Lucas Pedulla es el actual vicepresidente de la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina -AReCIA – y miembro de la cooperativa comunicacional lavaca, en esta segunda parte nos cuenta porque la pauta oficial es un derecho para el sector autogestivo e independiente.
El informe, según Lucas, permite llegar a funcionarios del gobierno, ya sea nacional o local, y acercarles tanto el panorama de situación como las propuestas de fomento que tiene AReCIA. Uno de los puntos centrales es la democratización de la pauta oficial, es decir, el dinero que destina el Estado a la publicidad oficial en los medios de comunicación. “De la torta publicitaria, se ve la catarata de plata que se llevan los grandes medios concentrados. Básicamente lo que estamos diciendo es que AReCIA recibe una porción muy chica, y la recibimos en carácter de pauta compensatoria, al término casi de reparación. La pauta es un derecho, si bien hay un montón de publicaciones que por su propia línea editorial deciden no disputar pauta oficial; pero sí hay que reconocerla como un derecho. Nosotros siempre lo que planteamos a los funcionarios es: ‘estás adelante de publicaciones que tienen 15, 20, 30 años de trayectoria, que vivieron sin que les des un mango; y del otro lado tenés un enorme oligopolio mediático, que gran parte de sus ingresos es por la guita que le das’. Lo que siempre decimos: no pedimos prebenda, ni que nos sostengan, nada de eso. Pedimos un poco más de equidad en un derecho que es para todas las publicaciones”, concluye.
La autogestión es nuestra herramienta
Claudia Acuña (editora revista Mu) en entrevista con Al Margen el año pasado comentaba que las revistas culturales no debemos hacer de la pauta oficial nuestro único eje. Según Lucas el último censo de AreCIA reflejaba muy bien qué otras cosas hacen las revistas para subsistir: talleres, organizaciones, eventos, redes. Desde el trabajo que vienen realizando en la cooperativa, Lucas insiste en que la apuesta debe ser “fundamentalmente al crecimiento del sector en cuanto a formación, talleres y cátedras, porque no solamente es una vía de ingresos, sino que es una forma de potenciar. Nosotros lo vemos en La Vaca: las cátedras de Gestión [de Medios], de Periodismo Ambiental de fotoperiodismo, de comunicación feminista, la clínica periodística, funcionan. Son canales que tienen una capacidad de ingreso interesante porque lo que producen las revistas ES interesante”.
Entre las estrategias, Lucas apunta también a trabajar la creatividad, “estar juntos y apostar a este tipo de estrategias comunes. Apostar también a una agenda cultural como algo político: vos tenés un lugar, tenés un medio de comunicación y plantar una agenda propia es interesante. Digo: qué más hacés además de una revista”.
También están las alianzas. AreCIA es nuestra principal red como revistas pero también podemos pensarnos en conjunto con otras organizaciones. “Hay compañeros formando parte de Inter-redes, una asociación entre AReCIA, emisoras de TV comunitarias, las radios comunitarias, FARCO… y es un espacio que camina. A nosotros también nos sirve, quizás cada revista en su particularidad más local tendrá sus propias redes. Por ejemplo, nosotros estamos muy cerca del movimiento de fábricas recuperadas, de los vendedores ambulantes. Son nuestras redes, también de sostenimiento porque son muchas veces nuestra principal fuente de información. Estas asociaciones nos permiten ser más fuertes para sostenernos en un contexto adverso. “Creo que si no estamos juntxs, se va a hacer cada vez más difícil salir.”
Los medios autogestivos estamos generando cada vez mayor presencia y presión, pero es algo que ocurre poco a poco. Para Lucas ya se ven los primeros cambios. “El Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa) está abriendo el juego a medios comunitarios y autogestivos. Tengo entendido que está yendo hacia una secretaría de comunicación comunitaria donde hay que ver cuál es la construcción, cómo es el contenido. Porque hay una gran masa precarizadora, gran parte de lxs trabajadorxs de prensa del país están precarizados, frente a una porción de medios muy importante que apuesta a la autogestión como principal forma de organización ante una nueva posibilidad de construir otro tipo de comunicación. Son discusiones que están atravesando estos espacios. Hay que ver cómo se coagulan”.
Las revistas culturales no nos callamos.
¿De qué forma las revistas que luchamos por comunicar otras voces, por trabajar con estrategias colectivas diferentes a la del mercado, que trabajamos por la pluralidad y la diversidad, podemos lograr que nuestra voz y nuestros reclamos lleguen a los oídos de un Estado que nos cierra la puerta en la cara día a día? Lucas confía en la fuerza de la unión: “Es presión y es tozudez. Si uno ve cómo se construye jurisprudencia, políticas públicas, en este país, no hay otra manera que no sea en un estado de movilización del sector que esté demandando. Eso es lo que realmente hay que construir, una fuerza importante. Me parece que, más allá de sentarse a negociar en buenos términos, se diga que las políticas que están llevando adelante [desde el gobierno] nos están matando. Y es literal. Porque el dato de que hay revistas que este año no pueden editar un sólo número es verdad. Son publicaciones que tampoco mudaron a lo digital. Entonces estás hablando de que, en el caso de Maten al Mensajero, afecta a un universo de casi 50 personas que trabajan ahí, entre los editores, ilustradores, historietistas, diseñadores. Estás hablando de un universo que, entre las más de 200 revistas que hay, tenés 1500 trabajadorxs”.
La forma es más que nada no parar: “Hay una demanda de activar. Y hay que activar. Me parece que la movida que habíamos hecho el año pasado previo al Foro [6° Foro de AReCIA], del Revistazo, funcionó muy bien. Hay muchos editores que se coparon. Es el momento para empezar a salir a la calle y hacer visible nuestros propios reclamos y demandas, más allá de comunicados, más allá de reuniones.” Y cierra: Los puntos son claros, el Estado sabe cuál es la situación de las revistas. Lo que realmente hay que hacer es no dejar de demandar cada uno de estos puntos para que te escuchen y realmente se hagan cargo”.
Aunque el panorama presenta dificultades, contamos con las herramientas que hemos aprendido y que son nuestra fortaleza través de los años: la autogestión, los mecanismos de organización, las redes, la creatividad. Y, principalmente, tenemos algo para decir, algo nuestro, que no tiene ni tendrá espacio dentro del discurso dominante de los medios masivos de comunicación.
Por Ayelén Rives
Equipo de Comuniación Popular Colectivo al Margen