Por estos días está circulando lo que pareciera ser la pregunta del millón: ¿Milei dijo o no dijo lo que iba hacer? En debates políticos, entre la gente común que no votó a Milei enojada con los que, a días de haber asumido su candidato ya están arrepentidos de haberlo votado, le reprochan: “¿Pero ahora te das cuenta, si lo dijo? ¿Por qué lo votaste? “. ¿Milei mintió o aviso realmente lo que iba hacer?
Ramiro Marra en el programa A dos voces en TN, la noche de los primeros cacerolazos luego de que Milei diera su primer cadena nacional para anunciar la firma del DNU con 360 modificaciones y derogaciones a diferentes leyes, dijo: “El 56% sabía exactamente lo que íbamos hacer, venimos a refundar la Argentina, para eso nos votaron y es lo que estamos haciendo.” El propio Milei a días de haber ganado el ballotage dijo: “Soy el primer presidente que la gente vota sabiendo que los iba a ajustar” ¿Pero es verdaderamente así? ¿El comerciante, el vendedor ambulante, lxs estatales, amas de casa, lxs monotributistas, lxs empleadxs, entendieron que la feroz motosierra era para ellxs?
Ideal austriaco
Milei gobierna como si hubiera ganado el 56% de los votos en primera vuelta y no se da cuenta (o sí), que un 26% de los votos que obtuvo en el ballotage “son prestados”.
La libertad Avanza tiene un núcleo duro del electorado de un 30%, que es lo que sacó en las Paso y en las generales. Este voto es meramente ideológico. Son libertarios de pura cepa, al menos en su gran mayoría. Odian al progresismo y todo lo que denominan “marxismo cultural”. Son antifeministas, antiaborto, anti LGTBQ+, antiderechos, y en Argentina son liberales conservadores. En este sentido siguen la línea política del avance de las derechas extremas en el mundo que tuvo su gran caldo de cultivo y crecimiento durante la pandemia.
En lo económico adhieren con la línea libertaria de la escuela Austriaca de Milei donde la única idea posible para llevar a la Argentina a ser potencia es refundándola de cuajo. Esto implica la reducción del estado a su mínima expresión y al mercado como único ordenador de la vida económica y social del país. El 30% que lo votó en primera vuelta, estaría constituido como sujeto político, es decir, el apoyo a Milei tiene bases ideológicas profundas que no se pierden con un fracaso o un desliz en su política económica, sobretodo porque sus características son altamente dogmáticas y academicistas, con algo novedoso que es su base en la espiritualidad lo que le da tintes de credo religioso. En una entrevista con Novaresio (LN+) dijo que Moisés es su referente inclusive por arriba de Hayek.
El ajuste avanza
Mucho se especuló con que su alianza con Macri y el Pro iban a moderar o hacer claudicar sus ideales anarco-capitalistas. En los pocos días de gobierno que lleva parecería ser que está dispuesto a llevar su ideal mesiánico a cabo.
Para lograr este ideal extremista necesita en poco tiempo medidas brutales y extremas, casi todas, benefician a los poderes económicos concentrados de la Argentina. Lo que ya está implicando con estas medidas de ajuste, la traslación de recursos de las clases bajas y medias a estos grupos económicos.
Analizando fríamente es difícil de entender como este ideal que debería ser marginal por su carácter dogmático y extremista llegó al poder en la Argentina. El propio Milei en su discurso de asunción dijo orgulloso: “Soy el primer presidente liberal libertario de la historia de la humanidad”
La tormenta perfecta se dio para que esto sea posible, muchos factores sociales, políticos y económicos, que ya se fueron analizado en varios medios, hicieron esto posible. Pero la pregunta del millón es: el 26% de los votantes no pertenecientes a su núcleo duro que votaron a Milei en el ballotage, ¿Apoyan este programa económico y social? ¿Están dispuestos a sacrificar su vida para que en 30 años, según Milei Argentina sea potencia? ¿Milei dijo lo que iba hacer?
Falso mesías y medias verdades
Milei llego al poder diciendo y gritando verdades a medias, y en estos tiempos de verdades y puntos de vista totalmente polarizados fue la base imprescindible para convencer a ese 26% que su propio sacrificio y redención a los ideales de liberación es lo que necesitan.
Uno de los puntos centrarles que impulsó Milei al principio de su campaña fue el exterminio de la casta política y sus privilegios. “La casta tiene miedo” era uno de los cánticos de los libertarios. Más allá de que ahora toda la casta al que el repudiaba forma parte de su gobierno y el lema de campaña “No se puede hacer algo distinto con los mismos de siempre” quedó enterrada en el olvido; Milei gritaba una gran verdad: Existen políticos totalmente privilegiados que se “atornillan” y se enriquecen a costa del Estado. ¿Cuál es la omisión a esa verdad?: Que no solo existe la casta política enriqueciéndose a costa del sacrificio de los argentinos. La casta económica, (única beneficiaria de su DNU) tienen mucho más poder de lobby que la casta política, manejan los principales recursos de la Argentina y junto con los medios de comunicación hegemónicos y en connivencia con la casta Judicial hacen sus grandes negocios. La muestra clara de esto es la reunión en la mansión de Joe Lewis (usurpador del Lago Escondido en las cercanías de El Bolsón) donde jueces, empresarios y funcionarios, fuera y a la sombra de lo instituciones democráticas pactaban los destinos de los recursos de la Argentina. Esta causa luego de que asumiera Milei fue anulada sobreseyendo a todos los jueces y funcionarios imputados.
La deficiencia de estado
A través de la premisa que el estado gasta demasiada plata con su empleados y secretarías inútiles e ineficientes Milei atrajo a sus votantes sacando a relucir su famosa motosierra. La verdad: dentro del estado hay ñoquis y contratos que nadie revisa y controla. Hay secretarias que son ineficientes y burocráticas. Hay mucho por mejorar la eficiencia del estado. La omisión a esta verdad en principio es una de Perogrullo: no todos los trabajadores o por lo menos su gran mayoría son ñoquis, el mismo estado para su funcionamiento genera fuentes de trabajo y mucho lo genera a través de la obra pública. La eliminación de algunas secretarías no son por cuestiones económicas o de ineficiencia en su funcionamiento sino meramente ideológicas como claramente lo es la eliminación del Ministerio de la mujeres y diversidades, o la eliminación de Télam que sólo representa un déficit del 0,0025% del PBI y la eliminación de medios públicos que representa el 0,013 %. La reducción o eliminación de la mayoría de las secretarías responden al ideal minarquista de Milei de reducir al Estado en solo mero garante de la propiedad privada. La oferta y la demanda del mercado y su completa libertad es lo que garantizaría la salud, la educación y la vida social y cultural del país. Por ahora, Milei redujo a 9 los ministerios de su gobierno. Con esta lógica de la deficiencia del estado también justifica la venta de todas las empresas estatales, como ya lo hizo Menem en los 90, incluida las acciones de YPF, Aerolíneas Argentinas, Banco Nación, que además ni siquiera en este caso son deficitarias. La entrega de nuestros recursos naturales para que lo manejen empresas extranjeras también forman parte del plan como la de entregar el litio o servicios de internet sateiltal al empresario Elon Musk.
Hay que ajustar
Esta premisa es la que más ocasionó y ocasiona confusión y engaño a los votantes. La verdad es que el gobierno saliente dejó una inflación del 140% anual y un 40% de pobreza. Aun Massa si hubiera ganado habría aplicado un plan de estabilización que hubiera implicado un ajuste importante en la economía. ¿Cuál es la omisión de la verdad? Y en este caso además constituye una gran mentira: Milei dijo que esta vez el ajuste lo iba a pagar la casta política. Lo aseveró en el programa La cosa en si que conduce Alejandro Fantino. Los destinatarios del ajuste y quienes eran verdaderamente parte de la casta fue variando a lo largo de la campaña, la asunción y finalmente en la toma del gobierno. En su discurso de asunción dice por primera vez que esta vez el ajuste lo va pagar el estado. Para mitigar esta omisión y este cambio del destinatario, y por si algún distraído no se dio cuenta que el estado somos todos, Milei dice lo que se configura como lema de gobierno: NO HAY PLATA, seguido de no hay otra salida posible sino queremos caer en abismo de una inflación anual de un 15.000%. (número que ningún economista sabe de dónde sacó). Esta mentira manipuladora es la única manera posible que la sociedad acepte sin chistar el brutal ajuste y pérdida de su poder adquisitivo.
