La situación edilicia que vive por estos días el Bachillerato Popular Furilofche, en alerta frente a la posibilidad de perder el lugar donde funciona desde hace nueve años, moviliza a la comunidad, que entiende la labor fundamental que lleva adelante desde hace largo tiempo y con mucho esfuerzo la escuela de Jóvenes y Adultos de Gestión Social CEM025: el primer Bachillerato Popular de la Patagonia que desde el 2016 funciona en el SUM del consorcio vecinal del Barrio 169 Viviendas de Bariloche, con un horario de 18 a 22 horas de lunes a viernes.
El espacio fue gestionado a través del área de Desarrollo Social/ CAAT 4 de la municipalidad, en un convenio con el presidente del consorcio por el que se les permite el uso del espacio en los días y horarios pactados. Sin embargo, todo eso tambalea por estas horas.
“Venimos funcionando ahí con el apoyo del CAAT, que siempre firmaba los convenios. El último año nos costó bastante la firma del presidente del consorcio, que este año directamente se niega a continuar”, explica Ayelén Lagras, docente del Bachillerato. Por esta razón, y con el riesgo de perder un espacio de trabajo territorial de larga trayectoria, es que en estos momentos se está haciendo una juntada de firmas y una nota al gobernador en demanda de soluciones.
“Trabajamos de forma autogestiva. Logramos por medio de provincia, y una lucha bastante larga, que nos habiliten los títulos de escuela secundaria, dentro de lo que sería una escuela secundaria para adultos y adultas de gestión social, pero solo nos habilitaron los títulos: ninguno de los que trabajamos en este espacio cobramos salario”, explica. “Pese a todo eso seguimos laburando hace muchos años y se egresaron muchas personas que habían quedado fuera del sistema formal de educación”, continúa y manifiesta la preocupación por la situación edilicia y la falta de financiamiento estatal para el funcionamiento de esta institución que funciona en este espacio donde, además, quienes allí se desempeñan y empujan el proyecto invirtieron mucho trabajo y dinero, agregando valor al mismo sin acceder a ningún fondo económico por parte del Estado.
En este marco de precariedad, la preocupación por el futuro del Bachi se suma a la grave crisis económica y financiera que atraviesan todos los sectores. “La firma de este convenio para nosotros es muy importante”, señala Lagras y destaca el gran apoyo que están recibiendo desde distintos ámbitos, además de la comunidad y vecinos.
“Lo que queremos es poder llegar a un acuerdo con esta persona. Muchos vecinos y vecinas ya firmaron la nota dándole el apoyo al Bachi, que además es un espacio muy abierto a la comunidad, a las organizaciones, que siempre pudieron contar con el espacio. Nunca se cobró por usar el espacio”, repasa.
“Cerrar el Bachi implica dejar afuera un montón de gente que está anotada y que este año terminaría de estudiar. Este año además tenemos nuevos inscriptos. Nuestro principal deseo es algún día tener un espacio propio, donde no tengamos que lidiar con estas cosas, pero ahora funcionamos ahí y tiene una implicancia social importante, además de toda la inversión que pusimos a pulmón”.
Alma, corazón y vida
El rol de Bachillerato es sumamente reconocido en la ciudad. El mismo, permitió que muchas personas que habían quedado afuera de la secundaria por diversas razones pudieran cursar, construir conocimientos, generar grupalidad, fomentar pertenencia y obtener por fin su tan deseado título secundario después de 3 años de cursada activa, comprometida y participativa. De más está señalar, la importancia indispensable de tener terminado el secundario para el acceso a un trabajo formal. Actualmente, y desde hace largos años, el proyecto permite que el derecho a la educación se concrete realmente en su más amplio espectro.
Sin embargo, la situación de exclusión se acentúa por estos días en todos los ámbitos, mientras las matrículas también bajan debido al contexto actual. “Hay una situación de necesidad económica de trabajar que te aleja un poco de la finalización de los estudios secundarios. Eso es una variante que está pasando en muchas escuelas secundarias de adultos. En el Bachi esa problemática también se evidencia, el tener que dejar la escuela para laburar más horas para llegar a fin de mes, pero de todas formas tenemos egresados y egresados todos los años. Más allá de la cantidad de estudiantes, estos espacios permiten que el derecho a la educación realmente sea una realidad concreta, no tiene que ver con la cantidad, sino que es lo que genera en el proceso individual de esa persona terminar la escuela secundaria”, concluye.
Compartimos el link del formulario para adherir en apoyo al Bachillerato: https://forms.gle/F9EjG58B7PyajTiu9
Por Violeta Moraga
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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