El veredicto de los jueces, de forma unánime, declaró a los dos imputados responsables de la muerte de Elías Garay y de la tentativa de muerte de Gonzalo Cabrera. Se probó que, si bien no fue un plan premeditado, Ravasio deliberadamente disparó contra los miembros de la comunidad Quemquemtreu y que Feilberg no hizo nada para evitar el crimen.
El 14 de diciembre se emitió el veredicto. Luego de cinco días hábiles establecidos por ley, se ofrecieron nuevas pruebas con la intención de influir en la fijación de la pena. La querella se opuso a las pruebas presentadas por la defensa de Feilberg y el juez las desestimó. Recién el año que viene, después de la feria judicial, conoceremos los años que los condenados permanecerán entre rejas.
Durante la lectura del veredicto, el juez Campana explicitó los fundamentos del tribunal para la resolución del caso. Se analizó por separado a los imputados. A partir de los testigos que presenciaron el hecho y los testimonios de los médicos se probó que Diego Ravasio disparó tres veces en zonas vitales de las víctimas ocasionando la muerte instantánea de Elías Garay y la posible muerte de Gonzalo Cabrera si no hubiera sido debidamente asistido. Quedó establecido que esta acción no fue por error ni en legítima defensa.
“Nada hubiera sucedido sin la invitación y acompañamiento de Feilberg”, dijo el juez. Se probó que Feilberg era socio gerente de Simón SRL y contratista de Rocco -empresario forestal que explotaba las tierras en disputa- y que se vio perjudicado económicamente por presencia de la comunidad Quemquemtreu. Feilberg aceptó entrar con Ravasio portando un arma larga, sabiendo que era una zona en conflicto y pudiendo imaginarse un enfrentamiento y un desenlace hostil. En el momento del encuentro con los comuneros Feilberg lideró la palabra y Ravasio apuntó con el arma. “Feilberg desarrolló una conducta previa de carácter temerario que permitió la comisión del delito doloso que a Ravasio se adjudica”, agregó el juez.
No se probó que haya sido un plan criminal con la intención de matar a la comunidad. Cuando Feilberg y Ravasio fueron interceptados por los comuneros estaban escabulléndose por fuera de la senda para salir del territorio. De esto se infiere que no fue un plan premeditado sino una decisión que se tomó en el lugar. En caso contrario, probablemente, los dos hubieran estado armados y la comunidad entera hubiera sido víctima fatal del suceso.
Los magistrados declararon a Ravasio responsable en carácter de autor doloso por haber tenido la intención deliberada de matar y a Feilberg responsable en carácter de autor culposo por haber infringido el deber de cuidado. Luego de la feria judicial se llevará a cabo la audiencia de cesura donde se dará lugar al testigo de la querella que informará sobre los daños físicos y emocionales de Gonzalo Cabrera y a la prueba de la defensa de Ravasio, testimonios que tal vez influyan en la fijación de la pena.
Desde una mirada más amplia, como lo expuso la querella en el debate, la muerte de Elías Garay fue posible en un contexto de alta tensión irradiada por los discursos de odio contra los pueblos originarios en los grandes medios de comunicación y por la militarización del conflicto territorial, un contexto hostil que habilitó el permiso a dos “cazadores furtivos” a disparar contra los miembros de la comunidad.
La muerte de Elías Garay no quedó impune como pasó con Rafael Nahuel y Santiago Maldonado, pero la comunidad Quemquemtreu está en juicio por usurpación y todas las señales de alerta siguen prendidas.
Por Verónica Battaglia
Cooperativa Al Margen