Hacer pasar por sentido común y totalmente lógicas decisiones económicas que son decisiones políticas también hace posible que gran parte de la sociedad acepte el brutal ajuste sobre ellos. Periodistas y medios hegemónicos facilitan y concretan la tarea “militando” el ajuste. “El sinceramiento” de la economía, que no haya atraso cambiario, el déficit cero entre otras, forman parte del ideal económico liberal ortodoxo, que no ve otra salida para bajar la inflación que el enfriamiento de la economía aplicando las mismas recetas de ajuste que ya aplicó Martínez de Hoz, Cavallo y Macri, siempre sobre el mismo sector de la sociedad. Bajar la inflación crónica que sufre la Argentina no es algo fácil, pero sí existen otras maneras de bajarla como hicieron otros países con el mismo problema, sin necesidad de ahorcar para dejar sin aire a la clase baja y media.
Argentina potencia
A medida que se “sincera la economía”, Milei se también se va sincerando y las verdades que fue omitiendo van saliendo a la luz. El DNU es el único sinceramiento real de cual muestra a las claras su plan y el modelo de país que quiere. Las más de 360 modificaciones y derogaciones de leyes beneficia a los sectores más pudientes y poderosos de este país. Desregula completamente el mercado dejándonos a merced de sus caprichosos aumentos de precios, aumentando así sus ganancias de manera exorbitante. La desregulación de todos los derechos laborales adquiridos para que la inversión extranjera florezca (única manera de crecimiento económico según Milei) implica que los trabajadores sean meros serviles a sus extraordinarias ganancias, sin ni siquiera tener el derecho a huelga. Nada de los que está en el DNU beneficia a los trabajadores, ni a la gente de a pie por más que Milei nos diga a lxs que nos oponemos a este plan de empobrecimiento que somos envidiosos, brutos, comunistas, padecedores del síndrome de Estocolmo o como nos dijo recientemente en un tuit: “NO LA VEN”.
SI LA VEMOS. El ideal de Milei de llevar a la Argentina hacer potencia implica volver un siglo atrás. El único momento que la Argentina floreció, según él, el país tenía una economía primaria agroexportadora donde solo una elite disfrutaba de sus bondades, no existían derechos laborales y por supuesto no existía la amplia clase media que existe estos días gracias a la movilidad social ascendente que impulsó el Peronismo.
El éxito o no de este plan dependerá de la tolerancia que tenga la sociedad para soportar la caída de su poder adquisitivo y la disminución cada vez más fuerte de su calidad de vida. La escuela Austriaca de Murray Rothbard se chocará con la dialéctica materialista de Marx. Las condiciones materiales determinarán si sus votantes, que votaron a favor de un cambio para que su vida económica mejore, le sueltan la mano o lo siguen apoyando. Por ahora Milei va perdiendo adhesión e imagen positiva a cuentagotas. Sorpresivamente a pocos días de haber asumido, las calles espontáneamente ya se hicieron oír.
Argentina a diferencia de otros países de América Latina tiene un entramado social, colectivo y solidario a base de luchas, conquistas y sangre derramada anclada fuertemente en su memoria. No le será fácil borrar o pasar por encima de esto, todo dependerá si como en otro momento de crisis donde dos clases sociales se unieron para ponerle freno al neoliberalismo salvaje invaden las calles cantando al unísono: “Piquete y cacerola, la lucha es una sola”
Por Irene Rassetto
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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