El sábado 6 de abril cerca de 80 personas se reunieron en la escuela Antu Ruca para visibilizar las resistencias que perciben y las estrategias que pudieron darse para implementar la Educación Sexual Integral en las instituciones educativas en las que trabajan.
Hace más de 12 años que tenemos una ley potente y transformadora. Entre los pasillos escolares es conocida como “la ESI”, en los canticos callejeros la nombramos como “educación sexual para decidir”, y en la letra de la ley 26.150 se la establece como “Programa Nacional de Educación Sexual Integral”. Si bien hubo avances en la implementación de la ESI, todavía queda un largo camino para recorrer.
El encuentro que tuvo por título “Resistencias y Estrategias para la implementación de la ESI” fue organizado por el Colectivo Al Margen, Mala Junta, Frente ESI, Frente Patria Grande, Unter, Instituto de Formación Docente, Lista de Equidad de la UNCO, y En Plural. Al mismo asistieron cerca de 80 personas, y a partir de distintas técnicas se pudo avanzar sobre la visibilización de las resistencias que se perciben en las instituciones educativas para lograr una implementación plena de la ESI, y compartir estrategias que se fueron dando les docentes.
Luego de una presentación de la ley y los ejes de la Educación Sexual Integral, se propuso trabajar en grupos para identificar las resistencias y al mismo tiempo indicar estrategias que pudieron darse o que creían que podían funcionar para implementar la ESI en las instituciones educativas. Durante ese trabajo se destacaron cinco resistencias.
En primer lugar surgió “el miedo a que las familias vayan a los establecimientos a quejarse”. Cuando se consultó al grupo general si a alguien le había pasado que alguna familia fuera al establecimiento a quejarse, sólo 2 personas levantaron la mano. Por eso se remarcó que la resistencia estaba centrada en el miedo, y no en el hecho concreto de que las familias se movilizan para impedir la implementación de la ESI. Frente a esta resistencia, se indicaron una serie de estrategias: que entre les docentes se construya en forma colectiva la implementación de la ESI para no estar solas, informarse y capacitarse, fomentar el debate, incluir a las familias y a la comunidad educativa. En este sentido, se destacó que a las familias no hay que pedirles permiso para implementar la ESI pero sí quizás replicar talleres con ellas, para disminuir miedos y compartir lo que efectivamente se trabaja en el marco de la Educación Sexual Integral.
La segunda resistencia que se nombró fue la “falta de predisposición de los equipos directivos”. Frente a esta resistencia nuevamente se destacó la construcción colectiva entre docentes que trabajen o no en la misma institución educativa, y de realizar capacitaciones para los equipos directivos. Se agregó la necesidad de incluir la ESI en los Proyectos Educativos Institucionales, y se remarcó la necesidad imperiosa de que la ESI deje de ser implementado por docentes “que se la ponen al hombro” y pase a ser una decisión política de las instituciones educativas.
La resistencia de los equipos docentes fue la tercera resistencia que se indicó. Y para sortearla se expresaron una serie de estrategias: la articulación con otras instituciones y organizaciones para realizar capacitaciones a les docentes, aprovechar la Jornada Anual establecida por ley para abrir espacios de formación a docentes en las instituciones educativas, no confrontar con las y los compañeros de trabajo sino antes bien abordar las resistencias de manera pedagógica y empática para ir formándose como equipo. Otra estrategia que se indicó fue trabajar con un enfoque de derechos recordando que la ESI es un derecho de les estudiantes y que les docentes como agentes del estado deben garantizar dichos derechos. Se agregó que es importante revisar, con los equipos docentes, las metodologías que se utilizan para aportar a la circulación de la palabra en las aulas.
Otra resistencia que se expresó tuvo como protagonistas a les estudiantes. Algunas participantes indicaron que encontraban resistencia por parte de estudiantes a la hora de implementar la ESI. Se debatió mucho sobre este punto, porque se hizo visible la heterogeneidad del cuerpo estudiantil y se habló sobre el respeto a la diversidad y la necesidad de correrse de discursos dogmáticos. Se habló de empatía, de humanizar los temas, y de construir estrategias de comunicación. Al mismo tiempo se destacó la importancia de conocer a les estudiantes e implementar la ESI respetando la heterogeneidad y haciendo uso de las múltiples puertas de entrada para abordarla. Pero se destacó que también hay un límite que son los derechos. En este sentido, se habló de trabajar para que no se vulneren los derechos de les estudiantes.
La última resistencia que se abordó fue la dificultad para utilizar vestuarios no binarios en las clases de teatro, formar filas sin distinción de géneros y generar espacios no sexistas dentro de las escuelas. Para profundizar se discutió sobre los espacios escolares y quiénes los ocupan. Como estrategias se propusieron desarrollar juegos y deportes que no sean divididos por géneros y promocionar espacios sin estereotipos de género.
Luego de un corte en el que se socializaron materiales, cuadernillos y revistas con información, se realizó un trabajo por niveles educativos para profundizar sobre las estrategias. El encuentro se cerró con una ronda de intencionalidad para que cada persona identificara qué podía hacer con lo que se había trabajado durante la jornada.
Por Florencia Taylor
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen