a Milei, lo votó convencida, mucha gente lo votó sin estar ni cerca de las ideas tan horrendas que tiene. Me parece que hay que detener la fascistización de la sociedad.
La militancia desde la insistencia de ideas inclaudicables
Julia plantea que le tenemos que volver a tocar el corazón a la gente, volver a reconstruir la sensibilidad del tipo común, la confianza entre la gente; las clases populares y la dirigencia. Que hay que rompernos la cabeza para ser creativos, para ver la manera de salir de este entuerto.
“Es una tarea que nos toca, a ustedes también que tienen este medio, una organización. Es una cosa más del contacto, del cara a cara, estar con los amigos con los vecinos, con los compañeros. La militancia es no permitir que ideas tan simples y básicas mueran, como la inmoralidad la desigualdad, que haya tantos niños que se van a dormir sin comer mientras que hay gente que tendría que vivir millones de años para poder gastar toda la plata acumulada. No está bien que haya gente que trabaje 12 horas por día, que se desplome en tareas que son fundamentales para el funcionamiento de esta sociedad y que no llegue a fin de mes. Esto hay que reconstruirlo porque ellos también trabajan mucho sobre la crueldad, una insensibilidad, con el sentido común de que si manda la libertad está bien que haya estos tipos que acumulen semejante riqueza mientras una enorme mayoría el planeta no tiene ni siquiera agua potable”
También propone la importancia de juntarnos, de no dividirnos, hacer alianzas y una militancia colectiva, cada uno desde el lugar que le toca: “Desde siempre la estrategia de las oligarquías es que nosotros nos peleemos entre nosotros con pares con gente más o menos parecida a nosotros, en Europa lo logran con los inmigrantes, acá el enemigo es el que cobra un subsidio”
“La estrategia de ellos es dividirnos, dividir a las sociedades, polarizar. Nosotros lo que tenemos que hacer es tratar de juntarnos, porque la verdad es que somos una gran mayoría. Entonces tenemos que volver a reconstruir los lazos sociales, el neoliberalismo siempre va a querer romperlos porque no somos convenientes para sus intereses, lo que sí está en nuestro poder es reconstruirlos”
El feminismo como herramienta emancipadora
En el capítulo sobre feminismo Julia cuenta como reconoció ser feminista gracias a su amistad con Lohana Berkins y lo que ella significo en su vida militante. Julia nunca le temió a dar sus propias opiniones más allá de las premisas que planteaba el movimiento. En esos momentos que me planteaba si realmente era feminista Julia estaba ahí poniéndole marco teórico a mis sensaciones e ideas que a los albores de la batalla parecían equivocadas. En su libro afirma “el feminismo es un movimiento político, no una religión y por tanto todo es discutible. Asumir el carácter político del feminismo nos obliga al pensamiento estratégico, a discutir en conversación”.
Julia sufrió en estos días otro embate en Twitter por haber hecho una reflexión que redacta en su libro: “Tal vez faltó hablarles a los pibes, darles un horizonte, pero sobretodo la posibilidad de sentirse parte de algo, como nos sentimos nosotras en los últimos años” Esta vez el ataque vino de las propias compañeras. Le planteo mi preocupación por la falta de tolerancia ante la disidencia sobretodo en un movimiento que se supone emancipador, liberador e inclusivo.
“Los trolls colonizaron la forma del debate público, esa intolerancia, eso de sacarte de contexto, buscar la contradicción, eso de descalificarte. No me duele cuando me lo hacen los trolls me duele cuando pasa de este lado, de las mismas compañeras. Copiamos la misma forma de ellos. Nunca bardearía un compañero o compañera. Bardeo a la derecha, a las grandes corporaciones, a Globant a Macri, a Milei. Me cuido de no hacer en esos comportamientos macartistas internos”
– ¿Existe una tención cuando un movimiento se alinea con un partido político? ¿Alberto nos usó?, ¿Si fuese así, vale la pena llegar al poder para realizar verdaderos cambios?
-En los partidos políticos y de las instituciones creo que tenemos que estar, con herramientas concretas, leyes, políticas públicas y con una batalla cultural que después tiene que permear, pero muchas veces permea justamente a partir de las discusiones públicas necesarias para por ejemplo un proyecto sea una ley.
No sé si Alberto nos usó, es lo que teníamos cerca. Nos queda mejor los gobiernos nacionales populares, porque ese es el campo en el que los derechos se conquistan. Hay un encuentro natural entre las políticas y las nuevas demandas. Una política progresista se tiene que encontrar con una nueva demanda, tiene que representar. La alianza entre peronismo y el feminismo y que de ahí salga la ley del aborto no es algo loco.
-Cristina dijo en alguna oportunidad que ella no era progresista, ni feminista; posiblemente para definir que ella no dejaría de lado los problemas de las mayorías…
El gobierno de cristina se ocupó de las dos cosas de las demandas de las mayorías y las minorías a diferencia del gobierno de Alberto. Un buen gobierno tiene que hacer todo, ocuparse de la distribución de la riqueza y las demandas de las minorías. Al mismo tiempo se encuentra en algún punto porque la jubilación de amas de casa es la medida más feminista que existe y de reparto concreto de la riqueza y de transferencia de ingresos hacia las mujeres, es la política pública que más define a Cristina.
Futurock, el valor de lo colectivo y la militancia como modo de vida
Futurock es la radio vía streaming que fundó Julia Mengolini cuando Macri llegó al gobierno. Fue pionera en crear comunidad de oyentes que financian al medio. Es también la trinchera para muchos oyentes que sienten una representación en sus ideas y un lugar donde pueden armar comunidad con gente que piensa parecido. La Futu ya cumplió 8 años y Julia nos cuenta que se adaptaron a los cambios comunicacionales pero sin perder la esencialidad de la radio. ¿Como salir del nicho?, ampliar la audiencia también es un desafío.
“Siempre queremos llegar a más gente, no es un lugar cómodo el nicho para nosotros porque queremos cambiar mundo, pero al mismo tiempo lo que yo me di cuenta es que esa es la gente más importante del mundo para mí, la gente que todavía cree que se pueden cambiar las cosas y que quiere que los que lo rodean estén mejor. Para mí esa es la gente que sostiene el mundo y eso son nuestros oyentes. Nosotros todavía tenemos ese sueño, el día que lo perdamos, el día que nos saquen las ideas, las convicciones, nos quedamos sin nada”
En “Las caras del monstruo” las ideas están frescas, recién pensadas, al ritmo de este vertiginoso presente para que el lector se sirva de ellas, las amplíe, las comparta y con otros y otras busque las formas de llevarlas a cabo.
Se termina la charla y entre la emoción y el entusiasmo me olvido de decirle que me firme su libro, me consuelo pensando que es otra excusa para volver a encontrarla.
Por Irene Rassetto
Fotos: Eugenia Neme (Festival NAVE)
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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