El Gobierno municipal definió darle un cierre a la línea 102, y al finalizar el mes de septiembre las mujeres ya no contarán con ese dispositivo para pedir asesoramiento, asistencia y ayuda en caso de que estén atravesando situaciones de violencia de género.
Durante varios meses el Gobierno municipal intentó proyectar una imagen positiva sobre la eliminación de la línea 102. En los medios leímos que el Intendente Gustavo Genusso hablaba de una noticia “superadora”, y escuchamos declaraciones de la funcionaria municipal Alejandra Schneebeli hablando a favor del traspaso de los llamados al 144 porque la 102 era “ilegal” por no contar con una ordenanza respaldatoria. Lo cierto es que desde que empezó a correr la información de que la 102 iba a dejar de funcionar y que al equipo formado para atender en la temática lo iban a disolver, las organizaciones de mujeres y colectivos disidentes se expresaron rotundamente en contra. La noticia de menos Estado siempre es una mala noticia.
La línea 102 se puso en funciones en el 2013. El equipo de trabajo se capacitó y desarrolló a lo largo de los años una tarea muy importante: asesorar y acompañar a mujeres que viven situaciones de violencia de género. El año pasado, desde el Colectivo Al Margen, hicimos una entrevista con el equipo de la línea 102. Durante la misma, las trabajadoras, quienes mostraron no sólo formación sino sobre todo compromiso con la problemática, dijeron “nos queda chico el concepto de violencia familiar. La ley nacional habla de violencia de género, y la ley provincial 3040 y su modificación, la 4241, lo acota a lo familiar. Y nuestros dispositivos están enmarcados en esa ley provincial. Hay muchas situaciones que se reciben en la línea o que consultan en las comisarías, que hacen que nuestros dispositivos queden chicos”. En estos dichos, lo que las trabajadoras estaban diciendo es que necesitaban ampliar el dispositivo, no hacerlo desaparecer del organigrama y que los llamados sean absorbidos por el 144 o el 911.
En septiembre del 2017, el concejal Daniel Natapof (FPV), presentó un proyecto de ordenanza para que la continuidad de la 102 no dependiera de una decisión del Poder Ejecutivo, esto es, de la Intendencia de turno, para ampliar sus funciones y que la línea pudiera abordar todas las violencias de género contempladas en la ley nacional 26.485 y llevar un registro estadístico local. En ese momento, Carlos Sánchez y Alejandra Schneebeli (Ex Secretario de Desarrollo Humano y la actual secretaria) respondieron al proyecto con una nota que comienza diciendo “nuestra opinión al respecto es desfavorable” y hablaban de un sistema paralelo con la línea nacional 144. El proyecto nunca llegó a tratarse.
Entre los argumentos de las organizaciones que militan por una sociedad sin violencias de género, encontramos otro tipo de planteos, que respaldan y que justifican los carteles que se vieron en las marchas durante el 2018 que decían “no al cierre de la 102”. Por un lado, se exigía que no se cerrara la línea porque en ella trabajaban mujeres formadas y comprometidas, que sabían como acompañar situaciones en donde las vidas de las mujeres estaban en peligro. No es fácil construir estos equipos de trabajo.
Otro argumento muy sentido por las organizaciones tiene que ver con el territorio. Como bien sabemos, no es lo mismo llamar a un número de teléfono pidiendo ayuda a las 2 de la mañana y que te atienda una persona en Bariloche o en Buenos Aires. Por más formada y comprometida que esté en la temática, lo cierto es que una persona en Buenos Aires no va a poder interpretar el clima, el barrio, el transporte disponible, la localización de las instituciones. No es lo mismo hacer un llamado desde el km 7, el km 22 o el Nahuel Hue. La caracterización de esa víctima y del riesgo es diferente. Pero esa caracterización la puede hacer alguien que conoce el territorio, que esta y vive en Bariloche.
Esto no significaría mucho si todos los llamados a la 102 fueran por asesoramiento. Pero según un informe preparado por el docente e investigador Mariano Lanza, para la Primera Jornada Interdisciplinar de Género en Bariloche, organizado por el Ministerio de Justicia y el Gobierno Municipal, el 38% de los llamados a la 102 son por urgencias. Y si esto lo cruzamos con otro dato del mismo informe, que dice que en el 37% de los llamados las mujeres denuncian violencia física, el riesgo que percibimos aumenta. Esta es información que Lanza sistematiza y organiza, a pedido del dispositivo de la Línea 102. Esto es: el Municipio pidió que arme este informe, tiene esta información, sabe del riesgo.
¿Por qué entonces decide cerrar la línea 102? ¿Por qué cerró la Dirección de Equidad de Género? A modo de respuesta pienso en dos mensajes concretos que lanzó el Gobierno Municipal. En el marco del 25 de noviembre del 2017, que normalmente da inicio a una semana de acciones que buscan visibilizar y erradicar las violencias contra las mujeres, Alejandra Schneebeli dijo: “se equivocan quienes consideran que la violencia de género es sólo la que ejercen los varones contra las mujeres”. Esta frase habla de que la funcionaria del Gobierno Municipal no comprende el concepto base de las políticas de género. El segundo de los mensajes es de estos últimos días: En un flyer digital con el que buscan promover la línea 144 el Municipio puso una foto de una señora canosa medio triste y al lado una frase que dice: “Si tu pareja te obliga a tener relaciones sexuales o no te deja cuidarte como vos querés ESTA ES UNA SEÑAL DE ALERTA”. Con esta frase, el Gobierno Municipal confunde una señal de alerta con una violación. Si tu pareja te obliga a tener relaciones sexuales te esta violando. Las violaciones suceden dentro y fuera de las parejas. Algo que evidentemente el Gobierno Municipal no tiene claro.
Por otro lado, en ese mismo flyer, en donde generan confusión sobre las violaciones, el municipio también promueve que las mujeres llamen al 911. Lo que nos vuelve a una discusión casi antigua. Hace años que el Movimiento de Mujeres habla de la violencia de género como un problema social, y no de seguridad. El abordaje punitivo de la violencia de género sirve para los casos en los que hay riesgo, pero el movimiento de mujeres busca siempre respuestas pedagógicas, sociales, que promuevan transformaciones culturales. No se busca más policía, se exige que se generen políticas públicas con perspectiva de género.
El cierre de la línea 102 es un retroceso inmenso. Las mujeres en Bariloche pierden un punto de referencia importante y un equipo comprometido y formado.
Por Florencia Taylor
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen