La municipalidad de Bariloche cedió a las expresiones callejeras y elaboró un proyecto para desplazar de la plaza del Centro Cívico el busto del General Roca. Además prevé construir una obra homenaje a Madres y Abuelas de Plaza Mayo con una placa y el nombre de detenidos desaparecidos.
El Ejecutivo municipal elaboró un plan para desplazar del centro de la Plaza Expedicionarios del Desierto a Julio Roca y erigir una obra en memoria de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo luego de años de pintura arrojada sobre el general de bronce y lajas con nombres de detenidos desaparecidos. Hay disputas como éstas que se terminan definiendo en las calles, a pesar de las decisiones administrativas de los gobiernos.
El proyecto se presenta como una salomónica puesta en valor y refuncionalización del Centro Cívico para el reconocimiento e integración social de las identidades y diversidades culturales de la ciudad. La Subsecretaría de Cultura quiere la estatua de Roca ubicada sobre la pendiente de la barranca en línea con las de Juan Manuel de Rosas, Primo Capraro y una estructura espiralada de pañuelos que irán adquiriendo movilidad en altura, como gaviotas. Los pañuelos del suelo ocuparán un diámetro de tres metros al alcance de un brazo extendido de un adulto de estatura media. Podrán repintarse cada 24 de marzo.
La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y Bienes Históricos de la Nación dio el visto bueno. Un funcionario municipal asegura que la idea fue aprobada también por Taty Almeida, presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y Horacio Pietragalla, Secretario de Derechos Humanos de la Nación. Es más, Nación y municipio acordaron la instalación de una placa con nombres de detenidos desaparecidos y la señalización en septiembre de la Comisaría Segunda como Sitio de la Memoria.
La historia de pintar pañuelos arrancó en 2001 con el fin del ciclo de la impunidad de los militares represores. Cada pañuelo tiene un nombre y alguien que lo pinta. En una entrevista de Proyecto Erre (link), la antropóloga Laura Kropff dice que entre ellos hay un vínculo. Una historia que incluye a víctimas del terrorismo de Estado militantes en los 70 en Bariloche y desaparecidos en otras ciudades del país, a otras personas de otras ciudades que desaparecieron en Bariloche, incluso a no militantes, no nacidos ni criados en esta ciudad, gente que vino durante el exilio interno o después buscando una mejor calidad de vida, kultrunes que recuerdan la matanza del pueblo mapuche. Creatividad en la construcción de memoria. Están ahí para que alguien los vea y los recuerde.
La historiadora Pilar Pérez dice que desplazar la estatua de Roca sin un posicionamiento político no es lo que hubiese deseado en términos personales cuando se inició el debate: “Me hubiese gustado que haya una discusión de fondo con trabajos, investigaciones y denuncias de los pueblos originarios para que haya más consenso sobre por qué se la retira”. Considera, no obstante, que el proyecto es un gesto de reparación histórica.
En 2021 el arquitecto Gonzalo de Estrada, presidente de la Biblioteca Sarmiento, impulsó un plan para desplazar a Roca. Entre sus argumentos, señaló que el proyecto original diseñado por su padre, Ernesto, entonces jefe de arquitectos de la Dirección de Parques Nacionales, expresaba una plaza seca libre de ornamentación. Fue decisión de Ezequiel Bustillo, director de Parques Nacionales, emplazar el bronce en agradecimiento a la Nación por la financiación del Centro Cívico. El vicepresidente de la Nación en aquel momento era Julio Roca hijo.
“La presencia de la escultura del General Roca altera la armonía simbólica que poseía el conjunto y plantea un determinado significado que genera conflictos sociales y políticos que antes no existían”, argumentó Estada hijo en su proyecto.
“Su permanencia es interpretada en la comunidad como una continuidad de la historia oficial de otras épocas, sin lugar a la interpelación, revisión y/o debates que podrían, gracias a las nuevas corrientes historicistas poner en valor la cultura de los pueblos originarios y la reparación simbólica para con su comunidad”, agregó.
Por Pablo Bassi
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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