La apoderada de la Fundación Gente Nueva fue distinguida por el Centro Nuevo Tierra y el Gobierno de La Rioja por preservar el legado de Juvenal Currulef y esa obra colosal que arrancó en Virgen Misionera con una escuela, y hoy suman diez y un potente entramado comunitario.
Graciela Belli, junto a un grupo de jóvenes, acompañó a principio de los ‘80 al cura Juvenal Currulef, “el negro”, que recién llegaba del valle rionegrino escapando de las amenazas de la dictadura, en la fundación de una escuela en el barrio Virgen Misionera y, luego, en otra y otra, y construyeron a lo largo de los años un entramado comunitario potente de diez escuelas y 400 docentes y un instrumento que lo empuja, la Fundación Gente Nueva, cuya apoderada es Graciela, distinguida, días atrás, por mantener vivo el legado de Currulef, la memoria de una obra colosal para una ciudad pequeña como la nuestra.
La distinción se llama Premios Angelelli, es otorgada por el Centro Nueva Tierra, dedicado a promover valores cristianos ligados a los pobres, humildes, vulnerados, excluidos, descartados, junto a la Secretaría de Derechos Humanos del Gobierno de La Rioja. Lleva ese nombre en memoria de Enrique Angelelli, obispo de La Rioja asesinado por su proximidad a los trabajadores. Por ese crimen fue condenado en 2014, 38 años después, Luciano Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo del Ejército. El acto contó la presencia del Gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, y entre los reconocidos estuvo también el cura Rubén Capitanio, párroco de la iglesia de Neuquén que la dictadura intentó bombardear en los ’70. En realidad lo hizo, pero sobre otra parroquia. La increíble historia puede leerse acá.
Uno de los referentes del Centro Nueva Tierra es Néstor Borri, quien hace poco estuvo en Bariloche y entrevistamos en esa ocasión. Ahora intercambiamos unos audios:
– ¿Por qué Graciela Belli?
-Graciela tiene muchos años de compromiso, de fuerza, de trabajo. Su vida acompaña a mucha gente, desde hace mucho tiempo, en distintos barrios de Bariloche. Y en particular a Gente Nueva, que, sin duda, es una de las instituciones más relevantes de la ciudad. Y me permito decir, porque conozco un poco el paño, también, seguramente, de las más importantes de la Patagonia. Y muy importante en todo el país. Ojalá sirva también para que, en Bariloche, se puedan abrir espacios mayores de reconocimiento a tanta gente que, de manera silenciosa, persistente y sumamente eficaz, acompaña a la vida de la gente. En este momento, donde hay tanta crisis y también tanto desencanto, donde hay también una mirada, no sin razón, desencantada de los espacios políticos, hay mucha gente que, en los espacios comunitarios, recrea la política y la conecta con la realidad inmediata y también con los proyectos de largo plazo, de gran escala, de persistencia y de transformación profunda. Ojalá puedan hacerse eco también en Bariloche de este reconocimiento.
Graciela vive en nuestra ciudad. Hubiésemos querido reunir el tiempo necesario para relatar más de 40 años de trabajo, decidimos entonces concentrarnos en estas preguntas:
– ¿Qué sensación te dio recibir este reconocimiento?
-Abrumadora, de un premio desmesurado. Lo acepté pero empecé a ponerme contenta cuando me convencí de que tiene sentido, porque es una comunidad la que lo recibe. Por eso agradezco a los que pensaron en mí, pero no en mí separada de un grupo de gente con el que hace más de cuarenta años que caminamos.
-Pienso en los conceptos “Gente Nueva” y “Hombre Nuevo”, tan ligados a un proyecto de transformación personal y colectivo en desuso. ¿Qué pasó con ellos? ¿Fueron parte de una sociedad que ya no existe? ¿O continúan vigentes? ¿Mutaron?
-Esas ideas fueron muy representativas de mi generación, conceptos a los cuales me he quedado muy prendida, porque me parece que son ideas flexibles, acogedoras, que te obligan a pensarte a vos misma y a pensar la sociedad no a partir de la rigidez y la tradición conservadora sino de la potencialidad que tiene ejercer esa flexibilidad que nos va transformando permanentemente.
-Te escuché hablar de la necesidad de actualizar con frecuencia los instrumentos que tienen las organizaciones, como la fundación, para que logren permanecer a lo largo del tiempo cumpliendo con su objetivo inicial. ¿Podés explayarte en esta idea? ¿Cuáles serían esos cambios que atravesó la obra de Currulef hasta nuestros días?
-El negro nos decía permanentemente que no había que ser sectario, no había que cerrarse, porque en ese cerrarse nos perdíamos la riqueza de los cambios. Como Gente Nueva estamos siempre en el movimiento entre lo que tiene que permanecer y lo que tiene que cambiar. Habría que tener un espacio, a veces uno lo tiene, un espacio para la re pregunta, para no tener miedo de decir nos equivocamos, no está saliendo como decíamos que iba a salir. Y esa apertura al error, como parte del aprendizaje, nos vuelve más humanos, menos dogmáticos y más acogedores de lo nuevo.
-Hablemos del legado de Currulef, de esa memoria que defendiste y por la cual te premiaron.
-Es algo abierto e inconcluso. Para el negro la cosa pasaba por una búsqueda permanente y un sueño. Cuando hablaba de su sueño, lo hablaba con una actualidad… soñaba para el ahora. El negro decía que los cristianos estamos mucho en la búsqueda y poco en las cosas concretas, entonces yo creo que nos seguiría diciendo lo mismo: “tanta búsqueda tanta búsqueda, cuando encuentran lo que están buscando.” Creo que la idea del camino es su mejor legado.
Juvenal Currulef nació en Bariloche en los ’30, estudió en Buenos Aires, en los ’70 regresó a Río Negro, en Ingeniero Huergo su actividad parroquial y su identificación con los Sacerdotes del Tercer Mundo comenzaron a traerle problemas, en 1981 tomó contacto con la realidad de las 50 familias que integraban el pequeño conglomerado que luego sería el barrio Virgen Misionera, en el ’82 consiguió dos casitas de madera: en una se instaló con su familia y en la otra abrió las dos primeras aulas de la escuela a la que le siguieron otras tantas, entre ellas, Amuyén, Nehuén Peuman, Taller Angelelli y Taller Múgica. Murió en 2014.
Por Pablo Bassi
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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