Si bien hoy los siete policías imputados por la desaparición y muerte de Daniel Solano fueron condenados a prisión perpetua, la justicia consideró innecesaria la prisión preventiva de los mismos, por lo que siguen en libertad.
Además, el fallo no dijo nada sobre los autores intelectuales y la gran estafa de Expofrut denunciada por Daniel. “Acá no terminó nada”, señaló en diálogo con Al Margen el abogado Leandro Aparicio.
En una audiencia que se extendió por más de cuatro horas, la Justicia rionegrina finalmente dictó la prisión perpetua para los siete policías imputados por la desaparición y muerte de Daniel Solano.
El fallo fue dado a conocer pasadas las dos de la tarde por los jueces María Evelina García Balduini, Oscar Gatti y Gastón Martín, frente a un auditorio lleno que estalló en aplausos al conocerse una sentencia que pone fin a largos años de peregrinaje en busca de justicia. Sin embargo, no fue dictada la prisión preventiva solicitada por los abogados de la familia, Sergio Heredia y Leandro Aparicio, en un marco donde muchos de los testigos han sido amenazados a lo largo de este tiempo. Asimismo, como ya habían anticipado, la defensa irá ahora contra los encubridores, que son los autores ideológicos necesarios de la muerte del joven salteño.
“Estamos medianamente satisfechos, porque si bien los jueces en su sentencia tomaron en cuenta todas las pruebas de la querella, los 15 testimonios que ubican a estos policías en la madrugada del 5 de noviembre y que son finalmente los que matan a Daniel Solano, estos policías están en libertad, tienen armas y no están detenidos”, señaló en diálogo con Al Margen Leandro Aparicio y detalló que apelarán esta medida para que sean puestos en prisión preventiva.
El abogado también explicó que si bien los jueces han acreditado la participación de estas personas en el hecho, no explican la causa y señalan que no hay una estafa, “cuando están los testimonios de Gualberto que cuenta que lo llamó Daniel y le dijo que iban a pedir el reintegro. Hay constancias documentales que son pruebas de que hay una estafa”.
Vale la pena recordar que Daniel Solano desapareció el 5 de noviembre del año 2011, tras ser golpeado y sacado por la policía rionegrina del local bailable Macuba. El joven había llegado a Choele Choel como trabajador temporario de la multinacional Expofrut, mediante la empresa tercerizada Agrocosecha. Prontamente, Solano descubrió que la empresa estaba realizando una estafa millonaria sobre él y cientos de trabajadores más, y había comenzado a organizar a los compañeros para reclamar de manera conjunta este fraude laboral mediante el cual se les pagaba menos de lo acordado y se les retenían sumas indebidas. La posible denuncia movió rápidamente el avispero que entrama a empresarios, políticos, la justicia y la policía.
“Hay que entender que más allá de los policías, que hacen lo que hacen para matar a un pibe, tienen un motivo. El tribunal entendió que no hay motivo, pero esto se debe a que el Gobierno en su momento mandó a paralizar, a través de algunos funcionarios afines, todas las causas conexas con la causa Expofrut: la estafa, el entendimiento con la policial. Pero no nos vamos aquedar cruzados de brazos. Vamos a denunciar esto que está pasando ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Estamos medianamente satisfechos, pero esto no se terminó, la carpa no se va a sacar de donde está hasta que aparezca el cuerpo de Daniel Solano y estén detenidos los siete policías y Tomas Vega”.
Vega es el octavo agente policial que no forma parte del grupo de policías que llevados a juicio, pero que estaba en Macuba la noche en que desaparecieron a Daniel. Los policías condenados a prisión perpetua son: Sandro Berthe, Pablo Bender, Héctor Martínez, Juan Barrera, Pablo Albarrán Cárcamo, Pablo Quidel y Diego Cuello. Sin embargo, los abogados pueden presentar un recurso ante el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro y después tienen otra instancia recursiva ante la Corte Suprema de Justica. Con estos artilugios pueden estar tres años más en libertad e incluso podría darse marcha atrás con su situación. Por el momento “están en libertad, cobrando un sueldo y portando armas”, por eso Aparicio concluye: “Acá no se suspendió nada, no es una finalización de nada, acá seguimos como el primer día”.
Por Violeta Moraga
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen