Ganó Milei. El candidato de la violencia y el odio se impuso por más de 11 puntos en una jornada oscura, que abre más preguntas que certezas, que llama a una reflexión profunda del campo popular y especialmente de la dirigencia que lo conduce. ¿Cómo llegamos hasta acá? ¿Cómo se sigue a partir de ahora? La defensa de la educación y la salud públicas, en el centro.
El resultado se empezó a esbozar desde las siete de la tarde, cuando el vocero de La Libertad Avanza, Guillermo Franco, salió a destacar la transparencia de las elecciones contra los pronósticos de denuncias de fraude que se barajaban en los días previos al balotaje en caso de que los números no los favorecieran. Lejos de ese escenario, ya para las ocho de la noche fue el mismo Massa quien confirmó la derrota desde el búnker de UxP.
La diferencia es arrolladora. Milei fue electo como nuevo presidente de la Argentina con el 55,69% contra el 44,3% obtenido por Massa. Prácticamente todas las provincias se tiñeron de violeta, salvo la provincia de Buenos Aires (por apenas 1,5 puntos), Santiago del Estero y Formosa. Fuerte peso libertario en la Patagonia.
Con este resultado y una crisis económica que puede empeorar drásticamente en las próximas horas, la incertidumbre es total. “Desde mañana, la responsabilidad, la tarea de dar certezas, de transmitirle garantías sobre el funcionamiento político, social y económico es responsabilidad del presidente electo“, dijo el candidato de Unión por la Patria la noche del domingo. En tanto, el presidente electo avisó: “Que el gobierno se haga cargo hasta el fin de su mandato”.
El otro gran ganador de estas elecciones fue Mauricio Macri, la casta de la casta, que logró asegurar su lugar en el poder, aún a costa de haber dinamitado su propio espacio político.
Lo que se viene
En su primer mensaje como presidente electo con una escenografía similar a la Casa Blanca de fondo, Javier Milei dejó en claro el rumbo que tomará su gobierno. “Los cambios que nuestro país necesita son drásticos. No hay lugar para gradualismo, no hay lugar para la tibieza, no hay lugar para medias tintas. Si no avanzamos rápido con los cambios estructurales que la Argentina necesita, nos dirigimos derecho a la peor crisis de toda nuestra historia”, sentenció.
Entre sus propuestas del libertario se encuentran la reforma laboral con la eliminación de indemnizaciones por despido sin causa, el achicamiento del Estado, la privatización de empresas públicas, dolarización de la economía, eliminación del Banco Central, implementación de un sistema de vouchers en educación y salud y eliminación de la ESI.
También dio un aviso para quienes se opongan a las reformas contra lo que él llama “sistema de privilegios”, que son en realidad los derechos de los argentinos y argentinas. “Sabemos que hay gente que quiere mantener este sistema de privilegios para algunos y de pobreza para la mayoría de los argentinos.A todos ellos quiero decirles lo siguiente: dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”, aseguró.
Una fuerte ola de violencia signó la campaña libertaria, en redes sociales con mensajes del estilo “zurdos de mierda van a correr” y en las calles, con la vuelta del Falcon verde, un símbolo de la dictadura que ayer se lo vio en Bajo Flores, Capital Federal, y frente a la escuela José Hernández, en San Salvador de Jujuy.
Este es uno de los mayores peligros que representan Javier Milei y Victoria Villarruel, negadora de los 30 mil desaparecidos y defensora de genocidas: la licencia social para el odio contra quienes piensan distinto.
“Nos tenemos”
Mientras Sergio Massa anunciaba su retiro de la política tras la derrota electoral y ante el abismo que se abre a partir de ahora, la resistencia colectiva empieza a gestarse desde las bases. “La única certeza es que nos tenemos”, dice uno de los tantos mensajes de WhatsApp que llegan a los grupos de activismo feminista. “Re-existiremos”, publicaron desde Ni Una Menos.
Es que en esta campaña, la micromilitancia fue la clave para que el oficialismo pudiera llegar hasta el balotaje en medio de una crisis económica atroz. Fueron las organizaciones feministas y transfeministas convocando asambleas después de las PASO, las víctimas de la dictadura contando sus experiencias en los subtes y trenes, y las miles de personas que sin pertenecer a una organización vieron en cada conversación cotidiana una oportunidad para defender los valores democráticos y los derechos que hoy corren riesgo.
Más que nunca será tiempo de defender las conquistas alcanzadas en estos 40 años de democracia. En las calles se ganaron y en las calles serán defendidos, como nos enseñaron las Madres y las Abuelas. Frente a la violencia que pregonan los libertarios y al desmoronamiento del sistema de representación política en las cúpulas del peronismo, la única salida será la lucha colectiva.
Por Camila Vautier
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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