La dirigente nacional cartonera, miembro del MTE y la CTEP, le contó Al Margen cómo cree que será el 2019, su opinión sobre la participación de militantes barriales en el proceso electoral y la agenda del feminismo. La semana que viene, los movimientos sociales y la CTA realizarán protestas en varios puntos del país
En un año que se avecina difícil por la profundización de los efectos del ajuste, los trabajadores de la economía popular se paran de manos y le ponen fecha a la primera jornada nacional de lucha para visibilizar la agenda de los pobres: fin de los tarifazos, aumento del salario social, ayuda para los beneficiarios de programas de empleo en las ciudades del noreste azotadas por las inundaciones y kits escolares, entre otras demandas.
Así lo resolvieron la CTEP, Barrios de Pie, CCC, FOL, el Frente Darío Santillán y las organizaciones sociales nucleadas en la CTA Autónoma. Prevén una movilización unitaria en la ciudad de Buenos Aires y decenas de protestas en todo el país.
Sobre el contexto social, económico y político dialogamos con Jacqueline Flores, secretaria general de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (MTE), organización que nuclea a más de 30 cooperativas en la Argentina, entre ellas a la Asociación Recicladores de Bariloche: más de 60 familias que acopian y venden 180 mil kilos de plástico, vidrio y cartón.
-Se viene la primera gran protesta del año…
-Así es,pensada en unidad con otras organizaciones. Si bien los trabajadores de la economía popular somos el actor más vulnerable, los tarifazos y el ajuste en general nos toca a todos
-Demandan algo que nos gustaría que expliques: ¿qué es la paritaria social?
-Un ámbito donde podamos discutir un aumento de nuestro salario social complementario, que es el complemento que establece la ley de Emergencia Social al salario que obtenemos por nuestro trabajo, a fin de alcanzar el salario mínimo vital y móvil
-¿En cuánto está el salario social complementario?
-En seis mil pesos
-¿Y a cuánto lo quieren llevar?
-Buscamos un aumento en los montos para alcanzar un salario normal. Y como no tenemos un patrón visible, se lo exigimos al Estado
-¿Qué pasó con el pedido de ingreso de la CTEP a la CGT?
-Aún se está dialogando. Tenemos paciencia absoluta para que todos comprendan que los trabajadores de la economía popular no buscamos quitarle el estatus a nadie. Es una batalla cultural que llevará su tiempo
-¿Cuántas personas están organizadas en el MTE?
-Hemos crecido muchísimo en los últimos tres años. Pero para que te des una idea, sólo nosotros, los cartoneros, somos más de 200 mil en toda la Argentina
-¿Cómo prevés la relación con el Gobierno en este año electoral?
-Macri no gobierna para nosotros; nos desprecia. Y nuestra demanda es por un Estado que hoy está ausente. No somos violentos, queremos una patria en paz
-¿Hay diálogo para vehiculizar alguna demanda puntual, así como se aprobó la emergencia social o la ley de integración de barrios populares?
-Nos deben la ley de emergencia alimentaria. Es imposible pensar que con esta crisis haya mujeres y hombres que adopten como comida tomar un mate. Volvimos a eso en un país donde a los productores se les paga miseria, y los precios en góndola están muchísimo más altos. Por eso también exigimos una ley de agricultura familiar
-¿Hay consenso para que esas leyes se aprueben?
-Tampoco había consenso previo para las leyes de emergencia social ni de integración urbana
-¿Cómo juega el proceso electoral hacia adentro de las organizaciones sociales?
-Cuando nos planteamos no sólo como sujetos de derecho sino también como sujetos políticos, comprendimos que la política es nuestra herramienta para decidir que patria queremos. Que Juan (Grabois) sea parte de esta unidad (Frente Patria Grande) nos pone felices, y a la vez entendemos que nuestro sindicato no está dentro de la discusión político partidaria
-¿Cómo aborda el MTE la agenda del movimiento feminista?
-Nosotras nos organizamos a través del trabajo como ordenador de nuestras vidas. Las cartoneras hemos tirado a la par de los hombres carros de 300 kilos. Ahí no había diferencia, sino igualdad de exclusión. Cuando empezamos a comprender eso, entendimos que cartoneras jefas de hogar teníamos vulnerada una cadena de derechos. Empezamos entonces a querer ser parte del feminismo popular, entendiendo que las violencias no sólo son puerta hacia adentro
-¿Qué es el feminismo popular?
-No queremos que nadie represente nuestro dolor. Nosotras desde la CTEP tenemos nuestra voz, y pedimos respeto. En nuestra economía popular, las mujeres somos católicas, evangelistas u de otra fe, pero no somos laicas. Nos une el no a la violencia y la libertad que queremos construir hace que no naturalicemos que nos maten ni que una de nosotros empuje un carro de 300 kilos. Yo, por ejemplo, nunca pude ponerme un delantal para darle de comer a mis hijos.
Por Pablo Bassi
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen