El juicio que se viene desarrollando en la ciudad de Bariloche, por la represión policial acontecida los días 17 y 18 de junio de 2010 es histórico y celebramos enormemente haber llegado a esta instancia. Tenemos expectativas de un fallo histórico. Comunicado del Colectivo al Margen.
Durante más tres semanas se han escuchado testimonios de familiares de víctimas de la represión, de funcionarios y autoridades políticas de ese momento, de peritos balísticos, forenses, fotógrafos y médicos y, sobre todo, de vecinos y vecinas que vivieron de forma tremenda esas jornadas. Como muchos de nosotros.
Resulta un hecho trascendental haber generado la instancia judicial donde, tanto jóvenes que ese día participaron activamente del conflicto, como personas que solo tuvieron la mala suerte de vivir o pasar por esa zona de Bariloche, pudieran decir, expresar, poner en palabras lo que vivieron y lo que provocó la muerte de dos personas: se usaron balas de plomo, la policía tenía la orden de estar, pero no hubo autoridades que comandaran esa jornadas, los agentes policiales estuvieron “desbandados” y reprimieron a diestra y siniestra; no hubo armas entre los adolescentes que se enfrentaban a la policía, y ese enfrentamiento fue altamente desigual: por un lado, un grupo de jóvenes con piedras (no más de treinta o cuarenta) y por el otro, fuerzas policiales preparadas, formadas y armadas por el gobierno provincial; un grupo de mas 60 policías (personas adultas) armadas que no sólo usaron armas anti tumulto sino que también dispararon con postas de plomo y que adoptaron una actitud de guerra contra la población. De los relatos, extraemos la cantidad de gente que estuvo involucrada sin querer en el conflicto y que fue agredida, lesionada, lastimada y herida por el accionar de una policía, a la que le dieron la orden de repeler la agresión, cueste lo que cueste. Aunque fueran vidas humanas. Sergio Cárdenas y Nicolas Carrasco no murieron por que sí, hay culpas que deben ser asumidas, y penas que deben ser asignadas. Hay responsables materiales e intelectuales que están siendo juzgados y que deben ser condenados. Pero también hay un sustrato social de discriminación, prejuicios sociales y oportunismo político que hicieron posibles estos hechos.
No hubo autoridad ni policial ni política que pudiera poner en resguardo a la población, a los vecinos y vecinas del barrio, y eso derivó en dos personas asesinadas.
Eso es lo que se está juzgando y lo que nos debe interpelar como sociedad.
Esto es un hecho histórico, como histórica será la sentencia.
En la decisión del Tribunal se define la interpretación estatal de estas jornadas dramáticas, tan significativas para la vida de Bariloche, las familias que sufrieron la perdida de seres queridos, como también aquellas que vivieron otros hechos traumáticos acaecidos por el accionar policial respondiendo a las directivas institucionales de ese momento, esperamos la sentencia para que nunca mas la impunidad gane la batalla.
De lo vivido en las jornadas del juicio, nos ha quedado claro que esas muertes se produjeron por una cadena de hechos, que va desde quien dictaminara sostener la represión durante todo el día, como de quien permitió el uso de postas de plomo hasta los agentes policiales que dispararon a los cuerpos de las personas presentes.
No se trató de hechos aislados, no fueron sucesos desafortunados, sino el resultado de una concepción sobre la seguridad que desprecia a la vida y que, alimentada desde los sectores políticos, coloca a los jóvenes pobres en el lugar de sujetos peligrosos. Que el juicio sirva para condenar a una parte de los culpables y para mostrarnos como los caminos de discriminación y violencia irremediablemente terminan en muerte.
Colectivo al Margen
8 de noviembre de 2018.