El cierre repentino de la causa de Santiago Maldonado mas los “aprietes” que el propio Juez Lleral sinceró con la familia dejan mas dudas que certezas sobre el caso. Compartimos las preguntas que un compañero biólogo nos acercó respecto a la elección de los elementos peritados.
Los biólogos solemos hacer ensayos para saber cuánto tiempo tarda en descomponerse o degradarse una hoja, una rama, o otros materiales orgánicos y analizamos si hay diferencias entre distintas especies. Estos ensayos de descomposición junto con otros análisis nos sirven por ejemplo para dilucidar como circulan los nutrientes en un ambiente, del suelo y el aire a las plantas, de las plantas y otros seres al suelo y aire. Llevando estos estudios a lo productivo, por ejemplo, nos pueden servir como información básica junto con otros análisis y ensayos para evaluar cuales modalidades productivas nos permiten conservar la riqueza del suelo y/o obtener mejores rendimientos de cultivos. Una regla básica de estos ensayos de descomposición es que los materiales diferentes por su química, forma, textura y tamaño se degradan a tiempos diferentes. Materiales más duros, fibrosos, compactos, impermeables y grandes se descomponen más lento. ¿Cómo mido esa descomposición de los materiales en el tiempo? Peso el material de interés y analizó su química antes de exponerlo al ambiente y luego repito estas mediciones, peso y química, en distintas fechas. De esta manera puedo estimar cuanto peso pierde ese material y como cambia su química por día, por mes, por año y hasta cuánto tarda en desaparecer. Estas estimaciones son más precisas obviamente con los materiales que se degradan en menos tiempo. De manera similar se hacen ensayos y cálculos con materiales que pueden ser residuos habituales de nuestra sociedad y de esa forma se estima cuanto tardaran en degradarse. Por ejemplo, un plástico tarda 1500 años en degradarse. Es decir, que el peso que pierde si está expuesto a ambiente 40 o 70 o 150 días es similar. Un papel tarda 1 año en degradarse y un billete, al ser un papel especial un poco más, quizás 1,5-3 años. Es decir, que con estos materiales puedo saber, con mucho menos error que para el plástico, cuántos días estuvieron expuestos al ambiente, le puedo errar quizás solo por un par de días. Entonces pregunto: ¿Si en el bolsillo de un pantalón que encontrás en el agua tenés un DNI de plástico, un billete y una nota en papel…cual elegirías para saber cuántos días estuvo el pantalón en el agua? Respuesta lógica, ¿No? Bueno, el Juez Lleral eligió el DNI ¿Por qué? Incluso quizás era más preciso peritar la tela. La familia de Santiago le pidió peritar el papel y el billete y el Juez se negó ¿Por qué?
Otra regla básica de los ensayos de descomposición es que las condiciones ambientales regulan la velocidad a la cual se descompone algo. El calor, la humedad, el viento, el sol, los seres vivos aceleran la descomposición. Entonces, si yo quiero comparar como se degradan distintos materiales solo por las características de los mismos debo hacerlo en laboratorio en condiciones controladas, es decir controlando que las condiciones ambientales sean exactamente iguales para cada material que quiero comparar. En cambio, si yo quiero medir la influencia del ambiente en la degradación de esos materiales lo debo hacer en el ambiente que quiero estudiar. Obviamente los resultados en el laboratorio y a campo suelen ser muy diferentes. Donde se hizo el ensayo del DNI desconozco, pero ojalá al menos hallan respetado estos principios. En el mismo sentido, el equipo del perito Prueger realizó varios peritajes en el lugar donde encontraron a Santiago. Entiendo que la familia no pidió este peritaje, sino que fue una iniciativa del propio equipo y el juez no la incluyo en la causa. Pero si este peritaje iba en la línea de los peritajes que pedía la familia y el juez no autorizó. Uno de los ensayos era sencillo, quizás no tan preciso, pero con un resultado contundente, aunque un poco truculento: expusieron una pieza de cerdo al ambiente del rio Chubut durante la misma época del año que supuestamente estuvo el cuerpo de Santiago. La teoría y experiencia dicen que materiales similares expuestos a las mismas condiciones ambientales se descompondrán de manera similar. Pero en el ensayo la pieza perdió la mitad de su peso ya en el primer mes, mostraba signos de haber sido abordada por animales carnívoros y no mostraba signos de criopreservación (freno en el proceso de descomposición por frio extremo, -80 °C), todos signos contrarios a lo encontrado en Santiago. Más allá de que quizás se podrían pensar ensayos más precisos, llama la atención las diferencias encontradas. ¿No sería bueno que se realizaran más ensayos de este tipo para acercarnos a la verdad?
Por último, una simple reflexión y una duda que me surgen de algo que vemos en la realidad cotidiana. Cuando uno lava los platos, o se da un baño prolongado llega un momento que se le arrugan la punta de los dedos. Si ha tenido oportunidad de llegado ese momento de prolongar aún más el contacto de sus manos con el agua habrá visto que las huellas digitales se ven cada vez menos. ¿Se imagina que pasaría si sus manos estuvieran 78 días en el agua? No soy experto en esto, pero me lleva la simple lógica. Bueno, las manos de Santiago tenían aún las huellas digitales, según su hermano Sergio. ¿No sería bueno que se hicieran ensayos y peritajes en ese sentido? Todos estos interrogantes y muchos más han quedado sin respuesta, al menos hasta que se consiga reabrir la causa. Al parecer, si es por estas y todas las preguntas a responder aún, razones sobran para seguir pidiendo justicia.
Por Manuel De Paz
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen